¿Cuál es el problema?
Los mejores resultados en el nacimiento, tanto para la madre como para el bebé son cuando el bebé nace de cabeza. Si el bebé está en otra posición, existe un elevado riesgo de complicaciones incluida la necesidad de practicar una cesárea. En una presentación de nalgas, el bebé tiene la parte inferior abajo en lugar de la cabeza. La versión cefálica externa (VCE) es una técnica para girar al nonato para que se coloque con la cabeza abajo. Esta revisión observó los efectos de utilizar la VCE en bebés con presentación de nalgas al final del embarazo (alrededor de la semana 36 o más).
¿Por qué es esto importante?
Todo el mundo quiere evitar complicaciones en el parto y muchas mujeres quieren evitar una cesárea. Evitar la necesidad de practicar una cirugía es muy importante en países con recursos sanitarios limitados. En ocasiones, se utiliza la VCE antes del final del embarazo (alrededor de las 34 semanas), pero los resultados puede diferir cuando se utiliza justo antes del parto. Además, podría no ser posible girar al nonato en esta etapa tardía. Se quiso averiguar si utilizar la VCE al final del embarazo resultó en partos más seguros o si fue perjudicial.
¿Qué pruebas se encontraron?
Se incluyeron 8 estudios con 1308 mujeres. (Se incluyeron estudios hasta el 28 de febrero de 2015.) Todos los estudios fueron aleatorios e incluyeron a mujeres con embarazos de bajo riesgo. El uso de la VCE alrededor de la semana 36 o más tarde aumentó las probabilidades de que los bebés nacieran de cabeza y redujo el riesgo de practicar una cesárea. No hubo diferencias claras para otros resultados como el riesgo de fallecimiento del bebé. La calidad de los estudios, y por lo tanto la solidez de la evidencia varió.
¿Qué significa esto?
Si un bebé nonato está de nalgas, girarlo con VCE justo antes del parto puede reducir alguno de los problemas causados por esta posición. Estos estudios son demasiado pequeños para mostrar si la VCE es segura de utilizar en mujeres con embarazos de riesgo bajo; sin embargo, otro tipo de estudios sugieren que es segura. Tampoco se sabe si debería usarse en casos de alto riesgo, como en madres que ya han pasado por una cesárea o que esperan gemelos.
Se puede consultar un resumen de algunos de los resultados de esta revisión aquí.
La tentativa de efectuar una versión cefálica externa a término disminuye las probabilidades de un nacimiento no cefálico, de un parto vaginal cefálico no logrado y de las operaciones cesáreas. Sin embargo, no hubo suficiente evidencia procedente de ensayos aleatorios para evaluar las complicaciones de la VCE a término. Grandes estudios observacionales indican que las complicaciones son muy poco frecuentes.
Se puede consultar un resumen de algunos de los resultados de esta revisión aquí.
El tratamiento de la presentación de nalgas es motivo de controversias, especialmente en lo que respecta a la manipulación de la posición del feto mediante versión cefálica externa (VCE). La VCE puede disminuir la cantidad de presentaciones de nalgas y de operaciones cesáreas, pero también existen informes de complicaciones por el procedimiento.
El objetivo de esta revisión fue evaluar los efectos de la VCE a término, o poco antes, sobre las medidas de resultado del embarazo. Los métodos para facilitar la VCE y VCE antes del término se revisan por separado.
Se hicieron búsquedas en el Registro de Ensayos de Cochrane Embarazo y Parto (Cochrane Pregnancy and Childbirth) (28 febrero 2015) y en listas de referencias de estudios recuperados.
Ensayos con asignación al azar de VCE a término o poco antes (con o sin tocolisis) comparada con la ausencia de intentos de realizar una VCE en mujeres con presentación de nalgas.
Dos autores de la revisión evaluaron la elegibilidad y la calidad de los ensayos y extrajeron los datos.
Se incluyeron ocho estudios con un total de 1308 mujeres asignadas al azar. Los datos agrupados de estos estudios muestran una reducción estadísticamente y clínicamente significativa en la presentación no cefálica al nacer (cociente de riesgos [CR] medio 0,42; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,29 a 0,61; ocho ensayos; 1305 mujeres); el parto vaginal cefálico no logrado (CR medio 0,46; IC del 95%: 0,33 a 0,62; siete ensayos; 1253 mujeres; evidencia de muy baja calidad); y la cesárea (CR medio 0,57; IC del 95%: 0,40 a 0,82; ocho ensayos; 1305 mujeres; evidencia de calidad muy baja) cuando se intentó una VCE en comparación con cuando no se intentó. No hubo diferencias significativas en la incidencia de las puntuaciones de Apgar por debajo de siete al minuto (CR medio 0,67; IC del 95%: 0,32 a 1,37; tres ensayos; 168 neonatos) o a los cinco minutos (CR 0,63; IC del 95%: 0,29 a 1,36; cinco ensayos; 428 neonatos; evidencia de calidad muy baja), los niveles bajos del pH de las venas umbilicales (CR 0,65; IC del 95%: 0,17 a 2,44; un ensayo; 52 neonatos; evidencia de calidad muy baja), el ingreso neonatal (CR 0,80; IC del 95%: 0,48 a 1,34; cuatro ensayos; 368 neonatos; evidencia de calidad muy baja), la muerte perinatal CR 0,39; IC del 95%: 0,09 a 1,64; ocho ensayos; 1305 neonatos, evidencia de calidad baja), ni en el tiempo desde el reclutamiento al parto (diferencia de medias -0,25 días; IC del 95%: -2,81 a 2,31; dos ensayos; 256 mujeres).
Todos los ensayos incluidos en la revisión tuvieron limitaciones en el diseño y el nivel de la evidencia se calificó como bajo o muy bajo. Ningún estudio trató de ocultar la intervención y el proceso de asignación aleatoria fue subóptimo en varios estudios. Tres de los ocho ensayos tuvieron graves limitaciones de diseño; sin embargo, su exclusión en un análisis de sensibilidad para los resultados con heterogeneidad considerable no alteró los resultados.
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