La dismenorrea es una dolencia muy común que se refiere a los dolores menstruales en el útero (matriz). Cuando el dolor se debe a una afección médica reconocida, como la endometriosis, se denomina dismenorrea secundaria. Cuando el dolor es de causa desconocida se denomina dismenorrea primaria. Los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos o las píldoras anticonceptivas se han utilizado para el tratamiento del dolor menstrual, pero cada vez son más las mujeres que buscan tratamientos no farmacológicos. Las terapias conductuales parten de la base de que los factores psicológicos (la mente) y ambientales interactúan con los procesos físicos e influyen en ellos; por ejemplo, el estrés puede influir en el dolor menstrual. Las terapias conductuales se centran en estrategias de afrontamiento tanto físicas como psicológicas para síntomas como el dolor, en lugar de centrarse en soluciones médicas para las causas subyacentes de los síntomas. Un ejemplo de terapia conductual es el uso de la relajación para ayudar a la mujer a enfrentar los dolorosos cólicos menstruales. Esta revisión encontró que la relajación muscular progresiva con o sin imágenes y relajación podría ayudar con los síntomas espasmódicos (dolor agudo tipo cólico) del dolor menstrual. También que el entrenamiento en el control del dolor y la relajación más la biorretroalimentación podrían ayudar con el dolor menstrual en general. Los resultados no son concluyentes debido al reducido número de mujeres que participaron en los ensayos y a los métodos deficientes utilizados en algunos de ellos.
Hay alguna evidencia de cinco ECA de que las intervenciones conductuales podrían ser eficaces para la dismenorrea. Sin embargo, los resultados se deben considerar con precaución, ya que variaron mucho entre los ensayos debido a la inconsistencia en el informe de los datos, el pequeño tamaño de los ensayos, la calidad metodológica deficiente y la antigüedad de los mismos.
La dismenorrea se refiere a la aparición de cólicos menstruales dolorosos de origen uterino y es una afección ginecológica común con una morbilidad considerable. El enfoque conductual asume que los factores psicológicos y ambientales interactúan con los procesos fisiológicos e influyen en ellos. Las intervenciones conductuales para la dismenorrea podrían incluir procedimientos tanto físicos como cognitivos y centrarse en estrategias de afrontamiento tanto físicas como psicológicas para los síntomas dismenorreicos, más que en la modificación de cualquier patología orgánica subyacente.
Determinar la efectividad de cualquier intervención conductual para el tratamiento de la dismenorrea primaria o secundaria cuando se comparan entre sí, con placebo, con ningún tratamiento o con tratamientos médicos convencionales, por ejemplo, los fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINE).
Se realizaron búsquedas en el registro de ensayos del Grupo Cochrane de Trastornos menstruales y subfertilidad (Cochrane Menstrual Disorders and Subfertility Group) (búsqueda en mayo de 2009), en el Registro Cochrane central de ensayos controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials) (CENTRAL en La Biblioteca Cochrane, número 2, 2009), en MEDLINE (1966 hasta mayo de 2009), en EMBASE (1980 hasta mayo de 2009), en Social Sciences Index (1980 hasta mayo de 2009), en PsycINFO (1972 hasta mayo de 2009) y en CINAHL (1982 hasta mayo de 2009), así como en las listas de referencias de los artículos.
Ensayos controlados aleatorizados que compararon intervenciones conductuales con placebo u otras intervenciones en mujeres con dismenorrea.
Dos autores, de forma independiente, evaluaron la calidad de los ensayos y extrajeron los datos.
Se incluyeron cinco ensayos con 213 mujeres.
Intervención conductual versus control: Un ensayo de entrenamiento para el control del dolor informó sobre la reducción del dolor y los síntomas en comparación con un control. Tres ensayos de relajación comparada con control informaron resultados variados, dos ensayos no mostraron diferencias en las puntuaciones de gravedad de los síntomas; sin embargo, un ensayo informó que la relajación fue efectiva para reducir los síntomas en las pacientes con dolores menstruales con síntomas espasmódicos. Dos ensayos informaron una menor limitación en las actividades cotidianas después del tratamiento con cualquier entrenamiento de relajación para el control del dolor en comparación con un control. Un ensayo también informó una disminución en el ausentismo escolar después del tratamiento con entrenamiento para el control del dolor en comparación con un control.
Intervención conductual versus otras intervenciones conductuales: Tres ensayos no mostraron diferencias entre las intervenciones conductuales en el desenlace de mejoría de los síntomas. Un ensayo mostró que la relajación dio lugar a una disminución de la necesidad de tiempo de descanso en comparación con la relajación y las imágenes.
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