La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad que afecta a los adultos jóvenes y de mediana edad, causando diferentes síntomas en los individuos. Es causado por el daño a las vainas de mielina (fibras que envuelven y protegen los nervios y la médula espinal). El potasio (un mineral) es importante para la función nerviosa, pero puede volverse demasiado activo cuando no hay suficiente mielina. Los fármacos bloqueadores de potasio (4-aminopiridina AP, y 3,4-daminopiridina DAP) pueden ser capaces de mejorar la función nerviosa en los nervios sin suficiente mielina. Sin embargo, la revisión de los ensayos encontró que no hay suficiente evidencia sobre la seguridad de estos fármacos o si los beneficios son ciertos.
La información disponible actualmente no permite ninguna declaración imparcial sobre la seguridad o la eficacia de las aminopiridinas para el tratamiento de los síntomas de la EM. Además, no se pudieron obtener datos sobre tres ECA no publicados (más de 300 participantes). Se llegó a la conclusión de que el sesgo de publicación sigue siendo un problema generalizado en esta área y que, hasta que los resultados de estos estudios no publicados no estén a disposición de la comunidad científica, no es posible hacer una estimación fiable de la efectividad de las aminopiridinas en el tratamiento de los síntomas de la EM.
Los bloqueadores del canal de potasio 4-aminopiridina (AP) y 3,4-diaminopiridina (DAP) aumentan la conducción nerviosa en las fibras nerviosas desmielinizadas, y se han propuesto como una terapia sintomática para los pacientes con esclerosis múltiple (EM).
Determinar la eficacia y la seguridad de las aminopiridinas para los déficits neurológicos en adultos con EM.
Se realizaron búsquedas en el registro de ensayos del Grupo Cochrane de Esclerosis Múltiple (Cochrane MS Group) (diciembre de 2004), el Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials) ( Número 4, 2004), MEDLINE (enero de 1966 a diciembre de 2004) y EMBASE (1974 a diciembre de 2004). Se realizaron búsquedas manuales en las referencias bibliográficas de los estudios recuperados y en los informes de simposios recientes sobre la EM, y se estableció contacto con los investigadores de los estudios conocidos.
Se incluyeron ensayos que cumplían todos los criterios siguientes: ensayos controlados aleatorizados (ECA); adultos con EM, sin exacerbación; tratamiento de AP o DAP versus placebo; variables principales de evaluación clínica.
Tres autores de la revisión extrajeron de forma independiente los datos y evaluaron la calidad de los ensayos de 17 estudios completos.
Se consideraron seis estudios (ocho publicaciones, 198 participantes, todos ensayos cruzados (crossover )). Cinco estudios evaluaron la eficacia de la AP frente al placebo, uno comparó la DAP con un placebo activo. La duración del tratamiento osciló entre horas y seis meses. La puntuación media de calidad de los estudios fue de tres.
De los 198 participantes tratados, hubo seis efectos secundarios importantes: una encefalopatía aguda, tres episodios de confusión y dos convulsiones.
Tres estudios (54 participantes) evaluaron la prueba muscular manual, con 29 participantes (54%) que mejoraron en al menos un distrito muscular durante el tratamiento del estudio versus cuatro participantes (7%) durante el placebo (odds-ratio [OR] 14,5; intervalo de confianza [IC] del 95%: 4,7 a 43,7). Nueve de los 54 participantes (17%) mejoraron su deambulación durante el tratamiento del estudio, versus ninguno durante el placebo (p < 0,001). Se encontró una puntuación más baja en la Expanded Disability Status Scale (EDSS) en 13/198 participantes durante el tratamiento del estudio (7%) versus ninguno durante el placebo (p < 0,001). No se encontró ninguna mejora en las pruebas neuropsicológicas en tres ensayos que evaluaban la función cognitiva. Finalmente, 47/136 adultos con EM (35%) se sintieron mejor cuando recibieron el fármaco en estudio, contra 7(5%) con placebo (OR 9,7, IC del 95%: 4,3 a 22,0).
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