Algunas veces es necesario inducir artificialmente el trabajo de parto. El aceite de ricino se ha utilizado ampliamente como método tradicional para inducir el trabajo de parto en la práctica de las comadronas. Se puede tomar por la boca o como un enema. La revisión de tres ensayos en los que participaron 233 mujeres mostró que no se han realizado suficientes estudios de investigación para mostrar los efectos del aceite de ricino en la maduración del cuello uterino o la inducción del trabajo de parto, ni para compararlo con otros métodos de inducción. La revisión encontró que todas las mujeres que tomaron aceite de ricino por la boca sintieron náuseas. Se necesitan más estudios de investigación sobre los efectos del aceite de ricino para inducir el trabajo de parto.
Los tres ensayos incluidos en la revisión tienen un número reducido de mujeres. En los tres estudios se utilizaron dosis únicas de aceite de ricino. Los resultados de estos estudios se deben interpretar con cautela debido al riesgo de sesgo introducido por la calidad metodológica deficiente. Se necesitan estudios de investigación adicionales para tratar de cuantificar la eficacia del aceite de ricino como agente para la preparación cervical y la inducción.
El aceite de ricino, un potente catártico, se deriva del grano de la planta de ricino. Informes anecdóticos, que se remontan al antiguo Egipto, han recomendado el uso del aceite de ricino para estimular el trabajo de parto. El aceite de ricino se ha administrado ampliamente como método tradicional para iniciar el trabajo de parto en la práctica de las comadronas. Su función en la iniciación del trabajo de parto no se comprende bien y los datos que examinan su eficacia en el marco de un ensayo clínico son limitados. Esta revisión forma parte de una serie de revisiones sobre métodos de maduración uterina y de inducción del trabajo de parto que utiliza una metodología estandarizada.
Determinar los efectos del aceite de ricino o los enemas para la maduración del cuello del útero en el tercer trimestre, o para la inducción del trabajo de parto, en comparación con otros métodos de preparación uterina o de inducción del trabajo de parto.
Se hicieron búsquedas en el registro de ensayos del Grupo Cochrane de Embarazo y Parto (Cochrane Pregnancy and Childbirth Group) (30 de abril 2013) y en las bibliografías de los estudios relevantes.
Ensayos clínicos que compararon el aceite de ricino, los baños o los enemas administrados para la maduración cervical o la inducción del trabajo de parto en el tercer trimestre, con placebo o ningún tratamiento, u otros métodos enumerados anteriormente en una lista predefinida de métodos de inducción del parto.
Se desarrolló una estrategia para poder trabajar con el gran volumen y la complejidad de los datos de los ensayos relacionados con la inducción del trabajo de parto. Este hecho implicó un método de obtención de datos en dos pasos.
Se incluyen tres ensayos con 233 mujeres. No hubo evidencia de diferencias en las tasas de cesárea entre las dos intervenciones en los dos ensayos que informaron sobre este resultado (riesgo relativo [RR] 2,04; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,92 a 4,55). No se presentaron datos sobre la mortalidad o la morbilidad neonatal o materna.
No hubo evidencia de una diferencia entre el aceite de ricino y placebo/ningún tratamiento para la tasa de parto instrumental, líquido teñido de meconio, o puntuación de Apgar menor de 7 a los cinco minutos. El número de participantes fue demasiado pequeño para detectar diferencias en los resultados, excepto las grandes. Todas las mujeres que ingirieron aceite de ricino sintieron náuseas (RR 59,92; IC del 95%: 8,46 a 424,52).
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