La blefaritis, definida como la inflamación de los párpados, es una enfermedad usual del ojo que afecta a niños y adultos. La blefaritis se puede clasificar de varias formas diferentes. En primer lugar, una clasificación que se basa en la duración del proceso de la enfermedad: blefaritis aguda o crónica. En segundo lugar, una clasificación que se basa en la ubicación anatómica de la enfermedad: anterior o en la parte frontal del ojo (p.ej. blefaritis estafilocócica y seborreica) y posterior o en la parte posterior del ojo (p.ej. disfunción de la glándula de Meibomio [DGM]). Esta revisión se centra en la blefaritis crónica y distingue entre blefaritis anterior y posterior. En la revisión se incluyeron 34 estudios (2169 participantes con blefaritis), 20 incluyeron participantes con blefaritis anterior y 14 a participantes con blefaritis posterior. En la blefaritis anterior los antibióticos tópicos proporcionaron algún alivio sintomático y fueron efectivos para eliminar las bacterias de los bordes del párpado. No hubo diferencias entre los tipos de antibióticos tópicos utilizados. Los esteroides tópicos también proporcionaron algún alivio sintomático; sin embargo, no fueron efectivos para la eliminación de las bacterias. La higiene del párpado, incluidas las compresas calientes y la limpieza palpebral, mostró algún alivio sintomático en la blefaritis anterior y posterior. En general, no hubo pruebas sólidas de los tratamientos con respecto a la curación de la blefaritis crónica. Se deben realizar estudios de investigación adicionales para evaluar la efectividad de los tratamientos para la blefaritis, con especial atención en el diagnóstico adecuado y la clasificación correcta de la enfermedad.
A pesar de identificar 34 ensayos relacionados con los tratamientos para la blefaritis, no hay pruebas sólidas de los tratamientos con respecto a la curación de la blefaritis crónica. Existen productos comerciales disponibles para los consumidores que se prescriben a los pacientes sin pruebas sustanciales sobre su efectividad. Se necesitan estudios de investigación adicionales para evaluar la efectividad de estos tratamientos. Cualquier ECA diseñado para este objetivo debe separar a los participantes por tipo de afección (p.ej. blefaritis estafilocócica o DGM) para reducir al mínimo los desequilibrios entre los grupos (errores tipo I) y para lograr el poder estadístico suficiente para los análisis (prevenir errores tipo II). Las intervenciones médicas y los productos comerciales se deben comparar con las medidas de higiene convencionales del párpado, como las compresas calientes y el lavado del borde palpebral, para determinar la efectividad, así como de forma directa para mostrar la efectividad comparativa entre los tratamientos. Los resultados de interés se deben centrar en el paciente y medirse con cuestionarios o escalas validados. Es importante realizar seguimientos a largo plazo de los participantes, durante al menos un año, para evaluar los resultados crónicos de forma adecuada.
La blefaritis, una afección inflamatoria asociada con prurito, enrojecimiento, descamación y formación de costras en los párpados, es una enfermedad usual del ojo que afecta a niños y adultos. Es común en todos los grupos étnicos y a cualquier edad. Aunque es poco frecuente, la blefaritis puede provocar alteraciones permanentes en el borde del párpado o la pérdida de la visión debido a queratopatía superficial (anomalía de la córnea), neovascularización corneal y ulceración. Es importante destacar que con frecuencia la blefaritis provoca síntomas oculares significativos como sensación de ardor, irritación, lagrimeo y enrojecimiento de los ojos además de problemas visuales como fotofobia y visión borrosa. No se conoce la etiopatogenia exacta, pero se sospecha que es multifactorial y que incluye infecciones crónicas de bajo grado en la superficie ocular con bacterias, infestaciones con determinados parásitos como demodex y afecciones inflamatorias de la piel, como atopia y seborrea. La blefaritis se puede clasificar de varias formas diferentes. En primer lugar, una clasificación que se basa en la duración del proceso de la enfermedad: blefaritis aguda o crónica. En segundo lugar, una clasificación que se basa en la ubicación anatómica de la enfermedad: anterior o en la parte frontal del ojo (p.ej. blefaritis estafilocócica y seborreica) y posterior o en la parte posterior del ojo (p.ej. disfunción de la glándula de Meibomio [DGM]). Esta revisión se centra en la blefaritis crónica y distingue entre blefaritis anterior y posterior.
Examinar la efectividad de las intervenciones para el tratamiento de la blefaritis crónica.
Se hicieron búsquedas en CENTRAL (que contiene el Registro de ensayos del Grupo Cochrane de Trastornos de los Ojos y la Visión [Cochrane Eyes and Vision Group]) (The Cochrane Library 2012, número 1), MEDLINE (enero de 1950 hasta febrero de 2012), EMBASE (enero de 1980 hasta febrero de 2012), el metaregistro de ensayos controlados (mECA) (www.controlled-trials.com), ClinicalTrials.gov (www.clinicaltrials.gov) y la WHO International Clinical Trials Registry Platform (ICTRP) (www.who.int/ictrp/search/en). Se revisaron las listas de referencias de los estudios incluidos para obtener estudios adicionales no identificados mediante las búsquedas electrónicas. En las búsquedas electrónicas de ensayos no hubo restricciones de idioma ni de fecha. La última búsqueda en las bases de datos electrónicas se realizó el 9 de febrero de 2012.
Se incluyeron ensayos controlados aleatorios (ECA) y ensayos controlados cuasialeatorios (ECC) con participantes adultos a partir de los 16 años de edad y con diagnóstico clínico de blefaritis crónica. También se incluyeron los ensayos donde los participantes con blefaritis crónica eran un subgrupo de los participantes incluidos en el estudio y cuyos datos se informaron por separado. Las intervenciones dentro del alcance de esta revisión incluyeron el tratamiento médico y las medidas de higiene del párpado.
Dos revisores evaluaron de forma independiente los resultados de la búsqueda, examinaron copias del texto completo para determinar su elegibilidad, evaluaron el riesgo de sesgo y extrajeron los datos. Se realizaron metanálisis de los datos de los estudios que compararon intervenciones similares y que informaron resultados comparables con el mismo momento de administración del tratamiento. De lo contrario, los resultados de los estudios incluidos se resumieron en el texto.
En esta revisión se incluyeron 34 estudios (2169 participantes con blefaritis): veinte estudios (14 ECA y seis ECC) incluyeron 1661 participantes con blefaritis anterior o mixta y 14 estudios (12 ECA y dos ECC) incluyeron 508 participantes con blefaritis posterior (DGM). La posibilidad de realizar metanálisis fue limitada debido a la heterogeneidad de las características entre los estudios incluidos con respecto a los períodos de seguimiento y los tipos de intervenciones, las comparaciones y la afección de los participantes. Se demostró que los antibióticos tópicos proporcionan algún alivio sintomático y fueron efectivos para erradicar las bacterias del borde del párpado en la blefaritis anterior. La higiene del párpado puede proporcionar un alivio sintomático en la blefaritis anterior y posterior. La efectividad de otros tratamientos para la blefaritis, como los esteroides tópicos y los antibióticos orales, no fue concluyente.
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