Pregunta de la revisión
Se revisó la evidencia de los efectos adversos y beneficios de administrar de manera regular antibióticos a personas con fibrosis quística para prevenir la infección pulmonar por un microbio llamado Staphylococcus aureus.
Antecedentes
La fibrosis quística bloquea las vías respiratorias con moco y causa infección frecuente de las vías respiratorias. Con el tiempo, esto puede dar lugar a la daño pulmonar e insuficiencia respiratoria. La mayoría de las muertes en la FQ están causadas por la insuficiencia respiratoria. Las personas con fibrosis quística en ocasiones toman antibióticos de manera regular para prevenir la infección por Staphylococcus aureus. No obstante, los antibióticos también pueden tener efectos secundarios como candidiasis oral o diarrea y un uso prolongado podría conllevar otras infección más graves. Esta es una actualización de una revisión publicada anteriormente.
Fecha de la búsqueda
La evidencia está actualizada hasta: 27 de febrero de 2020.
Características de los estudios
La revisión incluye cuatro estudios con 401 niños; no hubo estudios en adultos. Los niños fueron agrupados al azar y recibieron un antibiótico oral de forma continua como prevención durante al menos un año o no recibieron ningún tratamiento antibiótico para prevenir la infección por Staphylococcus aureus. A todos los niños se les podía dar antibióticos adicionales si su médico consideraba que los necesitaban, basándose en los síntomas y los microbios que crecen en sus secreciones respiratorias. Los estudios duraron un máximo de seis años.
Resultados clave
La revisión halló cierta evidencia de calidad baja de que administrar de manera regular antibióticos a niños pequeños (continuado hasta los seis años de edad) podría car lugar a menos infecciones por Staphylococcus aureus. En otros desenlaces de la revisión (peso, necesidad de antibióticos adicionales, efectos secundarios del número de infecciones por Pseudomonas aeruginosa) no hubo diferencia entre administrar antibióticos regularmente o no. Puesto que ninguno de los estudios duró más de seis años, no es posible sacar conclusiones sobre el uso a largo plazo. Además, debido a que todos son estudios con niños, no es posible hacer comentarios sobre su uso en adultos. En las futuras investigaciones se debería tratar de abordar más a fondo si este tratamiento reduce, aumenta o no tiene efectos sobre las tasas posteriores de infección por Pseudomonas aeruginosa y examinar los patrones de resistencia a los antibióticos y de supervivencia. Un gran estudio en curso llamado CF-START tiene como objetivo abordar estas incertidumbres.
Calidad de la evidencia
En general, la calidad de la evidencia fue preocupante. Todos los estudios fueron de calidad variable y se consideró que la calidad de la evidencia fue baja para los desenlaces evaluados. Se consideró que los dos estudios más antiguos tenían un riesgo mayor de sesgo en general en comparación con los dos estudios más recientes. En particular, esto se debió a que los participantes de los estudios (o sus padres o cuidadores) podían saber el tratamiento que estaban recibiendo, y además un estudio no indicó si alguien había abandonado y, de ser así, cuáles eran las razones. Sólo el estudio más reciente pareció no tener sesgo, aunque incluso en este caso no se pudo afirmar si los resultados del estudio se vieron distorsionados por la forma en que se analizaron los datos. Dadas estas preocupaciones, si los resultados de futuros ensayos confirmaran los hallazgos actuales, aumentaría la confianza en las conclusiones.
La profilaxis con antibióticos antiestafilocócicos podría hacer que hubiese menos niños con cepas aisladas de Staphylococcus aureus, cuando se inicia en la primera infancia y continúa hasta los seis años de edad. No está clara la importancia clínica de este hallazgo. Las investigaciones ulteriores podrían establecer si la tendencia a que haya más niños con FQ con Pseudomonas aeruginosa, después de cuatro a seis años de profilaxis, es un hallazgo fortuito y si la elección del antibiótico o la duración del tratamiento podrían influir en ello.
Staphylococcus aureus causa infección pulmonar en niños pequeños con fibrosis quística. Los antibióticos profilácticos se prescriben con la esperanza de prevenir tal infección y el daño pulmonar. Los antibióticos tienen efectos adversos y su uso a largo plazo podría conllevar una infección por Pseudomonas aeruginosa. Esta es una actualización de una revisión publicada anteriormente.
Para evaluar la profilaxis continua con antibiótico oral para prevenir la adquisición de Staphylococcus aureus versus ninguna profilaxis en personas con fibrosis quística, se comprobaron las siguientes hipótesis para investigar si la profilaxis:
1. mejora el estado clínico, la función pulmonar y la supervivencia;
2. conlleva menos cepas aisladas Staphylococcus aureus;
3. causa efectos adversos (p. ej. diarrea, erupción cutánea, o candidiasis);
4. conlleva menos cepas aisladas de otros patógenos habituales de secreciones respiratorias;
5. da lugar a la aparición de resistencia a los antibióticos y colonización de las vías respiratorias por Pseudomonas aeruginosa.
Se realizaron búsquedas en el registro de ensayos del Grupo Cochrane de Fibrosis Quística (Cochrane Cystic Fibrosis and Genetic Disorders Group), que comprende referencias identificadas por búsquedas exhaustivas en bases de datos electrónicas, búsquedas manuales en revistas pertinentes y libros de resúmenes de actas de congresos. Se contactó con empresas fabricantes de antibióticos antiestafilocócicos.
Búsqueda más reciente en el registro del Grupo: 27 de febrero de 2020.
También se hicieron búsquedas en registros de ensayos en línea. Búsqueda más reciente en registros de ensayos en línea: 15 de septiembre de 2020.
Ensayos aleatorizados de antibióticos profilácticos orales continuos (administrados durante al menos un año) comparados con antibióticos intermitentes administrados “a demanda”, en personas con fibrosis quística de cualquier gravedad de la enfermedad.
Los autores evaluaron la elegibilidad de los estudios y la calidad metodológica y extrajeron los datos. La calidad de la evidencia se evaluó mediante los criterios GRADE. Los principales desenlaces de interés de la revisión fueron la función pulmonar por espirometría (volumen espiratorio forzado en un segundo [VEF1]) y el número de personas con una o más cepas aisladas de Staphylococcus aureus (cepas sensibles).
Se incluyeron cuatro estudios, con un total de 401 participantes asignados al azar de entre cero y siete años de edad; un estudio está en curso. Los dos estudios más antiguos incluidos tenían en general un mayor riesgo de sesgo en todos los ámbitos, pero en particular debido a la falta de ocultación y a dato de resultado incompletos, que los dos estudios más recientes. Sólo se consideró que no tenía sesgo el estudio más reciente, aunque incluso en este caso no se pudo asegurar el efecto de los análisis por protocolo en los resultados del estudio. La calidad de la evidencia se consideró baja para todos los desenlaces evaluados tras ser rebajada de acuerdo con los criterios GRADE. Las decisiones de rebajar la categoría se debieron a limitaciones en el diseño del estudio (todos los desenlaces), la imprecisión y la inconsistencia.
Es probable que los antibióticos antiestafilocócicos profilácticos suponen poca o ninguna diferencia en la función pulmonar medida como el VEF1 % predicho después de seis años (diferencia media [DM] -2,30, intervalo de confianza [IC] del 95% -13,59 a 8,99, un estudio, n = 119, evidencia de baja calidad); pero podría reducir el número de niños que tienen uno o más cepas aisladas de Staphylococcus aureus a los dos años (odds ratio [OR] 0,21, IC del 95%: 0,13 a 0,35, tres estudios, n = 315, evidencia de baja calidad). En este punto temporal, podría haber poco o ningún efecto sobre la nutrición informada mediante la puntuación de peso z (DM 0,06; IC del 95%: -0,33 a 0,45; dos estudios, n = 140, evidencia de calidad baja), los ciclos adicionales de antibióticos (OR 0,18; IC del 95%: 0,01 a 3,60; un estudio, n = 119, evidencia de calidad baja) o los efectos adversos (evidencia de baja calidad). No hubo diferencias en el número de cepas aisladas de Pseudomonas aeruginosa entre los grupos a los dos años (OR 0,74; IC del 95%: 0,45 a 1,23; tres estudios, n = 312, evidencia de baja calidad), aunque hubo una tendencia hacia una menor tasa acumulativa de cepas aisladas de Pseudomonas aeruginosa en el grupo de profilaxis a los dos y tres años y hacia una tasa más alta de cuatro a seis años. Dado que los estudios observados duraron seis años o menos, no se pueden sacar conclusiones sobre los efectos a largo plazo de la profilaxis.
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