El asma aguda es una emergencia pediátrica frecuente prevalente en muchos países. El tratamiento tiene como objetivo revertir el asma al abrir las vías respiratorias y se dirige a la inflamación subyacente de estas estructuras. Los beta agonistas, los agentes anticolinérgicos y los glucocorticoides son actualmente las estrategias más utilizadas. En el pasado la aminofilina se administró ampliamente para el tratamiento del asma aguda, a pesar de sus efectos secundarios. Sin embargo, su administración ha disminuido con la disponibilidad de broncodilatadores y glucocorticoides inhalados efectivos. El propósito de esta revisión fue evaluar si la administración de aminofilina intravenosa en niños que reciben broncodilatadores inhalados y glucocorticoides maximizados produce efectos beneficiosos adicionales. Se identificó un pequeño número de ensayos de buena calidad que compararon la aminofilina con placebo en niños a los que se les administró tratamiento con broncodilatadores inhalados y glucocorticoides. Esta revisión encontró evidencia de que los niños tratados con aminofilina tuvieron una mayor mejoría en la función pulmonar que los niños tratados con placebo, cuando ambos grupos recibieron broncodilatadores y esteroides inhalados y respondieron de manera incompleta a estos tratamientos iniciales. Sin embargo, la administración de aminofilina también dio lugar a un mayor riesgo de vómitos. La administración de aminofilina en niños puede ser apropiada si los niños tienen un papel en las exacerbaciones agudas graves del asma, donde la respuesta al tratamiento maximizado (broncodilatadores inhalados y glucocorticoides) es deficiente. Estos resultados se basan en números pequeños y es necesario continuar los trabajos en esta área.
En los niños con exacerbación grave del asma, el agregado de aminofilina intravenosa a los agonistas ß2 y a los glucocorticoides (con o sin anticolinérgicos) mejora la función pulmonar en las seis horas siguientes al tratamiento. Sin embargo, no hay una reducción aparente de los síntomas, el número de tratamientos nebulizados ni la duración de la estancia hospitalaria. No hay evidencia suficiente para evaluar la repercusión sobre la oxigenación, el ingreso en la UCIP y la ventilación mecánica. La aminofilina se asocia con un aumento significativo del riesgo de vómitos.
Desde la llegada de los agonistas ß2 inhalados, los agentes anticolinérgicos y los glucocorticoides, el papel de la aminofilina en el asma aguda pediátrica se ha vuelto menos claro. Aún existe cierto consenso en cuanto a que es beneficiosa para los niños con asma grave aguda que reciben un tratamiento maximizado (oxígeno, broncodilatadores inhalados y glucocorticoides).
Determinar si el agregado de aminofilina intravenosa produce un efecto beneficioso en los niños con asma grave aguda que reciben tratamiento convencional.
Se utilizó el registro de ensayos del Grupo Cochrane de Vías Respiratorias (Cochrane Airways Group) para identificar los estudios pertinentes. La última búsqueda se realizó en febrero 2007.
Los ensayos controlados aleatorizados que compararon la aminofilina intravenosa con placebo, además de la atención habitual en los niños, cumplieron los criterios de inclusión.
Dos autores de la revisión de forma independiente evaluaron los estudios y extrajeron los datos. Los desacuerdos acerca de la selección de los ensayos se resolvieron mediante consenso. Se intentó establecer contacto con los autores para verificar la exactitud de los datos.
Siete ensayos cumplieron los criterios de inclusión (380 participantes). La calidad metodológica fue alta. Todos los estudios reclutaron niños con asma grave aguda y que requería ingreso en el hospital. Seis estudios buscaron participantes que no respondieron al beta-agonista nebulizado de acción corta y les administraron esteroides sistémicos. En dos estudios en los que algunos niños pudieron realizar una espirometría, el valor inicial del VEF1 estuvo entre el 35% y el 45% pronosticado. El agregado de aminofilina a los esteroides y agonistas ß2 mejoró significativamente el VEF1% predicho sobre placebo a las seis a ocho, 12 a 18 horas y 24 horas. La aminofilina dio lugar a una mayor mejora en el FEM% predicho con respecto a placebo a las 12 a 18 horas. No hubo diferencias significativas en cuanto a la duración de la estancia hospitalaria, los síntomas, la frecuencia de las nebulizaciones y las tasas de ventilación mecánica. No hubo datos suficientes disponibles que permitieran agregar la oxigenación y la duración de la oxigenoterapia suplementaria. La aminofilina hizo que se triplicara el riesgo de vómitos. No hubo diferencias significativas entre los grupos de tratamiento en cuanto a la hipopotasemia, los dolores de cabeza, el temblor, las convulsiones, las arritmias y las muertes.
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