La salud psicosocial de los padres puede tener un efecto significativo sobre la relación entre padres e hijos, con consecuencias en la salud psicológica posterior del niño. Algunos programas de crianza intentan mejorar aspectos del bienestar de los padres y esta revisión analizó específicamente si los programas de crianza grupales son efectivos para mejorar cualquier aspecto de la salud psicosocial de los padres (por ejemplo, ansiedad, depresión, culpa, confianza).
Se efectuaron búsquedas en bases de datos electrónicas para obtener ensayos controlados aleatorios en los cuales los participantes se habían asignado a un grupo experimental o control y que informaran resultados de al menos una medida científicamente estandarizada de la salud psicosocial de los padres.
Se incluyeron 48 estudios con 4937 participantes que abarcaron tres tipos de programas: conductuales, cognitivo conductuales y multimodales. En general, los resultados indicaron mejorías a corto plazo estadísticamente significativas en los padres con respecto a la depresión, la ansiedad, el estrés, la ira, la culpa, la confianza y la satisfacción en cuanto a la relación con la pareja. Sin embargo, solo el estrés y la confianza permanecieron estadísticamente significativos a los seis meses de seguimiento y ninguno fue significativo un año más tarde. No hubo pruebas de efectividad en cuanto a la autoestima en cualquier punto temporal. Ninguno de los estudios informó sobre la agresión ni los resultados adversos.
Sólo cuatro estudios informaron los resultados de los padres de forma separada. Estos datos limitados mostraron una mejoría a corto plazo estadísticamente significativa en el estrés de los padres, pero no indicaron si los programas de crianza fueron útiles en cuanto a la mejoría de los síntomas depresivos, la confianza ni la satisfacción con la pareja.
Esta revisión muestra pruebas de los efectos beneficiosos a corto plazo de los programas de crianza sobre la depresión, la ansiedad, el estrés, la ira, la culpa, la confianza y la satisfacción en cuanto a la relación con la pareja. Los hallazgos indican que se podría necesitar aporte adicional para ayudar a los padres a mantener estos efectos beneficiosos. Sin embargo, se necesitan más estudios de investigación que consideren explícitamente los efectos beneficiosos para los padres y que proporcionen pruebas de la efectividad comparativa de diferentes tipos de programas e identifiquen los mecanismos involucrados para producir un cambio.
Los hallazgos de esta revisión apoyan el uso de los programas de crianza para mejorar el bienestar psicosocial de los padres a corto plazo. Se podría necesitar aporte adicional para asegurar que se mantengan estos resultados. Se necesitan más estudios de investigación que consideren explícitamente los efectos beneficiosos para los padres y que examinen la efectividad comparativa de diferentes tipos de programas junto con los mecanismos por los cuales dichos programas producen mejorías en el funcionamiento psicosocial de los padres.
La salud psicosocial de los padres puede tener un efecto significativo sobre la relación entre padres e hijos, con consecuencias en la salud psicológica posterior del niño. Se ha demostrado que los programas de crianza tienen un impacto sobre la adaptación emocional y conductual de los niños, pero hasta la fecha, no se han realizado revisiones de su impacto sobre el bienestar psicosocial de los padres.
Evaluar si los programas de crianza grupales son efectivos para mejorar el bienestar psicosocial de los padres (por ejemplo, ansiedad, depresión, culpa, confianza).
El 5 de diciembre de 2011 se realizaron búsquedas en las siguientes bases de datos: CENTRAL (2011, número 4), MEDLINE (desde 1950 hasta noviembre de 2011), EMBASE (desde 1980 hasta la semana 48 de 2011), BIOSIS (desde 1970 hasta el 2 de diciembre de 2011), CINAHL (desde 1982 hasta noviembre de 2011), PsycINFO (desde 1970 hasta la semana cinco de noviembre de 2011), ERIC (desde 1966 hasta noviembre de 2011), Sociological Abstracts (desde 1952 hasta noviembre de 2011), Social Science Citation Index (desde 1970 hasta el de 2 diciembre de 2011), metaRegister of Controlled Trials (5 de diciembre de 2011), NSPCC Library (5 de diciembre de 2011). El 10 de noviembre de 2012 se realizaron búsquedas en ASSIA (desde 1980 hasta la actualidad) y la última búsqueda en el National Research Register fue en el 2005.
Se incluyeron ensayos controlados aleatorios que compararon un programa de crianza grupal con una condición control y que utilizaron al menos una medida estandarizada de la salud psicosocial de los padres. Las condiciones control podrían ser lista de espera, ningún tratamiento, tratamiento habitual o placebo.
Al menos dos revisores extrajeron los datos y evaluaron el riesgo de sesgo en cada estudio de forma independiente. Los estudios se examinaron para obtener cualquier información sobre los efectos adversos. Cuando faltó información en los informes de los ensayos, se estableció contacto con los autores. El efecto del tratamiento se estandarizó para cada resultado de cada estudio al dividir la diferencia de medias de las puntuaciones posteriores a la intervención entre los grupos de intervención y control mediante la desviación estándar agrupada.
Se incluyeron 48 estudios con 4937 participantes que abarcaron tres tipos de programas: conductuales, cognitivo conductuales y multimodales. En general, se encontró que los programas de crianza grupales provocaron mejorías a corto plazo estadísticamente significativas en la depresión (diferencia de medias estandarizada [DME] -0,17; intervalo de confianza [IC] del 95%: -0,28 a -0,07), la ansiedad (DME -0,22; IC del 95%: -0,43 a -0,01), el estrés (DME -0,29; IC del 95%: -0,42 a -0,15 ), la ira (DME -0,60; IC del 95%: -1,00 a -0,20), la culpa (DME -0,79; IC del 95%: -1,18 a -0,41), la confianza (DME -0,34; IC del 95%: -0,51 a -0,17) y la satisfacción en cuanto a la relación con la pareja (DME -0,28; IC del 95%: -0,47 a -0,09). Sin embargo, solo el estrés y la confianza permanecieron estadísticamente significativos a los seis meses de seguimiento y ninguno fue significativo un año más tarde. No hubo pruebas de efectos sobre la autoestima (DME -0,01; IC del 95%: -0,45 a 0,42). Ninguno de los ensayos informó sobre la agresión ni los efectos adversos.
Los datos limitados centrados explícitamente en los resultados de los padres mostraron una mejoría a corto plazo estadísticamente significativa en el estrés de los padres (DME -0,43; IC del 95%: -0,79 a -0,06). No fue posible combinar los datos de otros resultados y los resultados de los estudios individuales no fueron concluyentes en cuanto a los efectos sobre los síntomas depresivos, la confianza ni la satisfacción con la pareja.
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