El tétanos es una enfermedad causada por una bacteria (Clostridium tetani) que se encuentra en la tierra y las heces. Se puede vacunar contra ella, pero sigue matando a niños y adultos. Los recién nacidos son los más vulnerables, sobre todo en Bangladesh, India, Indonesia, Nigeria y Pakistán, principalmente por las prácticas antihigiénicas del cordón umbilical. Las heridas punzantes, las quemaduras, las perforaciones múltiples en las orejas, los tatuajes y la circuncisión (masculina y femenina) también pueden provocar una infección por tétanos. Los síntomas incluyen la aparición repentina de rigidez muscular y espasmos (contracciones involuntarias) en el cuello, la mandíbula y la espalda, suficientes para provocar un arqueo rígido de la espalda. Los espasmos de la glotis y laríngeos podrían provocar la aspiración de líquido en las vías respiratorias o la imposibilidad de respirar (asfixia). Estos espasmos progresan a lo largo de dos semanas y la recuperación tarda unas cuatro semanas. Las complicaciones de la enfermedad o de su tratamiento incluyen la depresión respiratoria, los signos extrapiramidales que imitan los espasmos y la rigidez del tétanos, la disfunción corporal (autonómica) y la neumonía. Los cuidados de enfermería paliativos, el apoyo nutricional y la fisioterapia son importantes. La ventilación mecánica rara vez está disponible en los países con pocos recursos para tratar la parálisis total. Se necesitan medicamentos para reducir los espasmos musculares y la rigidez, antibióticos para matar las bacterias e inmunoglobulina antitetánica para eliminar las toxinas del cuerpo. El diazepam tiene efectos anticonvulsivantes, relajantes musculares, sedantes y reductores de la ansiedad. El tratamiento con diazepam se asoció con menos muertes que el tratamiento con una combinación de fenobarbitona y clorpromazina. Los tratamientos combinados con diazepam no aportaron efectos beneficiosos adicionales (y podrían causar efectos perjudiciales). Los autores de la revisión buscaron en la literatura médica e identificaron dos ensayos controlados aleatorizados con un total de 134 recién nacidos y niños mayores hospitalizados que presentaban tétanos, de Nigeria (19 recién nacidos, siete niños de entre un mes y diez años de edad) e Indonesia (74 recién nacidos, 34 niños de entre tres días y 12 años). Todos los medicamentos se administraron por vía oral, ya que la medicación y la alimentación se suelen administrar por sonda nasogástrica en contextos donde la carga de la enfermedad es elevada. Ningún estudio proporcionó información sobre la seguridad de las intervenciones ni realizó un seguimiento de los supervivientes más allá del alta hospitalaria.
Aunque esta revisión indica que el diazepam solo comparado con la combinación de fenobarbitona y clorpromazina podría ser más efectivo en el tratamiento del tétanos, el tamaño pequeño, las limitaciones metodológicas y la falta de datos sobre la seguridad del fármaco a partir de los ensayos disponibles impiden establecer conclusiones definitivas que apoyen un cambio en la práctica clínica actual. La aplicación de esta observación se debe moderar en función de las necesidades y circunstancias locales, a la espera de disponer de mejor evidencia. Se recomienda un refuerzo de las medidas preventivas contra la infección por tétanos y se espera que, a la luz de la evidencia manifiesta sobre la eficacia preventiva de la inmunización con toxoide tetánico, se realicen esfuerzos concertados para las intervenciones preventivas y la erradicación final, de modo que no haya suficientes casos para un ensayo. En caso de necesitar un ensayo, lo ideal sería un gran ensayo controlado aleatorizado, prospectivo y multicéntrico que compare el diazepam solo con combinaciones de otros fármacos (excluyendo el diazepam).
El tratamiento clínico de los espasmos musculares y la rigidez del tétanos plantea un difícil problema terapéutico a los médicos de todo el mundo, especialmente en los países con pocos recursos. Existen grandes variaciones en los regímenes terapéuticos utilizados habitualmente en la práctica clínica debido a las incertidumbres sobre la efectividad de los fármacos convencionales. El diazepam, comparado con otros fármacos (p. ej., la fenobarbitona y la clorpromazina), podría tener ventajas debido a los efectos combinados anticonvulsivantes, relajantes musculares, sedantes y ansiolíticos.
Comparar el diazepam con otros fármacos en el tratamiento de los espasmos musculares y la rigidez del tétanos en niños y adultos.
Se realizaron búsquedas en el Registro de ensayos del Grupo Cochrane de Neonatología (Cochrane Neonatal Group) (junio de 2004), en el Registro Cochrane central de ensayos controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials) (CENTRAL, La Biblioteca Cochrane, número 2, 2004), en MEDLINE (desde 1966 hasta junio de 2004), en EMBASE (desde 1980 hasta junio de 2004), en LILACS (2004), en CINAHL (junio de 2004), en el Science Citation Index, en el African Index Medicus, en los resúmenes de congresos y en las listas de referencias de los artículos. Se estableció contacto con investigadores, expertos y organizaciones que trabajan en el área y se utilizó la comunicación personal.
Ensayos controlados aleatorizados y cuasialeatorizados.
Se identificaron los ensayos elegibles, se evaluó la calidad metodológica de los ensayos y se obtuvieron los datos de forma independiente.
Dos estudios cumplieron los criterios de inclusión. El método de generación de la secuencia de asignación, el ocultamiento de la asignación y el cegamiento fueron inciertos en ambos estudios. Un total de 134 niños se asignaron a tres grupos de tratamiento que comprendían diazepam solo, fenobarbitona y clorpromazina, o fenobarbitona y clorpromazina y diazepam.
El metanálisis de las muertes intrahospitalarias indica que los niños tratados únicamente con diazepam tenían mejores perspectivas de supervivencia que aquellos tratados con una combinación de fenobarbitona y clorpromazina (riesgo relativo de muerte 0,36; intervalo de confianza del 95%: 0,15 a 0,86; diferencia de riesgos -0,22; IC del 95%: -0,38 a -0,06).
En un estudio se informó que la administración de diazepam solo, o la complementación de anticonvulsivantes convencionales (fenobarbitona y clorpromazina) con diazepam, se asocian con una evolución clínica significativamente más rápida y con una duración más corta de la hospitalización según las estadísticas.
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