Pregunta de la revisión.
Determinar si los fármacos agonistas del ácido gammaaminobutírico (GABA) ayudan en el tratamiento de la discinesia tardía en pacientes con esquizofrenia o problemas de salud mental similares.
Antecedentes.
Los pacientes con esquizofrenia a menudo oyen voces y ven cosas (alucinaciones) y tienen creencias extrañas (delirios). El tratamiento principal de la esquizofrenia son los fármacos antipsicóticos. Sin embargo, estos fármacos pueden causar efectos secundarios debilitantes. La discinesia tardía es un movimiento involuntario que causa que la cara, la boca, la lengua y la mandíbula presenten convulsiones, espasmos y muecas. Es causada por el uso a largo plazo o dosis altas de los fármacos antipsicóticos, es difícil de tratar y puede ser incurable. Los fármacos agonistas del GABA se han utilizado para tratar la discinesia tardía, pero tienen potentes propiedades sedantes y pueden empeorar la salud mental o los síntomas psicóticos. Los fármacos agonistas del GABA incluyen el baclofeno, la progabida, el valproato de sodio y el tetrahidroisoxazolopiridinol (THIP).
Características de los estudios.
La revisión incluye 11 estudios que investigan el uso de fármacos agonistas del GABA en comparación con placebo. Todos los estudios incluyeron un pequeño número de participantes (dos a 80 pacientes) con esquizofrenia u otras enfermedades mentales crónicas que también habían desarrollado discinesia tardía inducida por antipsicóticos.
Resultados clave.
La evidencia de los efectos de los fármacos agonistas del GABA en el tratamiento de la discinesia tardía no son concluyentes ni convincentes. Es probable que los posibles efectos beneficiosos de los fármacos agonistas del GABA sean superados por los efectos adversos asociados con su uso.
Calidad de la evidencia.
La evidencia es débil, a corto plazo, de pequeña escala y deficientemente informada. No es posible recomendar estos fármacos como tratamiento para la discinesia tardía.
Este resumen en términos sencillos fue adaptado por los autores de la revisión a partir de un resumen escrito originalmente por Ben Gray, Investigador Superior Externo, McPin Foundation (http://mcpin.org/).
No hay seguridad con respecto a la evidencia de los efectos del baclofeno, la progabida, el valproato de sodio o el tetrahidroisoxazolopiridinol (THIP) en los pacientes con DT inducida por antipsicóticos. La evidencia no es concluyente ni convincente. La calidad de los datos disponibles para los principales resultados varía de muy baja a baja. Es probable que los posibles efectos beneficiosos de los fármacos agonistas del GABA sean superados por los efectos adversos asociados con su uso.
El tratamiento crónico con fármacos antipsicóticos puede causar discinesia tardía (DT), un trastorno del movimiento a largo plazo. Los fármacos agonistas del ácido gammaaminobutírico (GABA) se han utilizado para tratar la discinesia tardía, pero tienen potentes propiedades sedantes y pueden empeorar la salud mental o los síntomas psicóticos.
1. Objetivo principal
El objetivo principal fue determinar si el uso de fármacos agonistas del GABA no benzodiacepínicos durante al menos seis semanas fue clínicamente eficaz para el tratamiento de la DT inducida por antipsicóticos en pacientes con esquizofrenia, trastornos esquizoafectivos u otras enfermedades mentales crónicas.
2. Objetivos secundarios
Los objetivos secundarios fueron los siguientes.
Examinar si ocurría alguna mejoría con períodos cortos de intervención (menos de seis semanas) y, en caso de que sucediera, si este efecto se mantuvo durante períodos de seguimiento más extensos.
Examinar si existía un efecto diferencial entre los diversos componentes.
Probar la hipótesis de que los fármacos agonistas del GABA son más efectivos para un grupo etario más joven (menos de 40 años).
Se realizaron búsquedas en el registro de ensayos del Grupo Cochrane de Esquizofrenia (Cochrane Schizophrenia Group) (última búsqueda en abril de 2017), se inspeccionaron las referencias de todos los estudios identificados en busca de ensayos adicionales y, cuando fue necesario, se contactó con los autores de los ensayos para obtener información adicional.
Se incluyeron los ensayos controlados aleatorizados de fármacos agonistas del GABA no benzodiacepínicos en pacientes con DT inducida por antipsicóticos y esquizofrenia u otras enfermedades mentales crónicas.
Dos autores de la revisión seleccionaron y evaluaron críticamente los estudios de forma independiente, y extrajeron y analizaron los datos sobre la base de la intención de tratar. Cuando fue posible y apropiado se calcularon los riesgos relativos (RR) y los intervalos de confianza (IC) del 95%. Para los datos continuos, se calcularon las diferencias de medias (DM). Se asumió que los pacientes que abandonaron de manera temprana no presentaron mejoría. Se estableció contacto con los investigadores para obtener la información que faltaba. Se evaluó el riesgo de sesgo de los estudios incluidos y se creó una tabla "Resumen de los hallazgos" mediante los criterios GRADE.
Se incluyeron 11 estudios que asignaron al azar a 343 pacientes. En general, el riesgo de sesgo en los estudios incluidos fue incierto, principalmente debido a la información deficiente; no se describió la ocultación de la asignación, la generación de la secuencia no fue explícita, los participantes y los evaluadores de los resultados no estaban claramente cegados. En algunos estudios no hubo seguridad de que los datos estuvieran completos, y a menudo los datos se informaron de manera deficiente o selectiva.
Los datos de seis ensayos mostraron que puede haber una mejoría clínicamente importante en los síntomas de la DT después del tratamiento con agonistas del GABA en comparación con placebo a las seis u ocho semanas de seguimiento (seis ECA, n = 258, RR 0,83; IC: 0,74 a 0,92; evidencia de calidad baja). Los datos de cinco estudios no mostraron diferencias entre el tratamiento con agonistas del GABA y placebo para el deterioro de los síntomas de la DT (cinco ECA, n = 136, RR 1,90; IC: 0,70 a 5,16; evidencia de calidad muy baja). Los estudios que informaron sobre los eventos adversos encontraron un efecto significativo que favorecía al placebo en comparación con el baclofeno, el valproato de sodio o la progabida para el mareo/confusión (tres ECA, n = 62, RR 4,54; IC: 1,14 a 18,11; evidencia de calidad muy baja) y la sedación/somnolencia (cuatro ECA, n = 144, RR 2,29; IC: 1,08 a 4,86; evidencia de calidad muy baja). Los estudios que informaron sobre la acatisia (RR 1,05; IC: 0,32 a 3,49; dos ECA, 80 participantes), la ataxia (RR 3,25; IC: 0,36 a 29,73; dos ECA, 95 participantes), las náuseas/vómitos (RR 2,61; IC: 0,79 a 8,67; dos ECA, 64 participantes), la pérdida de tono muscular (RR 3,00; IC: 0.15 a 59,89, 1 ECA, diez participantes), las convulsiones (RR 3,00; IC: 0,24 a 37,67, 1 ECA, dos participantes), la hipotensión (RR 3,04; IC: 0,33 a 28,31, dos ECA, 119 participantes) no encontraron diferencias significativas entre el fármaco GABA y placebo (evidencia de calidad muy baja). La evidencia sobre el estado mental tampoco mostró un efecto entre los grupos de tratamiento (seis ECA, n = 121, RR 2,65; IC: 0,71 a 9,86; evidencia de calidad muy baja), así como los datos de abandono temprano del estudio (alrededor del 10% en ambos grupos, seis ECA, n = 218, RR 1,47; IC: 0,69 a 3,15; evidencia de calidad muy baja). Ningún estudio informó sobre la confianza social, la inclusión social, las redes sociales o la calidad de vida personalizada, resultados que se consideraron importantes para los pacientes.
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