El sangrado después del parto (hemorragia posparto) es la principal causa de muerte materna en África subsahariana y Egipto y, sin embargo, es en gran parte prevenible. Las posibles causas de hemorragia intensa inmediatamente después del parto o en el transcurso de las primeras 24 horas son la imposibilidad del útero de contraerse después del parto (atonía uterina), la placenta retenida, la rotura o inversión del útero y los desgarros cervicales, vaginales o perineales.
En los contextos con suficientes recursos, la hemorragia se reduce con el tratamiento activo habitual de la expulsión de la placenta, llamada etapa del alumbramiento, con el uso de un medicamento para estimular la contracción del útero como la oxitocina. El masaje uterino después de la expulsión de la placenta también puede estimular la contracción del útero. El masaje incluye colocar una mano sobre la parte baja del abdomen de la mujer y estimular el útero mediante movimientos repetitivos de masaje o presión.
Esta revisión incluyó dos ensayos controlados que asignaron al azar a las mujeres a recibir masaje uterino o ningún masaje con tratamiento activo de la etapa de alumbramiento, que incluye el uso habitual de oxitocina.
En un ensayo que incluyó a 200 mujeres, el masaje uterino proporcionado cada diez minutos durante 60 minutos después de la expulsión de la placenta redujo eficazmente la pérdida de sangre y la necesidad de uterotónicos adicionales en cerca del 80%. La cantidad de mujeres que perdió más de 500 ml de sangre fue demasiado pequeña para una comparación significativa. Dos mujeres del grupo control y ninguna del grupo de masaje uterino necesitaron transfusiones de sangre.
El segundo ensayo incluyó a 1964 mujeres que se asignaron a recibir oxitocina, masaje uterino, o ambos, después del parto del recién nacido y antes de la expulsión de la placenta. No hubo un efecto beneficioso añadido del masaje uterino cuando se utilizó oxitocina.
Los resultados de esta revisión no son concluyentes. La calidad metodológica de los dos ensayos incluidos fue alta, pero es posible que hubiera diferencias en los procedimientos utilizados en los centros de estudio. Las desventajas del masaje uterino incluyen el uso del tiempo del personal y el malestar ocasionado a las mujeres. Los hallazgos no deben cambiar la práctica recomendada. Es probable que cualquier reducción de la pérdida de sangre fuera limitada debido al uso de oxitocina en estos ensayos. El masaje uterino también podría haber aumentado la pérdida de sangre aparente al presionar la sangre retenida en el útero para expulsarla de la cavidad uterina. Se necesitan más ensayos, especialmente en contextos en los que los uterotónicos no están disponibles. El masaje uterino podría ser una intervención sencilla y de bajo coste si se demuestra que es efectiva.
Los resultados de esta revisión no son concluyentes y no se deben interpretar como una razón para cambiar la práctica actual. Debido a las limitaciones de los ensayos incluidos, se necesitan más ensayos con un número suficiente de mujeres para calcular los efectos del masaje uterino mantenido. Todas las mujeres comparadas en esta revisión recibieron oxitocina como parte del tratamiento activo del trabajo de parto. Estudios de investigación recientes indican que una vez que se ha administrado oxitocina, la reducción adicional de la pérdida de sangre posparto tiene un alcance limitado. Se necesitan ensayos de masaje uterino en contextos donde los uterotónicos no estén disponibles y que midan las experiencias de las mujeres con el procedimiento.
La hemorragia posparto (HPP) (sangrado del tracto genital después del parto) es una causa principal de mortalidad y discapacidad materna, en particular en contextos de escasos recursos. En estos contextos, habitualmente los uterotónicos no están disponibles. Se necesitan técnicas sencillas y de bajo coste que se puedan aplicar en contextos de bajos recursos para prevenir y tratar la HPP. El masaje uterino se recomienda como parte del tratamiento activo habitual del alumbramiento. Sin embargo, no se sabe si es efectivo. Si muestra ser efectivo, el masaje uterino representaría una intervención sencilla con la posibilidad de tener un efecto importante sobre la HPP y la mortalidad materna en contextos de escasos recursos.
Determinar la efectividad del masaje uterino después del parto, y antes o después de la expulsión de la placenta, o ambos, para reducir la pérdida de sangre posparto, así como la morbilidad y mortalidad asociadas.
Se realizaron búsquedas en el registro de ensayos del Grupo Cochrane de Embarazo y parto (Cochrane Pregnancy and Chilbirth Group) (30 de abril de 2013).
Todos los ensayos controlados aleatorizados publicados, no publicados y en curso que comparen el masaje uterino solo, o además de uterotónicos, antes o después de la expulsión de la placenta, o ambos, con ningún masaje.
Dos investigadores, de forma independiente, consideraron la elegibilidad de los ensayos, evaluaron el riesgo de sesgo y extrajeron los datos mediante un formulario acordado. Se verificó la exactitud de los datos. El efecto del masaje uterino, comenzado antes o después de la expulsión de la placenta, se evaluó primero por separado y luego se combinó para un resultado general.
Esta revisión incluyó dos ensayos controlados aleatorizados. El primer ensayo incluyó a 200 mujeres que se asignaron a recibir masaje uterino o ningún masaje después de la expulsión de la placenta, posterior al tratamiento activo del alumbramiento que incluye el uso de oxitocina. El número de mujeres con pérdida de sangre de más de 500 ml fue pequeño, sin diferencias estadísticamente significativas (razón de riesgos [RR] 0,52; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,16 a 1,67). Ningún grupo tuvo casos de placenta retenida. La pérdida de sangre media fue significativamente menor en el grupo de masaje uterino a los 30 minutos (diferencia de medias [DM] -41,60 ml; IC del 95%: -75,16 a -8,04) y a los 60 minutos después del ingreso al ensayo (DM -77,40 ml; IC del 95%: -118,71 a -36,09). La necesidad de uterotónicos adicionales se redujo significativamente en el grupo de masaje uterino (RR 0,20; IC del 95%: 0,08 a 0,50).
Para evaluar el uso del masaje uterino antes y después de la expulsión de la placenta, un ensayo reclutó a 1964 mujeres en Egipto y Sudáfrica. Las mujeres se asignaron a recibir oxitocina, masaje uterino o ambos después del parto del feto, pero antes de la expulsión de la placenta. No hubo un efecto beneficioso adicional del masaje uterino más oxitocina sobre la oxitocina sola con respecto a la pérdida de sangre mayor o igual a 500 ml (RR promedio 1,56; IC del 95%: 0,44 a 5,49; efectos aleatorios) o la necesidad de uso adicional de uterotónicos (RR 1,02; IC del 95%: 0,56 a 1,85).
Los dos ensayos se combinaron para examinar el efecto del masaje uterino comenzado antes o después de la expulsión de la placenta. Hubo heterogeneidad significativa con respecto a la pérdida de sangre de 500 ml o más después del ingreso al ensayo. El efecto promedio utilizando un modelo de efectos aleatorios no encontró diferencias estadísticamente significativas entre los grupos (RR promedio 1,14; IC del 95%: 0,39 a 3,32; efectos aleatorios).
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