La neuropatía vasculítica no sistémica ("neuropatía vasculítica aislada") es una enfermedad poco frecuente que causa pérdida progresiva, incapacitante y dolorosa de la sensibilidad con debilidad muscular en brazos y piernas que a menudo es asimétrica. El diagnóstico se realiza por el hallazgo de la inflamación de los vasos sanguíneos en el tejido nervioso o muscular, o ambos, y por exclusión de otras afecciones que pueden ser la causa, como la vasculitis sistémica (inflamación de los vasos sanguíneos que afectan múltiples órganos del cuerpo), enfermedades reumáticas o cualquier otra causa de neuropatía. Ésta es una revisión actualizada. No se han realizado ensayos clínicos controlados aleatorizados para fundamentar el tratamiento inmunosupresor para la neuropatía vasculítica no sistémica. Se necesitan ensayos aleatorizados cegados de corticosteroides y otros fármacos inmunosupresores. Estos ensayos necesitarán períodos de seguimiento suficientemente largos para evaluar la eficacia del tratamiento con medidas de resultado de la discapacidad diseñadas y validadas para evaluar el cambio en las neuropatías inflamatorias con mediación inmunitaria.
No se han realizado ensayos controlados aleatorizados o cuasialeatorizados adecuados en los que basar el tratamiento de la neuropatía vasculítica no sistémica. Se necesitan ensayos aleatorizados de corticosteroides y otros fármacos inmunosupresores.
La neuropatía vasculítica no sistémica es una enfermedad incapacitante infrecuente que generalmente tiene una aparición subaguda con déficit progresivo o recurrente sensitivo o sensitivomotor. Sus características principales son la asimetría, el dolor y la debilidad. El diagnóstico sólo puede hacerse mediante la exclusión de otras causas, la ausencia de vasculitis sistémica u otras enfermedades reumáticas, y la demostración de vasculitis en una biopsia de nervio o de nervio y músculo combinado. Es necesario aplicar un tratamiento eficaz para prevenir la progresión de la enfermedad y mejorar el pronóstico. Ésta es una revisión actualizada.
Evaluar si el tratamiento inmunosupresor en la neuropatía vasculítica no sistémica reduce la discapacidad y mejora los síntomas neurológicos, y si el tratamiento puede administrarse con seguridad.
Se realizaron búsquedas en el Registro Especializado de Ensayos Controlados del Grupo Cochrane de Enfermedades Neuromusculares (Cochrane Neuromuscular Disease Group) en mayo de 2011, en el Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials, CENTRAL) en The Cochrane Library, Pubmed, EMBASE y en la Web of Science/ISI Web of Knowledge en marzo de 2011. Debido a que la neuropatía vascular no sistémica se reconoció por primera vez en la década de 1980, las búsquedas se realizaron a partir de enero de 1980. Además, se realizaron búsquedas manuales en las listas de referencias de los artículos recuperados relevantes y citados en esta revisión.
Se buscaron todos los ensayos aleatorizados o cuasialeatorizados que examinaron la eficacia del tratamiento inmunosupresor para la neuropatía vasculítica no sistémica al menos un año después del inicio del tratamiento. Los participantes tuvieron que cumplir los siguientes criterios: ausencia de enfermedades sistémicas o neurológicas, exclusión de cualquier causa reconocida de la neuropatía mediante estudios apropiados clínicos o de laboratorio, estudios electrofisiológicos de acuerdo con la neuropatía axonal, confirmación de la vasculitis en una biopsia de nervio o de nervio y músculo combinados. La medida de resultado primario fue la mejoría en la discapacidad. Las medidas de resultado secundarias fueron el cambio de la media de la puntuación de discapacidad, el cambio de la fuerza muscular medida con la puntuación acumulada del Medical Research Council (MRC), el cambio del dolor u otros síntomas sensitivos positivos, el número de recurrencias y los eventos adversos.
Dos revisores, de forma independiente, examinaron y extrajeron los datos de todos los ensayos potencialmente pertinentes. Para los estudios incluidos, se calcularon los cocientes de riesgos agrupados y las diferencias de medias estandarizadas agrupadas para evaluar la eficacia del tratamiento.
Se identificaron 30 estudios y se evaluaron para su posible inclusión en la revisión, pero todos fueron excluidos debido a su calidad insuficiente o falta de relevancia.
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