La zidovudina (AZT) fue el primer medicamento antirretroviral utilizado en el VIH y el SIDA. Es costosa y tiene varios efectos adversos, como náuseas, vómitos, problemas sanguíneos (anemia y neutropenia) y miopatía (debilidad muscular). Los dos siguientes fármacos desarrollados para el VIH fueron la didanosina (ddI) y la zalcitabina (ddC). Los efectos adversos de la ddI incluyen náuseas, vómitos, diarrea y problemas con el páncreas (pancreatitis) y los nervios de los brazos y las piernas (neuropatía periférica). Los efectos adversos de la ddC son las úlceras bucales y la neuropatía periférica. La revisión de los ensayos encontró que tanto la progresión de la enfermedad por VIH como la muerte, se retrasan con la ddI, y quizás también con la ddC, al menos cuando se utilizan con AZT.
El uso de ddI y, en menor medida, de ddC retrasó la progresión de la enfermedad por VIH como la muerte, al menos cuando se agregó a la AZT.
La monoterapia con zidovudina (AZT) fue el primer fármaco antirretroviral que se probó ampliamente. Los dos siguientes fármacos que se desarrollaron fueron la didanosina (ddI) y la zalcitabina (ddC).
Evaluar los efectos de la zidovudina (AZT), la zidovudina más didanosina (ddI) y la zidovudina más zalcitabina (ddC) sobre la progresión de la enfermedad por VIH y la supervivencia.
Se estableció contacto con investigadores y compañías farmacéuticas, y las búsquedas en MEDLINE se complementaron con búsquedas en resúmenes de congresos.
Ensayos controlados aleatorizados que compararon dos de AZT más ddI, AZT más ddC o AZT sola en participantes con o sin SIDA y que recopilaron información sobre las muertes y los nuevos eventos de SIDA.
Se obtuvieron los datos de los pacientes individuales con, siempre que fue posible, un seguimiento más allá de lo publicado previamente y se verificó la consistencia interna y la consistencia con cualquier informe publicado; cualquier discrepancia aparente se resolvió con los autores de los ensayos.
Se analizó el tiempo transcurrido hasta la muerte y hasta la progresión de la enfermedad (definida como un nuevo evento definitorio de SIDA o previo a la muerte) sobre la base de la intención de tratar, estratificado para evitar comparaciones directas entre los participantes de ensayos diferentes.
Se incluyeron seis ensayos en el metanálisis. Durante una mediana de seguimiento de 29 meses, 2904 individuos progresaron, de los cuales 1850 murieron. El agregado de ddI a la AZT retrasó la progresión (RR 0,74; IC del 95%: 0,67 a 0,82; p < 0,0001) y la muerte (RR 0,72; IC del 95%: 0,64 a 0,82; p < 0,0001). Asimismo, el agregado de ddC a la AZT también retrasó la progresión (RR 0,86; IC del 95%: 0,78 a 0,94; p = 0,001) y la muerte (RR 0,87; IC del 95%: 0,77 a 0,98; p = 0,02). Al cabo de tres años, los porcentajes calculados de personas vivas y sin un nuevo evento de SIDA fueron del 53% para AZT+ddI, del 49% para AZT+ddC y del 44% para AZT sola; los porcentajes de personas vivas fueron del 68%, 63% y 59% respectivamente. Cinco de los seis ensayos incluían comparaciones asignadas al azar de AZT+ddI versus AZT+ddC: en ellos, el régimen de AZT+ddI tuvo mayores efectos sobre la progresión de la enfermedad (p = 0,004) y la muerte (p = 0,009).
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