La terapia hormonal se utiliza para controlar los síntomas menopáusicos. También se ha utilizado para la prevención de las enfermedades cardiovasculares en mujeres posmenopáusicas. En esta revisión se evaluaron los efectos de la terapia hormonal durante seis meses o más. Diecinueve ensayos controlados aleatorizados (con 40 410 mujeres) compararon la terapia hormonal oral (estrógenos, con o sin progestágeno) con placebo. En su mayoría las participantes eran de los Estados Unidos, y la media de edad en la mayoría de los estudios fue 60 años. La duración del tratamiento de las mujeres varió entre los ensayos de siete meses a 10,1 años. Por lo general los estudios fueron bien realizados, con un riesgo bajo de sesgo.
En general, los resultados no mostraron evidencia de que la terapia hormonal proporcione algún efecto protector contra la muerte por cualquier causa, la muerte específicamente por enfermedades cardiovasculares, el infarto no mortal o la angina, en mujeres sanas o con cardiopatía preexistente. En su lugar, en las mujeres posmenopáusicas la terapia hormonal aumentó el riesgo de ictus y obstrucción de una vena por un coágulo de sangre (tromboembolia venosa).
Hay confianza en que los resultados de esta revisión están cerca de los efectos verdaderos para la mayoría de los desenlaces analizados. Los estudios fueron grandes, bien diseñados y los resultados fueron generalmente consistentes entre los estudios.
Los resultados de la revisión aportan evidencia sólida de que el tratamiento con terapia hormonal en las mujeres posmenopáusicas en general, para la prevención primaria o secundaria de los eventos de enfermedades cardiovasculares tiene pocos efectos beneficiosos, de tener alguno, y provoca un aumento en el riesgo de accidente cerebrovascular y eventos tromboembólicos venosos.
La evidencia de revisiones sistemáticas de estudios observacionales indica que la terapia hormonal puede tener efectos beneficiosos al reducir la incidencia de eventos de enfermedades cardiovasculares en mujeres posmenopáusicas; sin embargo, los resultados de los ensayos controlados aleatorizados (ECA) han sido diversos. Ésta es una versión actualizada de una revisión Cochrane publicada por primera vez en 2013.
Evaluar los efectos de la terapia hormonal para la prevención de las enfermedades cardiovasculares en mujeres posmenopáusicas, y si existen efectos diferenciales entre la administración para la prevención primaria o secundaria.
Los objetivos secundarios fueron realizar análisis exploratorios para (i) evaluar la repercusión del tiempo desde la menopausia hasta el comienzo del tratamiento (≥ diez años versus < diez años) y cuando estos datos no estuvieron disponibles, la edad de las participantes del ensayo al comenzar la administración como una variable indirecta (≥ 60 años de edad versus < 60 años de edad); y (ii) evaluar los efectos de la duración del tratamiento.
Se hicieron búsquedas en las siguientes bases de datos el 25 de febrero de 2014: Registro Cochrane central de ensayos controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials [CENTRAL]) en The Cochrane Library, MEDLINE, EMBASE y LILACS. También se buscó en registros de ensayos e investigación, y se verificaron las referencias de los estudios relevantes y las revisiones sistemáticas relacionadas para identificar estudios adicionales.
ECA realizados en mujeres que compararon la terapia hormonal administrada por vía oral con placebo o un control ningún tratamiento, con un mínimo de seis meses de seguimiento.
Dos autores de la revisión, de forma independiente, evaluaron la calidad de los estudios y extrajeron los datos. Se calcularon las razones de riesgos (RR) con intervalos de confianza (IC) del 95% para cada desenlace. Los resultados se combinaron mediante metanálisis de efectos aleatorios y se realizaron análisis adicionales para evaluar los efectos del tratamiento como prevención primaria o secundaria y si el tratamiento comenzó antes o después de diez años desde la menopausia.
En esta actualización se identificaron seis ensayos nuevos. Por lo tanto, la revisión incluye 19 ensayos con 40 410 mujeres posmenopáusicas. En general, la calidad de los estudios fue buena y con bajo riesgo de sesgo; los resultados están dominados por los tres ensayos más grandes. Se encontró evidencia de calidad alta de que la terapia hormonal en la prevención primaria y secundaria no confirió efectos protectores sobre la mortalidad por todas las causas, la muerte cardiovascular, el infarto de miocardio no mortal, la angina o la revascularización. Sin embargo, hubo un aumento en el riesgo de accidente cerebrovascular en el grupo de terapia hormonal en la prevención primaria y secundaria combinadas (RR 1,24; IC del 95%: 1,10 a 1,41). Con la terapia hormonal aumentaron los eventos tromboembólicos venosos (RR 1,92; IC del 95%: 1,36 a 2,69) como los émbolos pulmonares (RR 1,81; IC del 95%: 1,32 a 2,48), en relación con placebo.
El aumento del riesgo absoluto para el accidente cerebrovascular fue seis por 1000 mujeres (número necesario a tratar para un resultado perjudicial adicional [NNTD] = 165; duración media del seguimiento: 4,21 años [rango: 2,0 a 7,1]); para la tromboembolia venosa fue ocho por 1000 mujeres (NNTD = 118; duración media del seguimiento: 5,95 años [rango: 1,0 a 7,1]); y para la embolia pulmonar fue cuatro por 1000 (NNTD = 242; duración media del seguimiento: 3,13 años [rango: 1,0 a 7,1]).
Se realizaron análisis de subgrupos según el momento del comienzo del tratamiento con respecto a la menopausia. Las que iniciaron la terapia hormonal antes de los diez años después de la menopausia tuvieron menor mortalidad (RR 0,70; IC del 95%: 0,52 a 0,95; evidencia de calidad moderada) y cardiopatía coronaria (compuesto de muerte por causas cardiovasculares e infarto de miocardio no mortal) (RR 0,52; IC del 95%: 0,29 a 0,96; evidencia de calidad moderada), aunque seguían teniendo un mayor riesgo de tromboembolia venosa (RR 1,74; IC del 95%: 1,11 a 2,73, evidencia de calidad alta) en comparación con placebo o ningún tratamiento. No hubo evidencia sólida del efecto sobre el riesgo de accidente cerebrovascular en este grupo. En las que comenzaron el tratamiento más de diez años después de la menopausia hubo evidencia de calidad alta de que hubo poco efecto sobre la muerte o la cardiopatía coronaria entre los grupos, pero hubo un aumento en el riesgo de accidente cerebrovascular (RR 1,21; IC del 95%: 1,06 a 1,38; evidencia de calidad alta) y tromboembolia venosa (RR 1,96; IC del 95%: 1,37 a 2,80; evidencia de calidad alta).
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