La psicosis posparto es una fuente constante de nuevos episodios de enfermedad mental grave y su prevalencia en todo el mundo ha permanecido invariable en 1 de cada 1.000 nacidos vivos en los últimos 150 años. Para algunas mujeres, el ingreso en el hospital es necesario. En algunas partes del Reino Unido se dispone de unidades maternoinfantiles (UMI) especiales para que las madres puedan estar con sus hijos durante el tratamiento. Esto puede ayudar a evitar los posibles efectos perjudiciales de la separación de la madre sobre el bebé y el efecto que esta separación tendría en la confianza y capacidad de la madre como futura cuidadora.
Aunque las encuestas han informado de que muchas mujeres prefieren ser admitidas en las UMI, existe la preocupación de que admitir a un bebé en una unidad psiquiátrica durante largos períodos de tiempo puede ser perjudicial en términos de institucionalización del bebé, y el riesgo potencial menos frecuente de daño físico por parte de las madres gravemente enfermas. Aunque las UMI se recomiendan como el lugar óptimo para tratar una psicosis perinatal en el Reino Unido, en algunas partes de Australia, Europa, Canadá y Nueva Zelanda, prácticamente no existen o son muy limitadas. En la literatura, no quedan claras las razones por las que existe tal diferencia en el tratamiento de las mujeres con enfermedades mentales en todo el mundo.
Para evaluar la eficacia de las UMI, se realizaron búsquedas sistemáticas de ensayos aleatorizados de UMI comparadas con la atención estándar. No se encontraron ensayos que incluyeran madres con psicosis postparto o depresión postnatal grave. Los resultados anecdóticos de un ensayo de 1961 sugirieron un efecto beneficioso, pero los datos no aleatorizados de hace más de 40 años son difíciles de aplicar a la atención actual. Esta falta de datos es preocupante, ya que la creación y el funcionamiento de las UMI son costosas. Si van a ser el valor de referencia del cuidado de las madres y sus bebés, su efectividad debe ser validada. Se necesita urgentemente investigación relevante y de buena calidad.
Las unidades materno-infantiles son comunes en el Reino Unido, pero menos comunes en otros países y raras o inexistentes en los países en desarrollo. Sin embargo, no parece haber evidencia basada en ensayos sobre la efectividad de estas unidades. Esta falta de datos es preocupante, ya que los estudios descriptivos han encontrado resultados deficientes, como el apego ansioso y el desarrollo deficiente de los bebés de madres con esquizofrenia y un mayor riesgo de que los niños sean colocados bajo tutela o en familias de acogida. La atención eficaz tanto de las madres como de los bebés durante este momento crítico puede ser crucial para prevenir resultados clínicos y de crianza deficientes. Se necesita urgentemente una investigación buena y relevante.
En el Reino Unido, se recomiendan las unidades materno-infantiles (UMI) como un lugar óptimo para el tratamiento de las psicosis postparto. Los estudios naturalistas sugieren resultados deficientes para las madres y sus hijos si el ingreso es necesario durante el primer año después del nacimiento, pero la evidencia de la efectividad de las UMI para abordar los problemas a los que se enfrentan tanto las madres con enfermedades mentales como sus recién nacidos son inciertas.
Revisar los efectos de las unidades materno-infantiles para las madres con esquizofrenia o psicosis que necesitan ingreso hospitalario durante el primer año después del parto y sus hijos, en comparación con la atención estándar en una sala de hospital sin unidad materno-infantil.
Se realizaron búsquedas electrónicas en el Registro del Grupo Cochrane de Esquizofrenia (Cochrane Schizophrenia Group) (junio de 2006).
Se incluyeron todos los ensayos clínicos aleatorizados que compararon la colocación en una unidad materno-infantil en comparación con cualquier otra atención estándar sin relación a dicha unidad.
Si los datos hubieran estado disponibles, hubiéramos extraído los datos de forma independiente y analizado por intención de tratar; hubiéramos calculado el riesgo relativo (RR) y los intervalos de confianza (IC) del 95% de los datos dicotómicos homogéneos mediante un modelo de efectos aleatorios y, cuando hubiera sido posible, hubiéramos calculado el número necesario a tratar (NNT); y calculado las diferencias de medias ponderadas (DMP) para los datos continuos.
Lamentablemente, no se encontraron estudios relevantes para incluir. Un ensayo no aleatorizado, publicado en 1961, indicó efectos beneficiosos para los pacientes ingresados en las unidades materno-infantiles. Para el grupo experimental, más mujeres pudieron cuidar a su bebé por su cuenta y experimentaron menos recaídas tempranas a su regreso a casa en comparación con la atención estándar. Las prácticas de atención para las personas con esquizofrenia han cambiado drásticamente en los últimos 40 años y es posible y justificado un ensayo pragmático diseñado con sensibilidad.
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