Existen diferentes técnicas quirúrgicas para la interrupción precoz del embarazo (aborto en los tres primeros meses). Se trata de la dilatación y el legrado (para raspar el contenido del útero) y la aspiración al vacío (succión del contenido del útero con un dispositivo manual o eléctrico). La histerotomía (cirugía a través del útero, como la cesárea) no se utiliza habitualmente. El cuello uterino (abertura del útero) se puede preparar previamente con hormonas para minimizar el riesgo de daños. La revisión encontró que tanto la dilatación y el legrado como la aspiración al vacío son métodos seguros y eficaces para la interrupción del embarazo en el primer trimestre y las complicaciones son poco frecuentes. La revisión no revela la preferencia de las mujeres o de los cirujanos por un método sobre el otro.
Las complicaciones del aborto quirúrgico en el primer trimestre son poco frecuentes. Los estudios incluidos no indican efectos beneficiosos globales de un método sobre el otro. La AMV se podría utilizar para el aborto quirúrgico en el primer trimestre, pero puede ser más difícil cuando se utiliza más tarde en el primer trimestre. La duración del procedimiento es más corta con la AV en comparación con la dilatación y el legrado, lo que podría ser importante cuando se utilizan anestesias locales o en clínicas con mucho trabajo. Los desenlaces como la satisfacción de las mujeres, la necesidad de aliviar el dolor o la preferencia de los cirujanos por el instrumento, no se han abordado adecuadamente. No se dispone de desenlaces a largo plazo, como la fertilidad después del aborto quirúrgico.
Los diferentes métodos quirúrgicos para la interrupción del embarazo han evolucionado a lo largo de los años: dilatación y legrado, aspiración al vacío (AV) eléctrica, aspiración manual al vacío (AMV) o histerotomía. Para todos los métodos se utiliza anestesia local o general. La preparación médica antes del aborto o la preparación cervical mecánica puede reducir la incidencia de daño cervical o uterino.
Comparar la seguridad y la eficacia de diferentes métodos quirúrgicos para el aborto del primer trimestre.
Se buscó en el Registro Cochrane de ensayos controlados (Cochrane Controlled Trials Register). Se realizó una búsqueda en las listas de referencias de los ensayos identificados. Se realizó una búsqueda adicional en MEDLINE mediante el servicio de búsqueda en Internet Pub Med.
Fueron elegibles los ensayos controlados aleatorizados que compararon diferentes métodos quirúrgicos para el aborto en el primer trimestre.
Se evaluó la calidad metodológica y la idoneidad de los ensayos considerados para inclusión. Se incluyeron 11 ensayos que dieron lugar a tres comparaciones: 1) aspiración al vacío versus dilatación y legrado, 2) cánula de aspiración flexible versus rígida, 3) aspiración manual versus aspiración eléctrica. Los resultados se presentan como razón de riesgos para los datos dicotómicos y como diferencias de medias ponderadas para los datos continuos.
No se informaron muertes maternas en los ensayos identificados.
Aspiración al vacío versus dilatación y legrado:
no hubo diferencias estadísticamente significativas en la pérdida excesiva de sangre, la transfusión de sangre, la morbilidad febril, el procedimiento de evacuación uterina incompleto o repetido, el reingreso, el dolor abdominal posoperatorio o el uso de antibióticos terapéuticos. La duración de la operación fue significativamente menor con la aspiración al vacío en comparación con la dilatación y el legrado en ambos subgrupos de edad gestacional: < 9 semanas: diferencia de medias ponderada (DMP) -1,84 minutos; intervalo de confianza (IC) del 95%: -2,542 a -1,138; =/> 9 semanas: DMP -0,600 minutos; IC del 95%: -1,166 a -0,034.
Cánula de aspiración al vacío flexible versus rígida:
no hubo diferencias estadísticamente significativas con respecto a las lesiones cervicales, la morbilidad febril, la transfusión de sangre, el uso de antibióticos terapéuticos o el procedimiento de evacuación uterina incompleto o repetido.
Aspiración manual al vacío versus aspiración al vacío eléctrica:
el dolor intenso se notificó con menos frecuencia con la AMV en comparación con la AV en mujeres con < 9 semanas de amenorrea (RR 0,73; IC del 95%: 0,47 a 1,16). En las mujeres con amenorrea de más de nueve semanas, se informó una dificultad grave del procedimiento con mayor frecuencia con la AMV en comparación con la AV (RR 5,7; IC del 95%: 2,45 a 13,28). No hubo diferencias en las lesiones cervicales, la pérdida excesiva de sangre, la transfusión de sangre, la morbilidad febril, la repetición de la evacuación uterina, la duración de la operación ni la preferencia de las mujeres entre los dos grupos.
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