Las antraciclinas se encuentran entre los tratamientos de quimioterapia más efectivos disponibles para los diversos tipos de cáncer. Sin embargo, existe un riesgo de daño cardíaco (cardiotoxicidad) que depende de la dosis acumulativa. Algunos medicamentos pueden prevenir este daño, pero en el caso de muchos de ellos los autores de la revisión no encontraron evidencia de calidad alta acerca de si fueron efectivos para proteger al corazón y no pudieron establecer conclusiones. Para el dexrazoxano, los autores de la revisión encontraron diez estudios con más de 1600 pacientes. Estos estudios aportaron evidencia de que el dexrazoxano previno el daño cardíaco sin interferir con los efectos antitumorales del tratamiento con antraciclinas. Los pacientes que recibieron dexrazoxano con su tratamiento con antraciclinas presentaron cerca de un tercio del riesgo de insuficiencia cardíaca en comparación con los pacientes tratados con antraciclinas sin dexrazoxano. El dexrazoxano no tuvo efectos sobre la supervivencia. No fue posible asegurar si tuvo algún efecto secundario indeseable.
No fue posible establecer conclusiones definitivas acerca de la eficacia de los agentes cardioprotectores de los que no fue posible realizar el agrupamiento de los resultados. El dexrazoxano previene el daño cardíaco y no se identificó evidencia de una diferencia en la tasa de respuesta o en la supervivencia entre el grupo tratado con dexrazoxano y el grupo control. La evidencia disponible no permitió establecer conclusiones definitivas acerca de los efectos adversos. Se concluyó que si se espera que el riesgo de daño cardíaco sea elevado, quizás se justifique utilizar el dexrazoxano en los pacientes con cáncer tratados con antraciclinas. Sin embargo, para cada paciente individual los médicos deben sopesar el efecto cardioprotector del dexrazoxano contra el posible riesgo de efectos adversos.
Las antraciclinas se encuentran entre los agentes quimioterapéuticos más efectivos en el tratamiento de numerosas enfermedades malignas. Desafortunadamente, su uso se ve limitado por la cardiotoxicidad dependiente de la dosis. En el intento de prevenir esta cardiotoxicidad se estudiaron diferentes agentes cardioprotectores.
El objetivo de esta revisión fue evaluar la eficacia de diferentes agentes cardioprotectores para la prevención del daño cardíaco en pacientes con cáncer tratados con antraciclinas.
Se hicieron búsquedas en las bases de datos del Registro Cochrane central de ensayos controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials; CENTRAL) (La Biblioteca Cochrane 2010, número 10), MEDLINE (1966 hasta noviembre de 2010) y EMBASE (1980 hasta noviembre de 2010). Además, se hicieron búsquedas manuales en las listas de referencias, en los resúmenes de congresos de la International Society for Paediatric Oncology (SIOP) y la American Society of Clinical Oncology (ASCO) (1998 a 2010) y en registros de ensayos en curso.
Ensayos controlados aleatorizados (ECA) que compararon algún agente cardioprotector con ningún tratamiento adicional o placebo en pacientes con cáncer (niños y adultos) que recibieron antraciclinas.
Dos autores de la revisión realizaron de forma independiente la selección de los estudios, la evaluación del riesgo de sesgo y la extracción de los datos, incluidos los efectos adversos.
Se identificaron ECA para los ocho agentes cardioprotectores N-acetilcisteína, fenetilaminas, coenzima Q10, una combinación de vitamina E y C y N-acetilcisteína, L-carnitina, carvedilol y dexrazoxano (principalmente para adultos con cáncer de mama avanzado). Todos los estudios tuvieron limitaciones metodológicas y para los siete primeros agentes hubo muy pocos estudios para permitir el agrupamiento de los resultados. Ninguno de los estudios individuales mostró un efecto cardioprotector. Los diez estudios incluidos sobre el dexrazoxano reclutaron a 1619 pacientes. El metanálisis del dexrazoxano mostró un efecto beneficioso estadísticamente significativo a favor del dexrazoxano en la ocurrencia de insuficiencia cardíaca (razón de riesgos [RR] 0,29; IC del 95%: 0,20 a 0,41). No se encontró evidencia de una diferencia en la tasa de respuesta o la supervivencia entre el grupo tratado con dexrazoxano y el grupo control. Los resultados para los efectos adversos fueron ambiguos. No se identificaron diferencias significativas en la ocurrencia de neoplasias malignas secundarias.
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