Antecedentes
La disnea es un síntoma frecuente y angustiante del cáncer avanzado y de otras enfermedades al final de la vida. Tratar la falta de aliento suficientemente sigue siendo muy difícil. Las benzodiacepinas son un grupo de medicamentos sedantes (drogas), entre ellos el lorazepam, el clorazepato, el diazepam, el alprazolam y el temazepam, que se utilizan principalmente para los trastornos del sueño y la ansiedad, pero que se utilizan ampliamente para el alivio de la disnea.
Resultados clave
En esta revisión sistemática actualizada se buscó determinar si las benzodiacepinas aliviaban la disnea en adultos con enfermedades avanzadas. En agosto de 2016, se encontraron ocho estudios.
Las benzodiacepinas causaban más efectos secundarios como fatiga o somnolencia en comparación con el placebo, pero causaban menos efectos secundarios en comparación con la morfina. La revisión apoya el uso de las benzodiazepinas sólo si han fracasado otros tratamientos de primera línea, como los opiáceos y los tratamientos no farmacológicos. Sin embargo, todavía es necesario urgentemente realizar más estudios en este campo, para encontrar mejores procedimientos que alivien este agobiante síntoma en los pacientes con enfermedades avanzadas.
Se concluyó en resumen que no hay pruebas de que las benzodiacepinas alivien la disnea en adultos con enfermedades avanzadas.
Desde la última versión de esta revisión, se identificó un nuevo estudio para su inclusión, pero las conclusiones no han cambiado. No hay evidencia a favor o en contra de las benzodiacepinas para el alivio de la disnea en personas con cáncer avanzado y EPOC. Las benzodiacepinas causaron más somnolencia como efecto adverso en comparación con el placebo, pero menos en comparación con la morfina. Las benzodiacepinas pueden considerarse un tratamiento de segunda o tercera línea, cuando los opiáceos y las medidas no farmacológicas no han logrado controlar la disnea. Se necesitan estudios bien realizados y de potencia adecuada.
Esta es una versión actualizada de la revisión Cochrane original publicada en el número 1, 2010, sobre "Benzodiacepinas para el alivio de la disnea en enfermedades malignas y no malignas avanzadas en adultos". La disnea es uno de los síntomas más frecuentes de los estadios avanzados de las enfermedades malignas y benignas. Las benzodiazepinas se usan ampliamente para el alivio de la disnea en las etapas avanzadas de la enfermedad y se recomiendan regularmente en la literatura. En el momento de la revisión Cochrane publicada anteriormente, no había evidencia de un efecto beneficioso de las benzodiacepinas para el alivio de la disnea en personas con cáncer avanzado y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
El objetivo primario de esta revisión fue determinar la eficacia de las benzodiazepinas para el alivio de la disnea en pacientes con enfermedad avanzada. Los objetivos secundarios fueron determinar la eficacia de las diferentes benzodiacepinas, las diferentes dosis de benzodiacepinas, las diferentes vías de aplicación, los efectos adversos de las benzodiacepinas y la eficacia en diferentes grupos de enfermedades.
Ésta es una actualización de una revisión publicada en 2010. Se realizaron búsquedas en 14 bases de datos electrónicas hasta septiembre de 2009 para la revisión original. Se verificaron las listas de referencias de todos los estudios pertinentes, los libros de texto fundamentales, revisiones y sitios web. Para la actualización, se realizaron búsquedas en CENTRAL, MEDLINE y EMBASE y en los registros de ensayos clínicos de estudios adicionales en curso o no publicados, hasta agosto de 2016. Se estableció contacto con investigadores del estudio y expertos en el campo de los cuidados paliativos para solicitar estudios adicionales, datos no publicados o detalles del estudio cuando fuera necesario.
Se incluyeron ensayos controlados aleatorizados (ECA) y ensayos clínicos controlados (ECC) que evaluaron el efecto de las benzodiazepinas en comparación con el placebo o el control activo para aliviar la disnea en personas con estadios avanzados de cáncer, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), insuficiencia cardíaca crónica (ICC), enfermedad de la neurona motora (ENM) y fibrosis pulmonar idiopática (FPI).
Dos autores de la revisión evaluaron de forma independiente los títulos y resúmenes identificados. Tres autores de la revisión realizaron de forma independiente la evaluación de todos los estudios potencialmente pertinentes (texto completo), la extracción de datos y la evaluación de la calidad metodológica. Cuando fue apropiado, se realizó el metanálisis.
En general, se identificaron ocho estudios para su inclusión: siete en la revisión anterior y un estudio adicional para esta actualización. También se identificó dos estudios que esperan ser clasificados en esta actualización. Los estudios fueron pequeños (un número máximo de 101 participantes) y comprendían datos de 214 participantes con cáncer avanzado o EPOC, los cuales se analizaron. Hubo solo un estudio con bajo riesgo de sesgo. La mayoría de los estudios tenían un riesgo de sesgo poco claro debido a la falta de información sobre la generación de secuencias aleatorias, la ocultación y el desgaste. El análisis de todos los estudios no mostró un efecto beneficioso de las benzodiacepinas para el alivio de la disnea (el resultado primario) en personas con cáncer avanzado y EPOC (8 estudios, 214 participantes) en comparación con el placebo, el midazolam, la morfina o la prometazina. Además, no se observó ningún efecto estadísticamente significativo en la prevención de la disnea episódica (disnea progresiva) en personas con cáncer (después de 48 horas: riesgo relativo de 0,76 (IC del 95%: 0,53 a 1,09; 2 estudios, 108 participantes)) en comparación con la morfina. El análisis de sensibilidad no demostró diferencias significativas con respecto al tipo de benzodiazepina, la dosis, vía y frecuencia de administración, la duración del tratamiento o el tipo de control. Las benzodiacepinas causaron más eventos adversos estadísticamente significativos, en particular somnolencia y somnolencia, en comparación con el placebo (diferencia de riesgo 0,74 (IC del 95%: 0,37; 1,11); 3 estudios, 38 participantes). Por el contrario, dos estudios informaron que la morfina causó más eventos adversos que el midazolam (DR -0,18 (IC del 95%: -0,31; -0,04); 194 participantes).
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