No hay evidencia apropiada de que la administración de la hormona progesterona a las embarazadas ayude a las mujeres y a los recién nacidos a evitar los problemas de la preeclampsia.
La preeclampsia es una complicación grave del embarazo que se produce en aproximadamente el 2% al 8% de las mujeres. Se identifica por el aumento de la presión arterial y la presencia de proteínas en la orina, pero las mujeres no suelen presentar síntomas inicialmente. Puede, a través de la constricción de los vasos sanguíneos de la placenta, interferir en el paso del alimento y el oxígeno al feto, inhibiendo así su crecimiento y haciendo que nazca demasiado pronto. Las mujeres se pueden ver afectadas por problemas en los riñones, el hígado, el cerebro y el sistema de coagulación. Una de las teorías es que la preeclampsia podría estar asociada con una escasez de progesterona, por lo que se ha indicado que administrar progesterona a las mujeres durante el embarazo podría ayudarles a evitar la preeclampsia. La revisión encontró cuatro ensayos con 1445 mujeres. No hubo datos suficientes para poder decir si la progesterona ayudaba, y hubo muy poca información sobre los posibles desenlaces adversos. Por lo tanto, la progesterona no se debe utilizar en el embarazo para intentar reducir la incidencia de la preeclampsia, y es necesario realizar más pruebas.
No hay evidencia suficiente para establecer conclusiones fiables sobre los efectos de la progesterona para prevenir la preeclampsia y sus complicaciones. Por lo tanto, la progesterona no se debería utilizar para este fin en la práctica clínica en la actualidad.
En el pasado, la progesterona se ha recomendado para la prevención de la preeclampsia. Aunque los progestágenos nunca se utilizaron de forma generalizada con este fin en la práctica clínica, han surgido nuevas hipótesis que indican que la progesterona puede tener una función en la promoción de la tolerancia inmunológica entre el feto y la madre, y puede reducir el riesgo de preeclampsia.
Evaluar los efectos de la progesterona durante el embarazo sobre el riesgo de preeclampsia y sus complicaciones.
Se realizaron búsquedas en el Registro de ensayos del Grupo Cochrane de Embarazo y parto (Cochrane Pregnancy and Childbirth Group) (31 de enero de 2011) y en el metaRegistro de ensayos controlados (2 de junio de 2010).
Ensayos aleatorizados que evalúan la progesterona u otro progestágeno durante el embarazo para la prevención de la preeclampsia y sus complicaciones.
Dos autores de la revisión, de forma independiente, evaluaron los estudios para inclusión y extrajeron los datos.
Se incluyeron cuatro ensayos de calidad variable (1445 mujeres). Tres ensayos compararon inyecciones de progesterona, y uno comparó gel vaginal de progestágeno, con ninguna progesterona. No hubo evidencia suficiente para demostrar diferencias claras entre los dos grupos en cuanto al riesgo de preeclampsia (tres ensayos, 1277 mujeres; razón de riesgos [RR] 1,25; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,95 a 1,63), muerte del recién nacido (cuatro ensayos, 2594 recién nacidos; RR 1,34; IC del 95%: 0,78 a 2,31), parto prematuro (tres ensayos, 1313 mujeres; RR 1,01; IC del 95%: 0,93 a 1,10), neonatos pequeños para la edad gestacional (un ensayo, 168 mujeres; RR 0,82; IC del 95%: 0,19 a 3,57), anomalías congénitas importantes (tres ensayos, 2436 neonatos; un ensayo, ningún evento, dos ensayos RR 1,19; IC del 95%: 0,31 a 4,52), o cualquier otro desenlace informado. No se informaron casos de masculinización de neonatos del sexo femenino (un ensayo, 128 mujeres).
El seguimiento a largo plazo de los niños se ha informado en un ensayo, pero estos datos se excluyeron de la revisión ya que el 54% se perdió durante el seguimiento al año y el 80% a los 16 años.
En un ensayo en el que se compararon las inyecciones de progesterona con el placebo, más del 60% de las mujeres de los grupos de progesterona y de placebo tuvieron efectos secundarios que, por lo general, fueron leves y se limitaron en la mayoría de los casos al lugar de la inyección.
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