Pregunta de la revisión: ¿El ejercicio es un tratamiento efectivo para reducir los sofocos y el sudor nocturno en mujeres menopáusicas con sofocos?
Antecedentes: La evidencia indica que una alta proporción de mujeres menopáusicas presentarán sofocos y sudoración nocturna. Se considera que la terapia de reemplazo hormonal (TRH) es el tratamiento más efectivo para los síntomas. Sin embargo, los estudios han informado que las terapias hormonales se asocian potencialmente con algunos efectos negativos sobre la salud, y actualmente muchas mujeres eligen no utilizarlas y buscan otras opciones. Por lo tanto, cada vez es más importante identificar las modificaciones del estilo de vida que pueden ayudar a reducir la frecuencia y la gravedad de los sofocos y de la sudoración nocturna. Los autores de la revisión de la Colaboración Cochrane examinaron la evidencia, que está actualizada hasta marzo 2014.
Características de los estudios: Cinco estudios asignaron al azar a 762 mujeres que presentaban sofocos y sudores nocturnos. Se incluyeron tres y dos ensayos, respectivamente, en comparaciones agrupadas de ejercicio versus control (n = 454 mujeres) y ejercicio versus yoga (n = 279 mujeres). Un estudio pequeño (14 mujeres) comparó el ejercicio versus la terapia hormonal.
Hallazgos clave: Cuando se comparó el ejercicio con ninguna intervención, no se encontró evidencia de diferencias en su efecto sobre los sofocos. Un pequeño estudio indicó que la TH es más efectiva que el ejercicio. La evidencia no fue suficiente para demostrar si el ejercicio fue más efectivo que el yoga. En ninguno de los ensayos se encontró evidencia de diferencias entre los grupos con respecto a los efectos adversos, pero los datos fueron muy escasos.
Calidad de la evidencia: La calidad metodológica de los estudios incluidos fue variable. La evidencia se evaluó como de calidad baja: Las principales limitaciones fueron el informe deficiente sobre los métodos de estudio, la inconsistencia de los resultados y la falta de precisión.
La evidencia no fue suficiente para mostrar si el ejercicio es un tratamiento efectivo para los síntomas menopáusicos vasomotores. Un pequeño estudio indicó que la TH es más efectiva que el ejercicio. La evidencia no fue suficiente para mostrar la efectividad relativa del ejercicio cuando se comparó con la TH o el yoga.
La evidencia indica que una alta proporción de mujeres perimenopáusicas y con posmenopausia temprana presentarán síntomas de menopausia, y los sofocos serán los más frecuentes. Los síntomas causados por la fluctuación de los niveles de estrógeno se pueden aliviar mediante la terapia hormonal (TH), pero la marcada disminución mundial de su uso ha sido el resultado de la preocupación por los efectos beneficiosos y perjudiciales de la TH. Debido a lo anterior, muchas mujeres buscan otras opciones. Debido a que un gran número de mujeres eligen no recibir TRH, cada vez es más importante identificar intervenciones de modificación del estilo de vida basadas en la evidencia que puedan tener un efecto positivo sobre la reducción de los síntomas menopáusicos vasomotores.
Examinar la efectividad de cualquier tipo de intervención con ejercicios en el tratamiento de los síntomas vasomotores en mujeres sintomáticas perimenopáusicas y postmenopáusicas.
Se realizaron búsquedas en las siguientes bases de datos bibliográficas electrónicas para identificar ensayos controlados aleatorizados (ECA): Registro de ensayos especializados del Grupo Cochrane de Trastornos Menstruales y Subfertilidad (Cochrane Menstrual Disorders and Subfertility Group), el Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials, CENTRAL) (interfaz de Internet de Wiley), MEDLINE (Ovid), EMBASE (Ovid), PsycINFO (Ovid), el Science Citation Index y el Social Science Citation Index (Web of Science), el Cumulative Index to Nursing and Allied Health Literature (CINAHL) (Ovid) y SPORTDiscus. Las búsquedas incluyen hallazgos hasta el 3 de marzo 2014.
ECA en los cuales cualquier tipo de intervención con ejercicios se comparó con ningún tratamiento/control u otros tratamientos para tratar los síntomas menopáusicos vasomotores en mujeres sintomáticas perimenopáusicas y posmenopáusicas.
Cinco estudios se consideraron elegibles para inclusión. De forma independiente, dos autores de la revisión seleccionaron los estudios y tres extrajeron los datos. El resultado primario de la revisión fueron los síntomas vasomotores, definidos como sofocos o sudores nocturnos. Se combinaron los datos para calcular las diferencias de medias estandarizadas (DME), con intervalos de confianza (IC) del 95%. La heterogeneidad estadística se evaluó mediante la estadística I2. La calidad general de la evidencia para las principales comparaciones se evaluó mediante los criterios Grades of Recommendation, Assessment, Development and Evaluation (GRADE) .
Se incluyeron cinco ECA (733 mujeres) que compararon el ejercicio con ningún tratamiento activo, el ejercicio con el yoga y el ejercicio con la TH. La evidencia fue de calidad baja: Se observaron limitaciones en el diseño del estudio, junto con inconsistencias e imprecisiones. En la comparación de ejercicio versus ningún tratamiento activo (tres estudios; n = 454 mujeres), no se encontró evidencia de diferencia entre los grupos en cuanto a la frecuencia o la intensidad de los síntomas vasomotores (DME -0,10; IC del 95%: -0,33 a 0,13; tres ECA; 454 mujeres, I2 = 30%, evidencia de calidad baja). Tampoco se encontró evidencia de una diferencia entre los grupos en cuanto a la frecuencia o la intensidad de los síntomas vasomotores cuando se comparó el ejercicio con el yoga (DME -0,03; IC del 95%: -0,45 a 0,38; dos estudios, n = 279 mujeres; I2 = 61%, evidencia de calidad baja). No fue posible incluir uno de los ensayos en los metanálisis; este ensayo comparó tres grupos: ejercicio más leche de soja, solo leche de soja y control; los resultados favorecieron el ejercicio en relación con los comparadores, pero los números del estudio fueron pequeños. Un ensayo comparó el ejercicio con la TH, y el grupo de TH informó significativamente menos sofocos en 24 horas que el grupo de ejercicio (diferencia de medias 5,8; IC del 95%: 3,17 a 8,43; 14 participantes). Ninguno de los ensayos encontró evidencia de diferencias entre los grupos con respecto a los efectos adversos, pero los datos fueron muy escasos.
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