A pesar del creciente conocimiento de su biología tumoral, la LLC-B sigue siendo una enfermedad incurable. Hasta ahora, la quimioterapia con agentes alquilantes como el clorambucil ha sido el pilar del tratamiento de la LLC-B. Sin embargo, cada vez se utilizan más los antagonistas de las purinas, como la fludarabina, ya que se ha indicado que estos nuevos medicamentos son más eficaces. Esta revisión confirma las mayores tasas de respuesta que se consiguen con los antagonistas de las purinas, pero a costa de una mayor toxicidad, principalmente infecciones. No hay evidencia concluyente de que el tratamiento con antagonistas de las purinas mejore la supervivencia. Ninguno de los estudios incluyó datos sobre la calidad de vida. Se necesitan más estudios de investigación para explorar plenamente la función de los antagonistas de las purinas en el tratamiento de la LLC-B y su posible impacto en la supervivencia.
A pesar de un aumento significativo de las tasas de respuesta general y de remisión completa y de una mayor supervivencia sin progresión con el tratamiento de primera línea de los pacientes con LLC-B con antagonistas de las purinas como agente único, no fue posible detectar una mejoría estadísticamente significativa de la supervivencia general en comparación con los regímenes con alquilantes. Además, el uso de los antagonistas de las purinas también aumenta el riesgo de infecciones de grado III/IV y de anemia hemolítica.
Ensayos recientes indican mejores tasas de respuesta con los antagonistas de las purinas en comparación con los regímenes con alquilantes en el tratamiento de la LLC-B. Sin embargo, ninguno pudo demostrar una ventaja en la supervivencia.
Determinar si existe alguna ventaja de los antagonistas de las purinas en comparación con los agentes alquilantes (solos o en combinación) en el tratamiento de los pacientes con LLC-B no tratados previamente.
Se realizaron búsquedas electrónicas y manuales en las bases de datos médicas (Cochrane Library, MEDLINE, EMBASE), en las actas de congresos y en los registros de ensayos en Internet (de 1990 a 2003). Se verificaron todas las referencias para obtener más información sobre los ensayos. También se estableció contacto con expertos en el tema y con compañías farmacéuticas.
Se incluyeron los ensayos controlados aleatorizados que compararon antagonistas de las purinas como agentes únicos con regímenes con alquilantes en pacientes con LLC-B no tratados previamente. Se incluyeron publicaciones de texto completo y en forma de resumen, así como datos no publicados.
Dos autores de la revisión, de forma independiente y por duplicado, extrajeron los datos y evaluaron la calidad. Se obtuvieron los datos faltantes de los autores originales. Los criterios de valoración incluían la supervivencia general, la tasa de respuesta general, la tasa de remisiones completas, la supervivencia sin progresión, la morbilidad relacionada con el tratamiento y la mortalidad.
Se incluyeron cinco ensayos con 1838 pacientes asignados al azar. Hay alguna evidencia de una mejor supervivencia general después del tratamiento con antagonistas de las purinas en comparación con los alquilantes, pero no se alcanzó significación estadística (CRI 0,89 [IC del 95%: 0,78 a 1,01], cuatro ensayos, n = 1638). Sin embargo, el riesgo relativo de lograr una respuesta general (RR 1,22 [IC del 95%: 1,13 a 1,31], cinco ensayos, n = 1751) y una remisión completa (RR 1,94 [IC del 95%: 1,65 a 2,28], cinco ensayos, n = 1751) fue significativamente mayor, lo que dio lugar a una mayor supervivencia sin progresión (CRI 0,70 [IC del 95%: 0,61 a 0,82], cuatro ensayos, n = 1638). La incidencia de infecciones de grado III/IV fue significativamente mayor en los pacientes que recibieron tratamiento con antagonistas de las purinas (RR 1,83 [IC del 95%: 1,30 a 2,58], cuatro ensayos, n = 1620). No hubo diferencias significativas en cuanto al riesgo relativo de neutropenia de grado III/IV (RR 1,14 [IC del 95%: 0,98 a 1,34], cuatro ensayos, n = 1620) ni de mortalidad relacionada con el tratamiento (RR 0,94 [IC del 95%: 0,45 a 1,95]). La incidencia general de anemia hemolítica fue baja, pero aumentó significativamente en el grupo de antagonistas de las purinas (RR 3,36 [IC del 95%: 1,27 a 8,91], tres ensayos, n = 1258).
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