¿Qué se quiso averiguar?
En esta revisión Cochrane se quiso averiguar en qué medida un medicamento llamado cerebrolisina u otros agentes similares funcionan para tratar el ictus.
¿Qué es un ictus?
Un ictus es un ataque repentino de debilidad que suele afectar a un lado del cuerpo. Ocurre cuando se interrumpe el flujo de sangre a una parte del cerebro mientras se detiene el suministro de oxígeno y nutrientes a las células cerebrales, lo que se denomina isquemia. Si se interrumpe el suministro de sangre al cerebro, las células cerebrales empiezan a morir. Esto puede conducir a una lesión cerebral, discapacidad y posiblemente a la muerte.
El tipo más común de ictus es el ictus isquémico. Un ictus isquémico se produce cuando el flujo de sangre se bloquea por un coágulo de sangre o un trozo de material graso en una arteria.
¿Por qué es importante esta revisión?
Los ictus son una emergencia médica, y el tratamiento urgente es esencial. Los ictus isquémicos suelen tratarse con una combinación de medicamentos para prevenir y disolver los coágulos sanguíneos, reducir la presión arterial y bajar los niveles de colesterol.
La cerebrolisina y el agente cortexin, similar a la cerebrolisina, son mezclas de proteínas, péptidos (cadenas cortas de aminoácidos) y aminoácidos (pequeñas moléculas que se combinan para formar una proteína) purificadas a partir de cerebros de animales (vacas y cerdos). Algunas de las proteínas de la cerebrolisina o del cortexin se encuentran de forma natural en el cerebro humano y podrían ayudar a proteger y reparar las células cerebrales. La cerebrolisina y el cortexin se administran habitualmente en algunos países como tratamiento del ictus.
¿Qué se hizo?
Se buscaron estudios que analizaran la administración de cerebrolisina o agentes similares para tratar el ictus isquémico agudo. Se buscaron estudios controlados aleatorizados, en los que se decide al azar el tratamiento que reciben las personas, porque estos estudios proporcionan la evidencia más fiable acerca de los tratamientos.
Fecha de búsqueda: se incluyó la evidencia publicada hasta junio de 2022.
Qué se encontró
Se encontraron siete estudios en 1773 personas que habían sufrido un ictus isquémico agudo. Los estudios analizaron el efecto de administrar cerebrolisina junto con medicamentos para prevenir y disolver los coágulos sanguíneos (tratamiento estándar) durante las primeras 48 horas tras un ictus. Los estudios compararon este tratamiento con el tratamiento estándar solo o con el tratamiento estándar más un tratamiento falso (placebo).
Los estudios se llevaron a cabo en hospitales de Austria, Croacia, República Checa, Hungría, Rusia, Eslovaquia, Eslovenia, China, Hong Kong, Irán, Myanmar y Corea del Sur, y duraron entre 28 y 90 días.
Resultados de esta revisión
Añadir cerebrolisina o un agente similar, cortexin, al tratamiento estándar, probablemente no añade ningún beneficio ante el riesgo de morir por cualquier causa después de un ictus (seis estudios, 1689 personas).
No se encontraron pruebas suficientes sobre cómo la cerebrolisina o el agente cortexin, similar a la cerebrolisina, afectaron:
• el riesgo de muerte o la necesidad de cuidados continuados al final del estudio;
• el riesgo de muerte en las primeras dos semanas tras sufrir el ictus;
• el tiempo que tomó a las personas poder volver al trabajo; o
• el bienestar de las personas (calidad de vida).
No se sabe si añadir cerebrolisina al tratamiento estándar supuso una diferencia en el número de personas que abandonaron los estudios (seis estudios; 1689 personas).
La cerebrolisina añadida al tratamiento estándar probablemente supuso poca o ninguna diferencia en:
• el número total de personas que tuvieron efectos graves no deseados (efectos potencialmente mortales y que podrían provocar la muerte, discapacidad o una estancia hospitalaria más prolongada) (tres estudios; 1335 personas);
• el número de efectos graves no deseados que causaron la muerte (tres estudios; 1335 personas).
Sin embargo, un mayor número de personas a las que se administró cerebrolisina más el tratamiento estándar probablemente sufrieron efectos no deseados graves que no les causaron la muerte, en comparación con aquellas a las que se administró el tratamiento estándar (solo o con placebo) (tres estudios, 1335 personas).
La cerebrolisina o el agente cortexin, similar a la cerebrolisina, podrían dar lugar a una diferencia escasa o nula en el número total de personas que presentaron algún efecto no deseado (cuatro estudios, 1607 personas).
Confianza en los resultados
Existe una confianza (certeza) moderada en los resultados de esta revisión. No obstante, las pruebas proceden de un número pequeño de estudios. En tres estudios participó una compañía farmacéutica que fabrica cerebrolisina, lo que podría haber afectado la forma en que se diseñaron, llevaron a cabo e informaron esos estudios. Es probable que estas conclusiones cambien cuando se disponga de resultados de estudios adicionales.
Conclusiones
Añadir cerebrolisina o un agente similar a la cerebrolisina, cortexin, al tratamiento estándar tras un ictus isquémico agudo probablemente:
• no reduce el riesgo de muerte.
Es probable que añadir cerebrolisina al tratamiento estándar tras un ictus isquémico:
• no afecte el número total de personas que sufren efectos no deseados graves, pero
• aumente el número de personas con efectos no deseados graves y no mortales.
La evidencia de certeza moderada indica que la cerebrolisina, o las mezclas de péptidos similares a la cerebrolisina derivadas del cerebro de bovinos, probablemente no tienen efectos beneficiosos en la prevención de la muerte por todas las causas por accidente cerebrovascular isquémico agudo. La evidencia de certeza moderada sugiere que la cerebrolisina probablemente no tiene efectos beneficiosos sobre el número total de personas con eventos adversos graves. La evidencia de certeza moderada también indica un aumento potencial de los eventos adversos graves no mortales con la administración de la cerebrolisina.
La cerebrolisina es una mezcla de péptidos de bajo peso molecular y aminoácidos derivados del cerebro porcino, que tiene potenciales propiedades neuroprotectoras. Se utiliza ampliamente en el tratamiento del accidente cerebrovascular isquémico agudo en Rusia, Europa del Este, China y otros países asiáticos y postsoviéticos. Esta es una actualización de una revisión publicada por primera vez en 2010 y actualizada por última vez en 2020.
Evaluar los efectos beneficiosos y perjudiciales de la cerebrolisina o agentes similares para el tratamiento del accidente cerebrovascular isquémico agudo.
Se realizaron búsquedas en el Registro de ensayos del Grupo Cochrane de Accidentes cerebrovasculares (Cochrane Stroke), CENTRAL, MEDLINE, Embase, Web of Science Core Collection, con Science Citation Index y LILACS en mayo de 2022 y en varias bases de datos rusas en junio de 2022. También se buscó en listas de referencias, registros de ensayos en curso y resúmenes de congresos.
Ensayos controlados aleatorizados (ECA) que compararan la cerebrolisina o agentes similares administrados dentro de las 48 horas del accidente cerebrovascular y continuados durante cualquier período de tiempo, con placebo o ningún tratamiento, en personas con accidente cerebrovascular isquémico agudo.
Tres autores de la revisión aplicaron de forma independiente los criterios de inclusión, evaluaron la calidad de los ensayos y el riesgo de sesgo, extrajeron los datos y aplicaron el método GRADE a la evidencia.
Siete ECA (1773 participantes) cumplieron los criterios de inclusión de esta revisión. En esta actualización se añadió un ECA del agente cortexin, similar a la cerebrolisina, que aportó 272 participantes.
Se utilizó el mismo enfoque para la evaluación del riesgo de sesgo que se reevaluó en la actualización anterior: se agregó la consideración de la disponibilidad pública de los protocolos de estudio y los desenlaces informados a la evaluación del informe selectivo de los desenlaces, mediante la identificación, la exploración y la evaluación de los protocolos de estudio.
En los estudios con cerebrolisina se consideró que el riesgo de sesgo de informe selectivo de los desenlaces fue incierto entre todos los estudios; de cegamiento de los participantes y del personal fue bajo en tres estudios e incierto en los cuatro restantes; y de cegamiento de los evaluadores de desenlaces fue bajo en tres estudios e incierto en cuatro estudios. Se consideró que el riesgo de sesgo de generación de la secuencia de asignación fue bajo en un estudio e incierto en los seis estudios restantes; de ocultación de la asignación fue bajo en un estudio e incierto en seis estudios; y de datos incompletos de los desenlaces fue bajo en tres estudios y alto en los cuatro estudios restantes. El fabricante de cerebrolisina respaldó tres estudios multicéntricos, ya sea de forma total o al proporcionar la cerebrolisina y el placebo, los códigos de asignación al azar, becas de investigación o estadísticos. Se consideró que dos estudios presentaron un alto riesgo de otros sesgos y que los cinco estudios restantes presentaron un riesgo incierto de otros sesgos. Se consideró que el estudio de cortexin tuvo riesgo de sesgo bajo de datos incompletos de los desenlaces y riesgo de sesgo incierto en todos los demás dominios.
Muerte por todas las causas: Es probable que la cerebrolisina o el cortexin den lugar a poca o ninguna diferencia en la muerte por todas las causas (razón de riesgos [RR] 0,96; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,65 a 1,41; seis ensayos, 1689 participantes; evidencia de certeza moderada).
Ninguno de los estudios incluidos informó sobre el desenlace funcional deficiente, definido como muerte o dependencia al final del período de seguimiento, muerte temprana (dentro de las dos semanas del inicio del accidente cerebrovascular), calidad de vida o tiempo hasta el restablecimiento de la capacidad laboral.
Solo un estudio informó claramente sobre la causa de la muerte: infarto cerebral (cuatro en el grupo de cerebrolisina y dos en el de placebo), insuficiencia cardíaca (dos en el grupo de cerebrolisina y una en el de placebo), embolia pulmonar (dos en el grupo placebo) y neumonía (una en el grupo placebo).
Abandono no relacionado con la muerte (desenlace secundario): La cerebrolisina o las mezclas de péptidos similares podrían dar lugar a poca o ninguna diferencia en el abandono no relacionado con la muerte, pero la evidencia es muy incierta, con un nivel considerable de heterogeneidad (RR 0,72; IC del 95%: 0,38 a 1,39; seis ensayos, 1689 participantes; evidencia de certeza muy baja).
Eventos adversos graves (EAG): La cerebrolisina probablemente provoca poca o ninguna diferencia en el número total de personas con EAG (RR 1,16; IC del 95%: 0,81 a 1,66; tres ensayos, 1335 participantes; evidencia de certeza moderada). Esto incluyó los EAG mortales (RR 0,90; IC del 95%: 0,59 a 1,38; tres ensayos, 1335 participantes; evidencia de certeza moderada) y un aumento en el número total de personas con EAG no mortales (RR 2,39; IC del 95%: 1,10 a 5,23; tres ensayos, 1335 participantes; evidencia de certeza moderada). En el subgrupo de posología de 30 ml durante 10 días (dosis acumulada de 300 ml), el aumento fue más notable (RR 2,87; IC del 95%: 1,24 a 6,69; dos ensayos, 1189 participantes).
Número total de personas con eventos adversos : La cerebrolisina o las mezclas de péptidos similares podrían dar lugar a poca o ninguna diferencia en el número total de personas con eventos adversos (RR 1,03; IC del 95%: 0,92 a 1,14; cuatro ensayos, 1607 participantes; evidencia de certeza baja).
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