¿Cuál es el problema?
El aborto espontáneo ocurre cuando una mujer embarazada pierde a su feto antes de que el mismo sea considerado capaz de sobrevivir fuera del útero, es decir antes de las 24 semanas de gestación. El aborto espontáneo ocurre en cerca del 10% al 15% de los embarazos y los signos son hemorragia, generalmente con dolor, y calambres abdominales. El tratamiento tradicional del aborto espontáneo era la cirugía, pero esta revisión Cochrane se pregunta si los tratamientos médicos pueden ser otra opción para la mujer.
¿Por qué es esto importante?
Con frecuencia la causa del aborto espontáneo se desconoce, pero es probable que la mayoría se deba a anomalías en los cromosomas del embrión. Las mujeres que presentan un aborto espontáneo pueden estar muy angustiadas y pueden tener sentimientos de vacío, culpa y fracaso. Los padres también se pueden afectar emocionalmente. Tradicionalmente, la cirugía (legrado o aspiración al vacío) ha sido el tratamiento utilizado para extraer cualquier tejido retenido y es rápida de realizar. Actualmente se ha indicado que los tratamientos médicos (generalmente el misoprostol) pueden ser igualmente efectivos y conllevar menos riesgo de infección.
¿Qué evidencia se encontró?
Se buscó evidencia el 13 de mayo 2016 y se identificaron 24 estudios con 5577 mujeres; todos estos estudios fueron en mujeres con menos de 13 semanas de gestación. Hubo varias formas diferentes de administrar los fármacos, por lo que los datos para cada comparación son limitados.
En general la revisión no encontró diferencias en cuanto a éxito entre el misoprostol y la espera para el aborto espontáneo, ni entre el misoprostol y la cirugía. La tasa general de éxito del tratamiento (misoprostol y cirugía) fue de más del 80% y a veces hasta del 99%, y un estudio no identificó diferencias en cuanto a la fertilidad posterior entre los métodos farmacológicos, la cirugía o el tratamiento expectante. El misoprostol vaginal se comparó con el misoprostol oral en un estudio en el que no se encontraron diferencias en cuanto al éxito, pero hubo un aumento de la incidencia de diarrea con el misoprostol oral. Sin embargo, en general las mujeres parecieron satisfechas con su atención, independientemente del tratamiento administrado.
¿Qué significa esto?
La revisión indica que el misoprostol o la espera para la expulsión espontánea de los fragmentos son alternativas importantes a la cirugía, pero a las mujeres se les debe ofrecer una opción fundamentada. Es evidente que se necesitan más estudios para confirmar estos hallazgos, que deben incluir un seguimiento a largo plazo. Se necesitan con urgencia estudios sobre mujeres con abortos espontáneos cuando la edad gestacional es mayor de 13 semanas.
La evidencia disponible indica que el tratamiento médico con misoprostol y el tratamiento expectante son alternativas aceptables a la evacuación quirúrgica habitual, debido a la disponibilidad de recursos del servicio de salud para apoyar los tres enfoques. Es evidente que se necesitan más estudios, incluido un seguimiento a largo plazo, para confirmar estos hallazgos. Se necesitan con urgencia estudios sobre mujeres con abortos espontáneos cuando la edad gestacional es mayor de 13 semanas.
El aborto espontáneo ocurre en el 10% al 15% de los embarazos. El tratamiento tradicional, después de un aborto, ha sido realizar una cirugía para eliminar los tejidos de la placenta que quedan en el útero ("evacuación del útero"). Sin embargo, los tratamientos médicos, o la atención expectante (sin tratamiento), también pueden ser efectivos, seguros y aceptables.
Evaluar la efectividad, la seguridad y la aceptabilidad de cualquier tratamiento médico para el aborto espontáneo incompleto temprano (antes de las 24 semanas).
Se hicieron búsquedas en el registro de ensayos del Grupo Cochrane de Embarazo y Parto (13 de mayo 2016) y en las listas de referencias de los estudios recuperados.
Se incluyeron los ensayos controlados aleatorizados que compararon el tratamiento médico con la atención expectante o la cirugía, o con métodos alternativos de tratamiento médico. Se excluyeron los ensayos con asignación cuasialeatoria.
Dos autores de la revisión de forma independiente evaluaron los estudios para la inclusión, evaluaron el riesgo de sesgo y realizaron la extracción de los datos. Se verificó la introducción de los datos. La calidad de la evidencia se evaluó mediante los criterios GRADE.
Se incluyeron 24 estudios (5577 pacientes). No hubo ensayos específicamente sobre el tratamiento del aborto espontáneo después de las 13 semanas de gestación.
Tres ensayos en los que participaron 335 mujeres compararon el tratamiento con misoprostol (en todos administrado por vía vaginal) con la atención expectante. No hubo diferencias en el aborto completo (riesgo relativo [RR] promedio 1,23; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,72 a 2,10; dos estudios, 150 mujeres, efectos aleatorios; evidencia de calidad muy baja), ni en la necesidad de evacuación quirúrgica (RR promedio 0,62; IC del 95%: 0,17 a 2,26; dos estudios, 308 mujeres, efectos aleatorios; evidencia de calidad baja). Hubo datos escasos sobre "muertes o complicaciones graves". Para la intervención quirúrgica no planificada, no se identificaron diferencias entre el misoprostol y la atención expectante (RR promedio 0,62; IC del 95%: 0,17 a 2,26; dos estudios, 308 mujeres, efectos aleatorios; evidencia de calidad baja).
Dieciséis ensayos con 4044 mujeres abordaron la comparación del misoprostol (siete estudios utilizaron la administración oral, seis estudios utilizaron la vía vaginal, dos estudios sublinguales, un estudio combinó vía vaginal + oral) versus la evacuación quirúrgica. Hubo una incidencia ligeramente inferior de aborto completo con el misoprostol (RR promedio 0,96; IC del 95%: 0,94 a 0,98; 15 estudios, 3862 mujeres, efectos aleatorios; evidencia de calidad muy baja), pero con una tasa de éxito alta para ambos métodos. En general, hubo menos evacuaciones quirúrgicas con el misoprostol (RR promedio 0,05; IC del 95%: 0,02 a 0,11; 13 estudios, 3070 mujeres, efectos aleatorios; evidencia de calidad muy baja), pero más procedimientos no planificados (RR promedio 5,03; IC del 95%: 2,71 a 9,35; 11 estudios, 2690 mujeres, efectos aleatorios; evidencia de calidad baja). Hubo datos escasos sobre "muertes o complicaciones graves". Las náuseas fueron más frecuentes con el misoprostol (RR promedio 2,50; IC del 95%: 1,53 a 4,09; 11 estudios, 3015 mujeres, efectos aleatorios; evidencia de calidad baja). No se identificaron diferencias en la satisfacción de las mujeres entre el misoprostol y la cirugía (RR promedio 1,00; IC del 95%: 0,99 a 1,00; nueve estudios, 3349 mujeres, efectos aleatorios; evidencia de calidad moderada). Más mujeres tuvieron vómitos y diarrea con el misoprostol en comparación con la cirugía (vómitos: RR promedio 1,97, IC del 95%: 1,36 a 2,85; diez estudios, 2977 mujeres, efectos aleatorios; evidencia de calidad moderada; diarrea: RR promedio 4,82, IC del 95%: 1,09 a 21,32; cuatro estudios, 757 mujeres, efectos aleatorios; evidencia de calidad moderada).
Cinco ensayos compararon diferentes rutas de administración, o dosis, o ambas, de misoprostol. No hubo evidencia clara de que un régimen fuera superior a otro.
La evidencia limitada indica que en general las mujeres parecieron satisfechas con su atención. El seguimiento a largo plazo de un estudio incluido no identificó diferencias en cuanto a la fertilidad posterior entre los tres enfoques.
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