Una infección del aparato genital durante el embarazo puede pasar al líquido amniótico y dar lugar a la rotura prematura de las membranas y al trabajo de parto prematuro. El parto prematuro (antes de las 37 semanas de gestación) se asocia con salud infantil deficiente y muertes tempranas, ingreso del recién nacido en unidades de cuidados intensivos neonatales en las primeras semanas de vida, estancia hospitalaria prolongada y discapacidad neurológica a largo plazo, incluida la parálisis cerebral.
En esta revisión solo se incluyó un estudio con evidencia de calidad moderada. El estudio informó sobre 4155 mujeres asignadas al azar a un grupo de intervención (2058 mujeres recibieron cribado de infecciones y tratamiento de la vaginosis bacteriana, la tricomoniasis vaginal y la candidiasis) o a un grupo control (2097 mujeres se sometieron a cribado, pero no se revelaron los resultados del programa de cribado). A partir de un solo estudio controlado identificado, esta revisión sistemática encontró que un programa sencillo de cribado y tratamiento de infecciones durante la atención prenatal habitual puede reducir los partos prematuros y los recién nacidos prematuros con bajo peso (menos de 2500 g) y muy bajo peso (menos de 1500 g) al nacer. Un método sencillo de cribado de infecciones redujo los partos prematuros, del 5% en las mujeres del grupo control al 3% en el grupo de intervención. El número de recién nacidos prematuros con bajo peso al nacer y con muy bajo peso al nacer fue significativamente menor en el grupo de intervención, comparado con el grupo control. Además, un programa de cribado y tratamiento de infecciones durante la atención prenatal habitual probablemente ahorre más de 60 000 euros por cada parto prematuro evitado.
Hay evidencia de que los programas de cribado y tratamiento de infecciones en las embarazadas antes de las 20 semanas de gestación reducen el parto prematuros y el bajo peso al nacer prematuro. Los programas de cribado y tratamiento de infecciones se asocian con un ahorro en los costes cuando se utilizan para la prevención del parto prematuro. Los ensayos futuros deberían evaluar los efectos de los diferentes tipos de programas de cribado de infecciones.
La infección del tracto genital se asocia con el parto prematuro (antes de las 37 semanas de gestación). Por lo tanto, el cribado de infecciones durante el embarazo puede reducir el número de fetos que nacen de manera prematura. Sin embargo, el cribado de infecciones puede tener algunos efectos adversos, como el aumento de la resistencia a los antibióticos y el aumento del coste del tratamiento.
Evaluar la efectividad y las complicaciones de los programas prenatales de cribado y tratamiento de infecciones del aparato genital inferior para reducir el parto prematuro y la morbilidad posterior.
Se realizaron búsquedas en el Registro Especializado de Ensayos Controlados del Grupo Cochrane de Embarazo y Parto (Cochrane Pregnancy and Childbirth Group) (30 de noviembre 2014), en el Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials, CENTRAL) (The Cochrane Library 2014, Número 7) y en las listas de referencias de los artículos identificados.
Se incluyeron todos los ensayos controlados aleatorizados en cualquier idioma, publicados y no publicados, que evaluaron cualquier método descrito de cribado prenatal de infecciones del aparato genital inferior, en comparación con ningún cribado.
Dos autores de la revisión, de forma independiente, evaluaron los ensayos para inclusión y el riesgo de sesgo, extrajeron los datos y verificaron su exactitud.
Un estudio (4155 mujeres con menos de 20 semanas de gestación) cumplió los criterios de inclusión. Al grupo de intervención (2058 mujeres) se le realizó cribado de infecciones y tratamiento para la vaginosis bacteriana, la tricomoniasis vaginal y la candidiasis; al grupo control (2097 mujeres) también se le realizó el cribado, pero los resultados del programa de cribado no se revelaron y las mujeres recibieron atención prenatal habitual. La tasa de partos prematuros antes de las 37 semanas de gestación fue significativamente menor en el grupo de intervención (3% versus 5% en el grupo control), con un riesgo relativo (RR) de 0,55; intervalo de confianza (IC) del 95%: 0,41 a 0,75; la evidencia de este resultado se calificó como de calidad moderada. La incidencia de parto prematuro en los fetos con un peso igual o inferior a 2500 g (bajo peso al nacer) y los fetos con un peso igual o inferior a 1500 g (muy bajo peso al nacer) fueron significativamente inferiores en el grupo de intervención en comparación con el grupo control (RR 0,48; IC del 95%: 0,34 a 0,66 y RR 0,34; IC del 95%: 0,15 a 0,75, respectivamente; ambos calificados como evidencia de calidad moderada). Según un subconjunto de costes de los partos prematuros de < 1900 g, los autores informaron que por cada uno de esos partos prematuros evitados, se ahorrarían 60 262 euros.
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