El cáncer de mama es una de las neoplasias malignas más frecuentes en las mujeres y representa un gran número de muertes cada año en todo el mundo. A veces, una parte fundamental del tratamiento del cáncer de mama incluye una operación para extraer los ganglios linfáticos de la axila llamada "disección axilar", también conocida en ocasiones como "linfadenectomía axilar". Esta operación puede ser necesaria si el cáncer se ha diseminado (hizo metástasis) a la axila. Una consecuencia de extraer uno o todos de estos ganglios linfáticos es que en la axila se puede desarrollar una colección de líquido llamada seroma. Lo anterior puede ser incómodo y puede requerir drenaje (también conocido como aspiración). Otras complicaciones incluyen los riesgos de infección, hemorragia y linfedema del brazo. Una estrategia que se utiliza ampliamente para tratar de disminuir estas complicaciones es la inserción de una sonda plástica de drenaje en la axila durante la cirugía que permite drenar cualquier líquido que se coleccione en la axila. Sin embargo, entre los cirujanos existe debate con respecto al valor de dichos drenajes porque pueden causar dolor y malestar y pueden retrasar el alta hospitalaria.
Esta revisión Cochrane tiene como objetivo determinar si la inserción de sondas de drenaje reduce las tasas de complicación o se asocia con cualquier riesgo o efecto perjudicial. Se analizaron siete ensayos controlados aleatorios que incluyeron 960 participantes y que compararon la inserción de drenaje con ningún drenaje después de linfadenectomía axilar para el tratamiento del cáncer de mama. Se encontró que las probabilidades de presentar un seroma fueron menores si se inserta un drenaje que si no se inserta drenaje (0,46 veces menos probable) y que el número de aspiraciones requeridas (utilizar una aguja para drenar el líquido del seroma en el consultorio de pacientes ambulatorios) fue inferior (como promedio, 0,79 menos por participante). Estos efectos beneficiosos se deben equilibrar contra una estancia hospitalaria promedio más larga de 1,47 días en la población con drenaje, aunque cada vez más las pacientes pueden ser dadas de alta con el drenaje implantado para extraerlo en una fecha posterior. El riesgo de infección, el volumen de líquido aspirado y las tasas de linfedema (edema del brazo) o hematoma (equimosis) no difirieron entre las participantes con drenaje y sin drenaje.
Hay pruebas de calidad limitada de que la inserción de un drenaje después de linfadenectomía axilar redujo las probabilidades de desarrollar un seroma y redujo el número de aspiraciones de seromas postoperatorios. Estos efectos beneficiosos se deben equilibrar contra una mayor duración de la estancia hospitalaria en la población con drenaje.
En el carcinoma de mama habitualmente se realiza disección axilar. No está claro si la inserción de un drenaje reduce las tasas de complicaciones.
Evaluar los efectos del drenaje de la herida después de la disección axilar para el carcinoma de la mama sobre la incidencia de formación postoperatoria de seroma. Las medidas de resultado secundarias incluyen la incidencia de infección y la duración de la estancia hospitalaria.
Se realizaron búsquedas en los registros especializados del Grupo Cochrane de Cáncer de Mama (Cochrane Breast Cancer Group) y del Grupo Cochrane de Heridas (Cochrane Wound Group) (22 de febrero de 2013), MEDLINE (1950 hasta el 22 de febrero de 2013), EMBASE (1966 hasta el 22 de febrero de 2013), en la International Clinical Trials Registry Platform (ICTRP) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y en ClinicalTrials.gov (22 de febrero de 2013) de todos los ensayos registrados prospectivamente y en curso (22 de febrero de 2013). Dos revisores independientes revisaron manualmente las listas de referencias de los estudios incluidos en busca de ensayos adicionales elegibles.
Se incluyeron todos los ensayos controlados aleatorios (ECA) que compararon el drenaje de la herida versus ningún drenaje de la herida en pacientes que las que se les realizó disección axilar para el tratamiento del carcinoma de mama. Se consideraron todos los estadios de la enfermedad. Se consideraron la cirugía conservadora de la mama y la mastectomía. No se incluyeron las pacientes a las que se les realizó biopsia del nódulo centinela sin disección axilar. No se aplicaron límites en cuanto al idioma o localización del estudio. Dos revisores determinaron de forma independiente la elegibilidad de cada estudio.
Dos revisores extrajeron de forma independiente los datos de cada estudio incluido mediante un formulario prediseñado de extracción de datos y evaluaron el riesgo de sesgo mediante la herramienta "Riesgo de sesgo" de la Colaboración Cochrane. Las discrepancias se resolvieron mediante discusión de consenso con un tercer revisor. Las variables dicotómicas se analizaron mediante un modelo de Mantel-Haenszel para producir odds ratios (OR). Las variables continuas se analizaron mediante un modelo de la varianza inversa para producir una diferencia de medias (DM).
Se identificaron siete ECA con 960 participantes. La calidad de los ensayos generalmente fue deficiente, ya que varios estudios tuvieron riesgo de sesgo de selección y ningún estudio utilizó cegamiento durante el tratamiento o la evaluación de resultado. Hubo un nivel alto de variación estadística entre los estudios, lo que reduce la confiabilidad de las pruebas. El OR para la formación de seroma fue 0,46 (intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,23 a 0,91; p = 0,03) a favor de una reducción en la incidencia de seroma en las pacientes a las que se les insertó drenajes. No hubo diferencias significativas en las tasas de infección entre los grupos drenaje y ningún drenaje (OR 0,70; IC del 95%: 0,44 a 1,12; p = 0,14). La diferencia de medias en la duración de la estancia hospitalaria, informada en cuatro ensayos con 600 participantes fue 1,47 días mayor en la población con drenaje (IC del 95%: 0,67 a 2,28; p = 0,0003). En la población con drenaje de dos ensayos incluidos con 212 participantes se encontró una diferencia de medias de 0,79 menos aspiraciones de seromas postoperatorios (IC del 95%: 1,23 a 0,35 menos; p = 0,0004). En tres ensayos incluidos con 519 participantes no se informaron diferencias significativas en el volumen de aspiraciones de seromas (DM -19,44; IC del 95%: -59,45 a 20,57; p = 0,34). No se observaron diferencias significativas en la incidencia de linfedema (OR 2,31 que favoreció a ningún drenaje; IC del 95%: 0,47 a 11,37; p = 0,30), con solo seis casos informados en tres ensayos de 360 participantes, ni hubo cualquier diferencia significativa en la incidencia observada de hematoma (OR 1,68; IC del 95%: 0,33 a 8,51; p = 0,53), con solo cinco casos informados en dos ensayos de 314 participantes.
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