El virus del herpes simple (herpes) causa una enfermedad poco frecuente pero devastadora en el recién nacido, que puede variar desde infección de la piel y los ojos hasta shock, insuficiencia orgánica, infección cerebral y muerte. La infección por herpes del recién nacido es una complicación poco frecuente del herpes genital activo en la madre alrededor del momento del parto o después del contacto directo con una ampolla herpética ("ampolla febril", "úlcera fría") de un cuidador infectado. Se revisaron cinco estudios realizados para evaluar los efectos de los agentes antivirales (fármacos que reducen la propagación del virus en el cuerpo) sobre la mortalidad y las complicaciones a largo plazo de la enfermedad por herpes en el recién nacido. Se observó que los agentes antivirales redujeron la mortalidad por la afección, pero la reducción no fue estadísticamente significativa debido al escaso número de recién nacidos en el estudio. No hubo datos suficientes a partir de los ensayos para guiar a los cuidadores con respecto a la duración o la dosis del tratamiento antiviral.
No hay evidencia suficiente a partir de los ensayos para evaluar los efectos de los agentes antivirales en comparación con controles o entre sí. Lo poco frecuente de la afección hace que sea difícil realizar ensayos clínicos con un poder estadístico efectivo. Es necesario evaluar en ensayos aleatorizados la eficacia de los agentes antivirales más nuevos con mejor biodisponibilidad (p.ej. valaciclovir, valganciclovir) para el tratamiento de la enfermedad neonatal. Es necesario evaluar la eficacia de las formulaciones orales, ya que pueden ser útiles para los recién nacidos con enfermedad por HSV de la piel, ojos o boca o en el tratamiento de los recién nacidos con recurrencias después del período neonatal.
El virus del herpes simple (en inglés, HSV) es un agente patógeno neonatal poco frecuente, pero grave. Antes de la disponibilidad de los fármacos antivirales la mortalidad asociada con la infección neonatal localizada era alta; el 85% de los recién nacidos presentaba infección diseminada por HSV y el 50% de los recién nacidos desarrollaba encefalitis y morían al año de edad. La morbilidad en los supervivientes de infección multiorgánica también era alta y hasta el 50% presentaba secuelas neurológicas a largo plazo.
Determinar el efecto de los agentes antivirales en el tratamiento de las infecciones neonatales por HSV sobre la mortalidad, la progresión de la enfermedad y las secuelas en el desarrollo nervioso a aproximadamente un año. El objetivo secundario fue evaluar el efecto de los agentes antivirales sobre las complicaciones graves asociadas con el uso de estos agentes, incluidas la nefrotoxicidad y la supresión de la médula ósea.
Se realizaron búsquedas para identificar ensayos en el Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials) (CENTRAL, The Cochrane Library, número 4, 2008), MEDLINE (1996 a noviembre 2008), EMBASE (1982 a noviembre 2008) y las listas de referencias de los ensayos publicados.
Se incluyeron los ensayos controlados aleatorizados y cuasialeatorizados de tratamiento antiviral en recién nacidos menores de un mes de vida con infección por HSV virológicamente comprobada.
Dos autor de la revisión de forma independiente extrajeron los datos y realizaron los análisis. La calidad metodológica de los estudios se analizó mediante los criterios del Grupo Cochrane de Neonatología (Cochrane Neonatal Review Group). Todos los datos se analizaron con RevMan 5.1. Cuando fue posible se realizó el metanálisis para calcular el riesgo relativo típico y la diferencia de riesgos típica con sus intervalos de confianza (IC) del 95%.
Se incluyeron dos estudios elegibles con 273 recién nacidos. Ambos estudios fueron ensayos controlados aleatorizados. Un estudio trató a 63 recién nacidos con vidarabina o placebo (Whitley 1980) y el otro estudio trató a 210 recién nacidos con aciclovir o vidarabina (Whitley 1991).
En el estudio que comparó vidarabina con placebo (Whitley 1980), se incluyeron recién nacidos con todas las formas de enfermedad neonatal por VHS (enfermedad diseminada, enfermedad del sistema nervioso central [SNC] solamente, y enfermedad de la piel, los ojos y la boca [SEM]). No hubo una reducción significativa del riesgo de mortalidad cuando se analizó como grupo completo; sin embargo, la mortalidad se redujo significativamente cuando se combinaron los datos de los recién nacidos con enfermedad del SNC o enfermedad diseminada. No hubo diferencias en la tasa de anomalías neurológicas en los supervivientes al año cuando se analizó como un grupo o por categoría de enfermedad.
No hubo diferencias entre el aciclovir y la vidarabina (Whitley 1991) en la prevención de la mortalidad por enfermedad neonatal por HSV, la prevención de la progresión de la enfermedad, la reducción de la incidencia de anomalías neurológicas al año ni en la incidencia de toxicidad renal o de la médula ósea inducida por el fármaco. En los recién nacidos con enfermedad de la piel, ojos y boca no hubo diferencias significativas en cuanto al resultado neurológico cuando se comparó el tratamiento con aciclovir con vidarabina. Ambos fármacos se toleran bien en el período neonatal.
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