El tratamiento óptimo para los espasmos infantiles aún debe probarse de forma confiable, en parte debido a los diferentes objetivos de los estudios existentes. Sin embargo, se pueden extraer algunas conclusiones útiles a partir de las pruebas disponibles.
Los espasmos infantiles son un trastorno de crisis convulsivas poco frecuente que comúnmente se asocia con dificultades graves de aprendizaje. Se utilizan actualmente muchos tratamientos diferentes alrededor del mundo para el tratamiento de este trastorno y muchos más se han utilizado anteriormente, con frecuencia, con poco éxito. No todos los tratamientos están autorizados en todos los países. La mayoría de tratamientos están asociados con efectos adversos significativos. Se necesita investigación adicional para explorar los beneficios a largo plazo de diferentes tratamientos para el control de las crisis convulsivas y el desarrollo neurológico. Dos estudios han revelado que el placebo no presenta la misma efectividad que un tratamiento activo en cuanto a la resolución de los espasmos. Las pruebas más sólidas indican que el tratamiento hormonal (prednisolona o tetracosactida de depósito) da lugar a la resolución de los espasmos de forma más rápida y en más neonatos en comparación con vigabatrina. Las respuestas sin recaída posterior pueden no ser diferentes, aunque un estudio indicó que el tratamiento hormonal (prednisolona o tetracosactida) podría mejorar los resultados del desarrollo neurológico a largo plazo en los neonatos y los niños pequeños en los que no se ha identificado una causa subyacente de los espasmos infantiles. Esto hace más atractivo el tratamiento hormonal, al menos para este grupo de niños. Se necesita más información e investigación adicional para comparar las terapias disponibles en la actualidad.
Hasta la fecha, pocos ECA bien diseñados han considerado el tratamiento de los espasmos infantiles, y los números de pacientes incluidos han sido pequeños. En la mayoría, la metodología ha sido deficiente, en consecuencia, no está claro qué tratamiento es óptimo para este síndrome de epilepsia. El tratamiento hormonal resuelve los espasmos en más neonatos que la vigabatrina, aunque lo anterior puede o no traducirse en mejores resultados a largo plazo. Si se utiliza prednisolona o vigabatrina, se recomienda una dosificación alta. La vigabatrina puede ser el tratamiento de elección en la esclerosis tuberosa. La resolución de las características del EEG puede ser importante, aunque la misma no se ha probado. Se requiere investigación adicional que utilice estudios grandes con metodología consistente.
Los espasmos infantiles (Síndrome de West) son un síndrome que incluye un tipo peculiar de crisis convulsiva epiléptica —los espasmos— y una anomalía electroencefalográfica (EEG) a menudo denominada hipsarritmia. Con frecuencia se observa un retraso psicomotor al momento del seguimiento. Aproximadamente dos tercios de los neonatos afectados tendrán una anomalía neurológica subyacente detectable, aunque todavía se conoce poco acerca de la base fisiopatológica de los espasmos infantiles y el tratamiento sigue siendo problemático.
Comparar los efectos de los tratamientos farmacológicos individuales utilizados para tratar los espasmos infantiles en cuanto al control de los espasmos, la resolución del EEG, las tasas de recaídas, el desarrollo psicomotor, la epilepsia posterior, los efectos secundarios y la mortalidad.
Para identificar datos publicados, se realizaron búsquedas en el registro especializado del Grupo Cochrane de Epilepsia (Cochrane Epilepsy Group, octubre de 2012), CENTRAL (The Cochrane Library 2012, número 9), MEDLINE (de 1946 hasta septiembre de 2012, semana 4), EMBASE (de 1980 hasta marzo de 2003), y las listas de referencia de todos los artículos obtenidos.
Para identificar datos no publicados, se realizaron búsquedas en el registro ISRCTN (www.controlled-trials.com), se mantuvo correspondencia con colegas y compañías farmacéuticas, y se hicieron peticiones en conferencias internacionales.
Todos los ensayos controlados aleatorios (ECA) sobre la administración de tratamiento farmacológico en pacientes con espasmos infantiles.
La recopilación de datos de todas las publicaciones pertinentes se llevó a cabo de forma independiente por tres autores (antes de 2010) o por dos autores de la revisión utilizando una proforma estándar. El análisis incluyó la evaluación de la calidad del estudio y una búsqueda de las fuentes de heterogeneidad.
Se encontraron 16 ECA pequeños (menos de 100 pacientes reclutados) y dos ECA grandes (más de 100 pacientes reclutados). Estos 18 estudios observaron a un total de 916 pacientes tratados con un total de 12 agentes farmacológicos diferentes. En general la metodología de los estudios fue deficiente, en parte debido a los dilemas éticos, como la aplicación de inyecciones de placebo a los niños. Dos estudios revelaron que el placebo no mostró la misma efectividad que el tratamiento activo en cuanto a la resolución de los espasmos. Las pruebas más sólidas indicaron que el tratamiento hormonal (prednisolona o tetracosactida de depósito) da lugar a la resolución de los espasmos de forma más rápida y en más neonatos en comparación con vigabatrina. Las respuestas sin recaída posterior pueden no ser diferentes. El mismo estudio indica que los tratamientos hormonales podrían mejorar el resultado del desarrollo a largo plazo en comparación con vigabatrina en los neonatos en los que no se encontró una causa subyacente de los espasmos infantiles.