El líquido amniótico proporciona un ambiente de apoyo y protección para el desarrollo fetal durante el embarazo. La disminución del volumen de líquido amniótico (oligohidramnios) se puede producir debido a anomalías fetales, restricción del crecimiento intrauterino, preeclampsia o embarazo prolongado (postérmino). Muchos cuidadores practican el parto planificado mediante la inducción del trabajo de parto o la cesárea después del diagnóstico disminución del volumen de líquido amniótico en un embarazo a término, para prevenir un desenlace adverso del embarazo. La ecografía es no invasiva y se utiliza ampliamente para el seguimiento del embarazo. Se puede utilizar para determinar el volumen de líquido amniótico midiendo el índice de líquido amniótico o la bolsa vertical única más profunda.
Esta revisión demostró que el uso del índice de líquido amniótico aumentó el número de embarazadas con diagnóstico de oligohidramnios y que se indujeron por un volumen de líquido anormal, en comparación con la medición de la bolsa vertical más profunda. Las mujeres también tuvieron una tasa mayor de cesárea por el denominado sufrimiento fetal. No obstante, la tasa de ingreso a las unidades de cuidados intensivos neonatales y la aparición de acidosis neonatal, una evaluación objetiva del bienestar fetal, fueron similares entre los dos grupos. Los otros desenlaces perinatales medidos que no fueron diferentes fueron un trazado inquietante de la frecuencia cardíaca fetal, la presencia de meconio o una puntuación de Apgar menor de 7 a los cinco minutos. Estas conclusiones proceden de cinco ensayos controlados aleatorizados en los que participaron 3226 mujeres con embarazos de feto único, informados entre 1997 y 2004.
La evaluación exacta del volumen de líquido amniótico por ecografía se puede ver influida por un operador inexperto, la posición fetal, la probabilidad de un cambio transitorio y los diferentes criterios de diagnóstico ecográfico de un volumen anormal.
La medición de la bolsa vertical única más profunda en la evaluación del volumen de líquido amniótico durante la monitorización fetal parece una mejor elección, porque el uso del índice de líquido amniótico aumenta la tasa de diagnóstico de oligohidramnios y la tasa de inducción del trabajo de parto sin que mejoren los desenlaces periparto. Se requiere una revisión sistemática sobre la exactitud diagnóstica de ambos métodos para detectar la disminución del volumen de líquido amniótico.
El volumen de líquido amniótico es un parámetro importante en la evaluación del bienestar fetal. El oligohidramnios ocurre en muchas afecciones de alto riesgo y se asocia con desenlaces perinatales deficientes. Muchos cuidadores practican el parto planificado mediante la inducción del trabajo de parto o la cesárea después del diagnóstico de disminución del volumen de líquido amniótico en un embarazo a término. No hay un consenso claro sobre el mejor método para evaluar si el líquido amniótico es adecuado.
Comparar el uso del índice de líquido amniótico determinado por la medición de la bolsa vertical única más profunda como herramienta de cribado para la disminución del volumen de líquido amniótico en la prevención de desenlaces adversos del embarazo.
Se realizaron búsquedas en el registro de ensayos del Grupo Cochrane de Embarazo y parto (Cochrane Pregnancy and Childbirth Group) (enero de 2009), en el Registro Cochrane central de ensayos controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials; CENTRAL) (La Biblioteca Cochrane 2008, número 4), en MEDLINE (1966 hasta enero de 2008) y en el metarregistro de ensayos controlados (diciembre de 2008). Se realizaron búsquedas manuales en las listas de referencias de publicaciones pertinentes, artículos de revisión y estudios incluidos.
Ensayos controlados aleatorizados que incluyeron mujeres con un embarazo de feto único, con bajo o alto riesgo, a las que se les realizó una medición ecográfica del volumen de líquido amniótico como parte de la evaluación anteparto del bienestar fetal y que compararon el índice de líquido amniótico y la medición de la bolsa vertical única más profunda.
Ambos autores evaluaron de forma independiente la elegibilidad y la calidad, y extrajeron los datos.
Cinco ensayos (3226 mujeres) cumplieron los criterios de inclusión. No hay evidencia de que un método sea superior al otro en la prevención de desenlaces periparto adversos, entre ellos: el ingreso en una unidad de cuidados intensivos neonatales (razón de riesgos [RR] 1,04; intervalos de confianza [IC] del 95%: 0,85 a 1,26); un pH de la arteria umbilical inferior a 7,1; la presencia de meconio; una puntuación de Apgar inferior a 7 a los cinco minutos; o el parto por cesárea. Cuando se utilizó el índice de líquido amniótico, se diagnosticó un número significativamente mayor de casos de oligohidramnios (RR 2,39; IC del 95%: 1,73 a 3,28), y un mayor número de mujeres se sometieron a inducciones del trabajo de parto (RR 1,92; IC del 95%: 1,50 a 2,46) y a partos por cesárea por sufrimiento fetal (RR 1,46; IC del 95%: 1,08 a 1,96)
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