El resumen en lenguaje sencillo se incluirá con la futura actualización de la revisión.
En estos momentos hay poca evidencia de ensayos controlados aleatorizados que apoyen el uso de cualquiera de los anticonvulsivantes que se utilizan actualmente en el período neonatal. En la bibliografía aún existe la opinión de que las convulsiones se deben tratar debido a la preocupación de que en sí mismas pueden ser perjudiciales, aunque lo anterior solo está respaldado por evidencia de grado relativamente bajo (Levene 2002; Massingale 1993).
El desarrollo de estrategias de tratamiento seguras y efectivas se basará en estudios futuros de alta calidad (ensayos controlados aleatorizados con una metodología que asegure la validez) y de tamaño suficiente para tener el poder estadístico para detectar reducciones clínicamente importantes en la mortalidad y la discapacidad grave del desarrollo neurológico, además de cualquier reducción a corto plazo de la carga de convulsiones.
Las convulsiones neonatales son un problema frecuente y la mayoría de los recién nacidos con convulsiones reciben tratamiento con anticonvulsivantes. Existe una amplia variación en la práctica clínica para el diagnóstico y para el tratamiento de dichas convulsiones, lo que refleja la falta de evidencia clara del efecto beneficioso y el daño relativos de los anticonvulsivantes utilizados. Es necesario evaluar el uso sistemático de los anticonvulsivantes para tratar las convulsiones en los recién nacidos.
Evaluar y comparar (con respecto a los efectos beneficiosos y perjudiciales) diferentes anticonvulsivantes administrados a los recién nacidos para el tratamiento de las convulsiones establecidas.
Los ensayos controlados aleatorizados pertinentes se identificaron mediante una combinación de búsquedas en bases de datos electrónicas (MEDLINE 1966 hasta marzo de 2004, EMBASE 1980 hasta marzo de 2004), el Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials) (CENTRAL, The Cochrane Library, Número 1, 2004) y búsquedas manuales. La identificación de los ensayos en curso o no publicados se intentó mediante el contacto con autores prominentes en el campo y la búsqueda en los registros electrónicos de los ensayos en curso.
Todos los ensayos clínicos controlados aleatorizados o cuasialeatorizados que informaron datos que compararon los siguientes resultados: mortalidad, discapacidad del desarrollo neurológico, necesidad de anticonvulsivantes adicionales, necesidad de anticonvulsivantes de mantenimiento al alta y eventos adversos (hipotensión que requiere volumen o apoyo inotrópico, arritmia, depresión respiratoria, hepatotoxicidad) en recién nacidos tratados por convulsiones con anticonvulsivantes sistémicos, en comparación con placebo, ningún fármaco o anticonvulsivantes alternativos.
La calidad metodológica y la validez de los estudios se evaluaron sin tener en cuenta los resultados. El primer autor de la revisión examinó el título y el resumen de todos los estudios identificados mediante la estrategia de búsqueda anterior. Ambos autores de la revisión volvieron a examinar las versiones completas de los estudios de posible relevancia. Se incluyeron todos los estudios que cumplieron los criterios de inclusión preespecificados. Los datos pertinentes se extrajeron y analizaron por separado y cualquier desacuerdo se resolvió mediante discusión.
Solo se pudieron identificar dos ensayos controlados aleatorizados publicados a texto completo. Painter 1999 mostró que los dos anticonvulsivantes utilizados con mayor frecuencia (fenobarbital y fenitoína) fueron igualmente efectivos (RR 1,03; IC del 95%: 0,96 a 1,62) y controlaron las convulsiones en menos del 50% de los recién nacidos. Painter 1999 no informó los resultados mortalidad y desarrollo neurológico. Boylan 2004 asignó al azar a los recién nacidos que no respondieron al fenobarbital a recibir lidocaína o midazolam como agentes de segunda línea. Hubo una tendencia a que la lidocaína fuera más efectiva para reducir la carga de convulsiones (RR 0,40; IC del 95%: 0,14 a 1,17), pero ambos grupos tuvieron resultados a largo plazo igualmente deficientes cuando se evaluaron al año.
La traducción y edición de las revisiones Cochrane han sido realizadas bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad del Gobierno español. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con Infoglobal Suport, cochrane@infoglobal-suport.com.