Mensajes a domicilio
Se ha desarrollado una amplia gama de tecnologías para conectar a los pacientes con asma con sus profesionales de la asistencia sanitaria entre los chequeos de rutina. Loa estudios que han evaluado estas estrategias no han probado que la “telemonitorización” diera lugar a un mejor control de los síntomas o a menos ataques, y no pudieron descartar la posibilidad de que cause efectos perjudiciales no esperados al dar lugar a que los pacientes presenten menos probabilidades de tomar medidas de ser necesario. La telemonitorización puede tener beneficios pequeños para la calidad de vida y la función pulmonar, aunque estos resultados son muy inciertos.
Antecedentes
El contacto regular con un médico o un profesional de enfermería especialista en asma es importante para mantenerlos al tanto de los síntomas del asma y cambiar los inhaladores si fuera necesario. Las tecnologías telefónicas y de Internet ahora se usan para muchos trastornos a largo plazo como una forma de monitorizar los síntomas entre las visitas a un consultorio. Para el asma, la función pulmonar y otros síntomas del asma pueden medirse en el domicilio y puede enviarse la información electrónicamente al médico o al profesional de enfermería, que pueden decidir si se deben tomar medidas antes de que el paciente deba volver al consultorio.
Pregunta de la revisión
Se deseaba determinar si la telemonitorización desde el domicilio, incluida la información de un profesional de la asistencia sanitaria, brinda efectos beneficiosos adicionales a los pacientes con asma en comparación con la monitorización habitual.
Características de los estudios
Se encontraron 18 estudios con un total de 2268 pacientes: 12 incluyeron adultos, cinco incluyeron niños y uno incluyó individuos de ambos grupos de edad. La mayoría de los pacientes incluidos en los estudios presentaba asma persistente leve a moderada, y los estudios generalmente tuvieron una duración de entre tres y 12 meses. Los pacientes del grupo de intervención recibieron una de diversas tecnologías para registrar y compartir sus síntomas (mensajes de texto, sistemas Web o llamadas telefónicas) y fueron comparados con un grupo de pacientes que recibieron atención habitual, o un grupo de control.
Resultados principales y calidad de las pruebas
No fue posible establecer si los pacientes de los grupos de telemonitorización tuvieron más o menos posibilidades de presentar ataques que requerirían un ciclo de corticosteroides orales, una visita al servicio de urgencias o una estancia hospitalaria que los pacientes del grupo de control. Ningún informe describió otros posibles efectos perjudiciales de la telemonitorización desde el domicilio. Los estudios usaron muchos tipos diferentes de tecnología, y no fue posible establecer si algunos fueron mejores que otros. La confianza en los resultados varió de moderada a muy baja, lo cual significa que es probable que los estudios adicionales cambien algunos de estos resultados y puedan influir en la confianza en los mismos.
El uso de tecnología para monitorizar a los pacientes con asma desde el domicilio puede ofrecer beneficios sobre la atención habitual para la calidad de vida general, aunque el efecto fue pequeño, y los estudios no estuvieron de acuerdo entre sí. Estas intervenciones pueden brindar efectos beneficiosos para la función pulmonar, aunque muchos pacientes abandonaron los estudios, de manera que no es posible tener seguridad.
Las pruebas actuales no apoyan la ejecución generalizada de la telemonitorización con información del profesional de la atención sanitaria entre las visitas al consultorio especializado en asma. Los estudios aún no han demostrado que las estrategias adicionales de telemonitorización den lugar a un mejor control de los síntomas o a una reducción en la necesidad de corticosteroides orales sobre la atención habitual del asma, ni han descartado los efectos perjudiciales no esperados. Los investigadores observaron beneficios pequeños para la calidad de vida, aunque los mismos están sujetos a riesgo de sesgo, debido a que en los estudios no se realizó el cegamiento. De igual manera, algunos beneficios para la función pulmonar son inciertos debido al posible sesgo de deserción.
Los estudios pragmáticos más amplios en niños y adultos podrían determinar mejor los beneficios reales de estas intervenciones para prevenir las exacerbaciones y evitar los efectos perjudiciales; es difícil generalizar los resultados de esta revisión debido a que los beneficios pueden explicarse al menos en parte por la mayor atención que reciben los participantes al participar en los ensayos clínicos. Los estudios cualitativos podrían informar la investigación futura al centrarse en las preferencias de los pacientes y el profesional, o al identificar los subgrupos de pacientes que tienen mayor probabilidad de lograr beneficios a partir de la monitorización más cercana, como los que presentan crisis asmáticas frecuentes.
El asma es una enfermedad crónica que causa un estrechamiento reversible de las vías respiratorias debido a la broncoconstricción, la inflamación y la producción de moco. El asma sigue asociándose con morbilidad y mortalidad significativas y evitables. El auto-tratamiento facilitado por un profesional de la asistencia sanitaria es importante para mantener los síntomas controlados y para prevenir las exacerbaciones.
Las tecnologías telefónicas y de Internet ahora pueden ser usadas por los pacientes para medir la función pulmonar y los síntomas del asma en el domicilio. Luego los pacientes pueden compartir esta información electrónicamente con el profesional sanitario, que puede aportar sugerencias entre las visitas al consultorio. La tecnología puede usarse de esta manera para mejorar los resultados de salud y prevenir la necesidad de tratamiento de urgencia para los pacientes con asma y otros trastornos a largo plazo.
Evaluar la eficacia y la seguridad de la telemonitorización desde el domicilio con información por parte del profesional de la asistencia sanitaria entre las visitas al consultorio, en comparación con la atención habitual.
Se identificaron ensayos del registro especializado del Grupo de Revisión Cochrane de Vías Respiratorias (Cochrane Airways Review Group) (CAGR) hasta mayo 2016. También se hicieron búsquedas en www.clinicaltrials.gov, en el World Health Organization (WHO) trials portal y en listas de referencias de otras revisiones, y se estableció contacto con los autores de ensayos para solicitar información adicional.
Se incluyeron ensayos controlados aleatorios (ECA) paralelos de adultos o niños con asma en los que se utilizó cualquier forma de tecnología para medir y compartir los datos de la monitorización del asma con un profesional sanitario entre las visitas al consultorio, en comparación con otra monitorización o atención habitual. Se excluyeron los ensayos en que las tecnologías se usaron para la monitorización sin aporte de un médico o profesional de enfermería. Se incluyeron los estudios que se informaron como texto completo, los publicados solamente como resúmenes y los datos no publicados.
Dos revisores examinaron los datos de la búsqueda y extrajeron de forma independiente los datos numéricos y del riesgo de sesgo, resolviendo los desacuerdos por consenso.
Se analizaron los datos dicotómicos como odds ratios (OR) mientras que se utilizaron los participantes del estudio como la unidad de análisis, y los datos continuos como diferencias de medias (DM) mientras que se utilizaron los modelos de efectos aleatorios. Las pruebas para todos los resultados se calificaron con el enfoque GRADE (Grades of Recommendation, Assessment, Development and Evaluation Working Group).
Se encontraron 18 estudios con 2268 participantes: 12 en adultos, cinco en niños y uno en individuos de ambos grupos etarios. Los estudios en general incluyeron a pacientes con asma persistente leve a moderada cuyo seguimiento se realizó entre tres y 12 meses. Los pacientes del grupo de intervención recibieron una de diversas tecnologías para registrar y compartir los síntomas (mensajes de texto, sistemas Web o llamadas telefónicas), en comparación con un grupo de pacientes que recibieron atención habitual o una intervención de control.
Las pruebas de estos estudios no muestran claramente si la telemonitorización del asma con información de un profesional de la asistencia sanitaria aumenta o disminuye las probabilidades de exacerbaciones que requieren un ciclo de corticosteroides orales (OR 0,93; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,60 a 1,44; 466 participantes; cuatro estudios), una visita al servicio de urgencias (OR 0,75; IC del 95%: 0,36 a 1,58; 1018 participantes; ocho estudios) o una estancia hospitalaria (OR 0,56; IC del 95%: 0,21 a 1,49; 1042 participantes; 10 estudios) en comparación con la atención habitual. La confianza fue limitada por la imprecisión en los tres resultados primarios. La calificación de la calidad de las pruebas varió de moderada a muy baja. Ninguno de los estudios registró eventos adversos graves o no graves por separado de las exacerbaciones del asma.
Las pruebas para las medidas del control del asma fueron imprecisas e inconsistentes, lo cual revela un beneficio posible sobre la atención habitual para la calidad de vida (DM 0,23; IC del 95%: 0,01 a 0,45; 796 participantes; seis estudios; I2 = 54%), aunque el efecto fue pequeño y los resultados de los estudios variaron. Las intervenciones de telemonitorización pueden proporcionar un beneficio adicional para dos medidas de la función pulmonar.