Los pacientes pueden controlar el dolor posoperatorio con la autoadministración de analgésicos mediante dispositivos diseñados para tal efecto (analgesia controlada por el paciente o ACP). La ACP incluye la autoadministración (al presionar un botón) de dosis pequeñas de opiáceos (como morfina) por vía intravenosa por medio de una bomba programable. Estudios anteriores han revelado que los pacientes suelen preferir la ACP a los métodos tradicionales de tratamiento del dolor, como la analgesia administrada por personal de enfermería a petición del paciente. Esta revisión mostró evidencia de calidad moderada a baja de que la ACP proporcionó un control del dolor ligeramente mejor y una mayor satisfacción de los pacientes en comparación con los métodos no controlados por el paciente. Los pacientes tendieron a utilizar dosis ligeramente mayores de medicación con la ACP y se presentó un mayor número de casos de prurito, pero por lo demás los efectos adversos fueron similares entre los grupos.
Desde la última versión de esta revisión, se han encontrado nuevos estudios que proporcionan información adicional. Se reanalizaron los datos, pero los resultados no alteraron sustancialmente ninguna de las conclusiones publicadas anteriormente. Esta revisión proporciona evidencia de calidad moderada a baja de que la ACP es una alternativa eficaz a la analgesia sistémica no controlada por el paciente para el control del dolor posoperatorio.
Ésta es una versión actualizada de la revisión Cochrane original publicada en el número 4, 2006. Los pacientes pueden controlar el dolor posoperatorio con la autoadministración de opiáceos intravenosos mediante dispositivos diseñados para tal efecto (analgesia controlada por el paciente o ACP). Un metanálisis de 1992 realizado por Ballantyne y colaboradores encontró una marcada preferencia entre los pacientes por la ACP sobre la analgesia no controlada por el paciente, pero no señaló diferencias en el consumo de analgésicos ni en la duración de la estancia hospitalaria posoperatoria. Aunque el metanálisis de Ballantyne encontró que la ACP tuvo un efecto beneficioso pequeño pero estadísticamente significativo sobre la intensidad del dolor, una revisión de 2001 realizada por Walder y cols. no encontró diferencias estadísticamente significativas en la intensidad o el alivio del dolor entre la ACP y los grupos tratados con analgesia no controlada por el paciente.
Evaluar la eficacia y la seguridad de la analgesia opiácea intravenosa controlada por el paciente (denominada ACP en esta revisión) versus analgesia opiácea no controlada por el paciente, como analgesia opiácea a demanda, para el alivio del dolor posoperatorio.
Se realizó la búsqueda de la revisión anterior en noviembre de 2004. Para esta actualización, se hicieron búsquedas de ensayos controlados aleatorizados (ECA) en el Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials) (CENTRAL 2014, número 12), MEDLINE (1966 hasta el 28 de enero de 2015) y en EMBASE (1980 hasta el 28 de enero de 2015) en cualquier idioma y en listas de referencias de revisiones y artículos recuperados.
Se seleccionaron ECA que evaluaron la intensidad del dolor como resultado primario o secundario. Estos estudios compararon la ACP sin una infusión de base continua con regímenes analgésicos opiáceos no controlados por el paciente. Se excluyeron los estudios que mencionaron explícitamente haber incluido a pacientes con dolor crónico.
Dos autores de la revisión extrajeron de forma independiente los datos, que incluían variables demográficas, tipo de cirugía, intervenciones, eficacia y eventos adversos. Se calificó cada estudio incluido según la calidad metodológica mediante la evaluación del riesgo de sesgo y se utilizó el enfoque GRADE para evaluar la calidad general de la evidencia. Se realizó el metanálisis de los resultados que incluyeron la intensidad del dolor evaluada por una escala visual analógica (EVA) de 0 a 100, el consumo de opiáceos, la satisfacción de los pacientes, la duración de la estancia hospitalaria y los eventos adversos.
Cuarenta y nueve estudios con 1725 participantes que recibieron ACP y 1687 participantes asignados a un grupo control cumplieron los criterios de inclusión. La revisión original incluyó 55 estudios con 2023 pacientes que recibieron ACP y 1838 pacientes asignados a un grupo control. En esta revisión actualizada se incluyeron menos estudios debido a que se revisaron los criterios de exclusión. Para el resultado primario, los participantes que recibieron ACP tuvieron puntuaciones menores de intensidad del dolor en una EVA versus la analgesia no controlada por el paciente durante la mayoría de los intervalos de tiempo, p.ej. las puntuaciones entre cero y 24 horas fueron 9 puntos menores (intervalo de confianza [IC] del 95%: -13 a -5, evidencia de calidad moderada) y entre cero y 48 horas fueron 10 puntos menores (IC del 95%: -12 a -7, evidencia de baja calidad). Entre los resultados secundarios, los participantes estuvieron más satisfechos con la ACP (81% versus 61%, valor de p = 0,002) y consumieron mayores cantidades de opiáceos que los controles (cero a 24 horas, 7 mg más de equivalentes de morfina intravenosa; IC del 95%: 1 a 13 mg). Los que recibieron ACP tuvieron una incidencia mayor de prurito (15% versus 8%, valor de p = 0,01), pero la incidencia de otros eventos adversos fue similar. No hubo diferencias en la duración de la estancia hospitalaria.
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