Los agentes anticolinérgicos, como Atrovent, se utilizan a veces para tratar a las personas con asma como broncodilatadores que abren las vías respiratorias en los pulmones. Esta revisión encontró que aunque este tratamiento era mejor que placebo, el tamaño del efecto era bastante pequeño. Cuando el medicamento se utilizó en combinación con broncodilatadores más utilizados (beta-agonistas como el fenoterol), no pareció añadir mucho beneficio. Sin embargo, la calidad de los estudios analizados es motivo de preocupación. Es posible que algunos adultos con asma crónica respondan al tratamiento con fármacos anticolinérgicos, pero la revisión no ha podido identificar sus características comunes.
En general, esta revisión no justifica la introducción regular de anticolinérgicos como parte del tratamiento complementario de los pacientes cuyo asma no está bien controlada con los tratamientos estándar. Esto no excluye la posibilidad de que haya un subgrupo de pacientes que obtenga algún beneficio y que aún esté justificado un ensayo de tratamiento en pacientes individuales. La función de los anticolinérgicos a largo plazo, como el bromuro de tiotropio, aún se debe establecer en los pacientes con asma y cualquier ensayo futuro podría basarse en los mensajes derivados de esta revisión.
Los agentes anticolinérgicos, como el bromuro de ipratropio, se utilizan a veces en el tratamiento del asma crónica. Tienen un efecto broncodilatador y también se han utilizado en combinación con agonistas ß2 en el tratamiento del asma crónica.
Examinar la eficacia de los agentes anticolinérgicos versus placebo y en comparación con los agonistas ß2 o como tratamiento adyuvante a los agonistas ß2.
Se buscó en la base de datos de asma y sibilancias del Grupo Cochrane de Vías respiratorias (Cochrane Airways Group) con una estrategia de búsqueda predefinida. Las búsquedas actuales se realizaron hasta agosto de 2008. También se examinaron las listas de referencias de los artículos.
Se consideraron para inclusión ensayos aleatorizados o cuasialeatorizados. Se incluyeron los estudios que evaluaron un agente anticolinérgico versus placebo o en combinación/comparación con agonistas ß2. En la práctica, todos los agonistas ß2 fueron de acción corta. Los a corto plazo (menos de 24 horas) no se consideraron en esta revisión.
Dos autores de la revisión evaluaron de forma independiente los resúmenes para recuperar los artículos de texto completo. A continuación, se evaluó la idoneidad de los artículos para su inclusión en la revisión. Dos autores de la revisión extrajeron los datos de los estudios incluidos y los introdujeron en el paquete informático (RevMan 4.2). Se estableció contacto con los autores para obtener los datos faltantes y algunos respondieron. Se analizaron los datos de los efectos adversos si se proporcionaron en los estudios incluidos.
Los estudios analizados se dividieron en dos grupos: los que compararon anticolinérgicos con placebo y los que compararon la combinación de anticolinérgicos con agonistas ß2 de acción corta versus agonistas ß2 de acción corta solos. El primer grupo tenía 13 estudios con 205 participantes incluidos en esta revisión, y el segundo nueve estudios con 440 pacientes. En general, la calidad metodológica se informó de manera deficiente, y hubo algunas reservas con respecto a la calidad de los estudios. A pesar del número limitado de estudios que se pudieron combinar, los agentes anticolinérgicos, en comparación con placebo, dieron lugar a puntuaciones más favorables de los síntomas, en particular con respecto a la disnea diurna (DMP -0,09 [IC del 95%: -0,14 a -0,04], tres estudios, 59 pacientes). Las mediciones diarias del flujo máximo también mostraron una mejoría estadísticamente significativa con los anticolinérgicos (p.ej., FEM matutino: DMP 14,38 litros/min [IC del 95%: 7,69 a 21,08]; tres estudios, 59 pacientes). Sin embargo, la significación clínica es pequeña y, en términos de mediciones de flujo máximo, equivale aproximadamente a un aumento del 7% con respecto a placebo. La comparación más relevante desde el punto de vista clínico de una combinación de anticolinérgicos más agonistas ß2 de acción corta versus agonistas ß2 de acción corta solos, no aportó evidencia con respecto a las puntuaciones de los síntomas o las tasas de flujo máximo de diferencias significativas entre los dos regímenes. Una vez más, existen reservas con respecto a la calidad de la información a partir de la que se establecen estas conclusiones. En una búsqueda actualizada realizada en agosto de 2004, no se identificaron nuevos estudios.
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