No hay evidencia suficiente para apoyar el uso del perfil biofísico (PBF) para la evaluación del bienestar fetal en los embarazos de alto riesgo.
A menudo la monitorización del bienestar del feto se realiza mediante una máquina de cardiotocografía (CTG). Una CTG evalúa el patrón de los latidos del feto junto con la intensidad de las contracciones de la madre. Sin embargo, no es una prueba muy exacta por sí misma. Por lo tanto, también se ha indicado que la monitorización de los movimientos fetales es un agregado útil para predecir los fetos que presentan dificultades. Lo anterior se debe a que una reducción de los movimientos fetales precede en ocasiones a la muerte del feto. Se considera que si el suministro de oxígeno al niño a través de la placenta no es suficiente, el recién nacido responde mediante la disminución de los movimientos. Como los patrones de los movimientos fetales pueden variar considerablemente, múltiples actividades fetales pudieran ser una variable predictiva mejor de un resultado deficiente. Por lo tanto, se introdujeron el perfil biofísico (PBF) y el perfil biofísico modificado (PBFM). El PBF utiliza la ecografía para evaluar 1) los movimientos fetales, 2) el tono, 3) la respiración y 4) el volumen de líquido amniótico que rodea al feto. Además, el latido del feto se monitoriza durante un período de 20 minutos mediante una máquina de CTG. Lo anterior produce un registro en papel de la frecuencia cardíaca del niño, las contracciones de la madre y de cuando el feto se mueve. En ocasiones se utiliza primero el PBF modificado (PBFM), que incluye el registro de la CTG y el volumen de líquido amniótico solamente. Si estos indicadores señalan una posible anomalía, entonces se utiliza el PBF completo. Esta revisión de ensayos comparó el PBF (o el PBFM) con la monitorización convencional (CTG sola) en cuanto al resultado en los embarazos de alto riesgo. Se encontraron cinco ensayos que incluyeron 2974 mujeres con embarazos de alto riesgo de un resultado fetal deficiente. No hubo diferencias entre los grupos en cuanto al número de niños que murieron, ni en el número de recién nacidos con puntuaciones de Apgar bajas. Sin embargo, aunque el número de mujeres incluidas fue pequeño, el PBF se asoció con un aumento significativo de la inducción y la cesárea. No obstante, los datos no son suficientes para establecer una conclusión acerca del efecto beneficioso o perjudicial del PBF como prueba del bienestar fetal.
Actualmente no hay evidencia suficiente de los ensayos aleatorizados para apoyar el uso del PBF como prueba de bienestar fetal en los embarazos de alto riesgo.
[Nota: Las tres citas en la sección "En espera de clasificación" de la revisión pueden modificar las conclusiones de la revisión una vez evaluadas.]
El perfil biofísico (PBF) incluye la monitorización ecográfica de los movimientos fetales, el tono fetal y la respiración fetal, así como la evaluación ecográfica del volumen de líquido, con o sin evaluación de la frecuencia cardíaca fetal. El PBF se realiza con el objetivo de identificar a los fetos que pueden presentar riesgo de tener un resultado deficiente del embarazo y poder realizar evaluaciones adicionales del bienestar, inducir el trabajo de parto o realizar una cesárea para facilitar el nacimiento.
Evaluar los efectos del PBF comparado con la monitorización convencional (CTG sola o PBFM) sobre el resultado del embarazo en los embarazos de alto riesgo.
Se hicieron búsquedas en el Registro Especializado de Ensayos Controlados del Grupo Cochrane de Embarazo y Parto (Cochrane Pregnancy and Childbirth Group) (octubre 2007), CENTRAL (The Cochrane Library 2006, Número 4), MEDLINE (1966 hasta noviembre 2006), EMBASE (1974 hasta noviembre 2006) y en CINAHL (1980 hasta noviembre 2006).
La búsqueda en el Registro de ensayos del Grupo Cochrane de Embarazo y Parto se actualizó hasta el 10 de marzo 2012 y los resultados se agregaron a la sección "En espera de clasificación".
Ensayos controlados aleatorizados y cuasialeatorizados que incluyeron una comparación del PBF fetal con otras formas de evaluación fetal antes del parto en mujeres con embarazos de alto riesgo.
Dos autores de forma independiente evaluaron la calidad y la elegibilidad y extrajeron los datos.
Se incluyeron cinco ensayos con 2974 mujeres. En su mayoría los ensayos no tuvieron alta calidad. Aunque la incidencia general de resultados adversos fue baja, la evidencia disponible de los ensayos controlados aleatorizados no apoya el uso del PBF como prueba del bienestar fetal en los embarazos de alto riesgo. No se encontraron diferencias significativas entre los grupos en cuanto a las muertes perinatales (riesgo relativo [RR] 1,33; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,60 a 2,98), ni en la puntuación de Apgar menor de 7 a los cinco minutos (RR 1,27; IC del 95%: 0,85 a 1,92). Los datos combinados de los dos ensayos de alta calidad indican un riesgo mayor de cesárea en el grupo PBF (RR 1,60; IC del 95%: 1,05 a 2,44; n = 280; prueba de interacción p = 0,03). Sin embargo, el número de mujeres participantes fue relativamente pequeño (n = 280). Por lo tanto, se necesita evidencia adicional definitiva con respecto a la eficacia de esta prueba en los embarazos de alto riesgo. Además, se necesita una evaluación adicional de la repercusión del PBF sobre otras intervenciones, la duración de la hospitalización, la morbilidad neonatal a corto y largo plazo, y la satisfacción paterna.
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