¿Cuál era el objetivo de esta revisión?
El objetivo de esta revisión Cochrane fue averiguar si las estrategias para mejorar la colaboración interprofesional (el proceso por el cual los diferentes grupos profesionales de la salud y la asistencia social trabajan juntos), pueden tener un impacto positivo en la prestación de la atención a los pacientes. Los investigadores de Cochrane reunieron y analizaron todos los estudios relevantes para responder a esta pregunta, y encontraron nueve estudios con 5540 participantes.
Mensajes clave
Las estrategias para mejorar la colaboración interprofesional entre los profesionales de la salud y la asistencia social pueden mejorar ligeramente el estado funcional del paciente, la adherencia de los profesionales a las prácticas recomendadas y el uso de los recursos de asistencia sanitaria. Debido a la falta de evidencia clara, no existe seguridad acerca de si las estrategias mejoraron la calidad de la atención evaluada por el paciente, la continuidad de la atención o el trabajo en colaboración.
¿Qué se estudió en esta revisión?
La medida en que los diferentes profesionales de la salud y de la asistencia social trabajan bien juntos afecta a la calidad de la atención que prestan. Si hay problemas en la comunicación e interacción entre estos profesionales, esto puede conducir a problemas en el cuidado de los pacientes. Las intervenciones basadas en la práctica de la colaboración interprofesional son estrategias que se ponen en práctica en los entornos de atención sanitaria para mejorar las interacciones y los procesos de trabajo entre dos o más tipos de profesionales sanitarios. Esta revisión estudió diferentes intervenciones de colaboración interprofesional, comparadas con la atención habitual o una intervención alternativa, para ver si mejoraban la atención al paciente o la colaboración.
¿Cuáles son los principales resultados de la revisión?
Los autores de la revisión encontraron nueve estudios pertinentes en contextos de atención primaria, secundaria, terciaria y comunitaria. Todos los estudios se realizaron en países de altos ingresos (Australia, Bélgica, Suecia, Reino Unido y Estados Unidos) y duraron hasta 12 meses. La mayoría de los estudios se realizaron bien, aunque algunos estudios informaron de que muchos participantes abandonaron. En los estudios se evaluaron diferentes métodos de colaboración interprofesional, a saber, actividades interprofesionales facilitadas externamente (por ejemplo, actividades de planificación/reflexión en colaboración dirigidas por una persona que no forma parte del grupo/equipo), rondas interprofesionales, reuniones interprofesionales y listas de verificación interprofesionales.
Las actividades interprofesionales facilitadas externamente pueden mejorar ligeramente el estado funcional del paciente y el cumplimiento de las prácticas recomendadas por parte de los profesionales de la salud, y pueden mejorar ligeramente el uso de los recursos de atención de la salud. No se sabe con seguridad si las actividades interprofesionales facilitadas externamente mejoran la calidad de la atención evaluada por el paciente, la continuidad de la atención o los comportamientos de trabajo en colaboración. El uso de rondas interprofesionales y listas de verificación interprofesionales puede mejorar ligeramente el uso de los recursos de atención de la salud. Las reuniones interprofesionales pueden mejorar ligeramente el cumplimiento de las prácticas recomendadas y pueden mejorar ligeramente el uso de los recursos de atención de la salud.
Es necesario realizar más investigaciones, incluidos estudios en los que se prueben las intervenciones a escala para comprender mejor la gama de posibles intervenciones y su efectividad, la forma en que afectan a la colaboración interprofesional y conducen a cambios en los resultados de la atención y la salud de los pacientes, y las circunstancias en que esas intervenciones pueden ser más útiles.
¿Cómo de actualizada está esta revisión?
Los autores de la revisión buscaron estudios que se habían publicado hasta noviembre de 2015.
Dado que la certeza de la evidencia de los estudios incluidos se consideró baja a muy baja, no hay evidencia suficiente para extraer conclusiones claras sobre los efectos de las intervenciones de la CIP. Sin embargo, debido a las dificultades que los profesionales de la salud encuentran al colaborar en la práctica clínica, es alentador que la investigación sobre el número de intervenciones para mejorar el CIP haya aumentado desde la última actualización de esta revisión. Mientras se desarrolla este campo, se requieren más estudios rigurosos de métodos mixtos. Los estudios futuros deberían centrarse en períodos de aclimatación más largos antes de evaluar las intervenciones de CIP recién implementadas, y utilizar un seguimiento más largo para generar una comprensión más informada de los efectos de la CIP en la práctica clínica.
La escasa colaboración interprofesional puede afectar negativamente a la prestación de servicios de salud y a la atención de los pacientes. Las intervenciones que abordan los problemas del CIP tienen el potencial de mejorar la práctica profesional y los resultados de la atención médica.
Evaluar el impacto de las intervenciones basadas en la práctica diseñadas para mejorar la colaboración interprofesional (CIP) entre los profesionales de la salud y la asistencia social, en comparación con la atención habitual o con una intervención alternativa, en al menos uno de los siguientes resultados primarios: resultados de la salud del paciente, resultados del proceso clínico o de la eficiencia o resultados secundarios (comportamiento de colaboración).
Se hicieron búsquedas en CENTRAL (2015, número 11), MEDLINE, CINAHL, ClinicalTrials.gov y en la WHO International Clinical Trials Registry Platform hasta noviembre de 2015. Se realizaron búsquedas manuales en revistas interprofesionales relevantes hasta noviembre de 2015, y se revisaron las listas de referencias de los estudios incluidos.
Se incluyeron ensayos aleatorizados de intervenciones de CIP basadas en la práctica que involucraban a profesionales de la salud y de la asistencia social en comparación con la atención habitual o con una intervención alternativa.
Dos autores de la revisión evaluaron de forma independiente la elegibilidad de cada estudio potencialmente relevante. Se extrajeron los datos de los estudios incluidos y se evaluó el riesgo de sesgo de cada estudio. No se pudo realizar un metanálisis de los resultados de los estudios, dado el pequeño número de estudios incluidos y su heterogeneidad en cuanto a los ámbitos clínicos, las intervenciones y los resultados. En consecuencia, se resumieron los datos de los estudios y se presentaron los resultados en un formato narrativo para informar sobre los métodos de estudio, los resultados, el impacto y la certeza de la evidencia.
Se incluyeron nueve estudios en total (6540 participantes); seis ensayos aleatorizados por grupos y tres ensayos aleatorizados individuales (un estudio aleatorizado de médicos, un paciente aleatorizado y un médico y paciente aleatorizados). Todos los estudios se realizaron en países de altos ingresos (Australia, Bélgica, Suecia, Reino Unido y Estados Unidos) en ámbitos de atención primaria, secundaria, terciaria y comunitaria y tuvieron un seguimiento de hasta 12 meses. Ocho estudios compararon una intervención de CIP con la atención habitual y evaluaron los efectos de diferentes intervenciones de CIP basadas en la práctica: actividades interprofesionales facilitadas externamente (por ejemplo, planificación de acciones en equipo; cuatro estudios), rondas interprofesionales (dos estudios), reuniones interprofesionales (un estudio) y listas de verificación interprofesionales (un estudio). Un estudio comparó un tipo de reunión interprofesional con otro tipo de reunión interprofesional. Se evaluó que cuatro estudios tenían un alto riesgo de sesgo de desgaste y que un número igual de estudios tenían un alto riesgo de sesgo de detección.
En los estudios que comparan una intervención de CIP con la atención habitual, el estado funcional en los pacientes con accidente cerebrovascular puede mejorar ligeramente mediante actividades interprofesionales facilitadas externamente (un estudio, 464 participantes, evidencia de certeza muy baja). No se sabe con certeza si la calidad de la atención evaluada por el paciente (un estudio, 1185 participantes), la continuidad de la atención (un estudio, 464 participantes) o el trabajo en colaboración (cuatro estudios, 1936 participantes) mejoran gracias a las actividades interprofesionales facilitadas externamente, ya que se calificó la evidencia como de muy baja certeza para estos resultados. El cumplimiento de las prácticas recomendadas por parte de los profesionales de la salud puede mejorar ligeramente con actividades o reuniones interprofesionales facilitadas externamente (tres estudios, 2576 participantes, evidencia de baja certeza). La utilización de los recursos de atención de la salud puede mejorarse ligeramente mediante actividades interprofesionales facilitadas externamente, listas de verificación interprofesionales y rondas (cuatro estudios, 1679 participantes, evidencia de certeza baja). Ninguno de los estudios incluidos informó sobre las tasas de mortalidad, morbilidad o complicaciones de los pacientes.
En comparación con la audioconferencia multidisciplinaria, la videoconferencia multidisciplinaria puede reducir la duración media del tratamiento y puede reducir el número de conferencias multidisciplinarias necesarias por paciente y la duración de la estancia del paciente. Hubo poca o ninguna diferencia entre estas intervenciones en el número de comunicaciones entre los profesionales de la salud (un estudio, 100 participantes; evidencia de certeza baja).
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