Vitamina D para el tratamiento de las afecciones dolorosas crónicas en adultos

El dolor crónico es dolor de intensidad moderada o grave y dura tres meses o más. Puede tener varias causas, pero la mayoría proviene de afecciones musculoesqueléticas como la artritis o el dolor muscular. El dolor crónico suele afectar más a las personas mayores que a las jóvenes. El dolor crónico es incapacitante y tiene un gran impacto negativo en la calidad de vida.

La vitamina D cumple varias funciones en el organismo. Se produce en la piel mediante la acción de la luz solar y también puede obtenerse a partir de alimentos. Se ha implicado la falta de vitamina D con varias afecciones, incluido el dolor crónico. Además, la asociación de dolores tan diversos como el dolor de cabeza, el dolor abdominal, el dolor de rodilla y el dolor de espalda con la estación del año y la latitud, apoyan indirectamente la función de la vitamina D. La posibilidad de que exista una relación entre los bajos niveles de vitamina D y el dolor crónico ha despertado interés porque, de ser cierto, la vitamina D sería un tratamiento barato y relativamente seguro.

Se buscaron en las bases de datos científicas estudios que compararan la suplementación con vitamina D con placebo (un tratamiento falso) o medicamentos activos para el tratamiento de afecciones dolorosas crónicas en adultos. La evidencia está actualizada hasta febrero de 2015.

Hay una pequeña cantidad de pruebas que sostienen esta relación pero no es de alta calidad y podría no ser fiable. Esta actualización de una revisión buscó evidencia de alta calidad de ensayos controlados aleatorios (estudios en los que los participantes se asignan al azar para recibir uno de varios tratamientos) sobre la vitamina D para las afecciones dolorosas crónicas.

No se encontró un patrón consistente de que el tratamiento con vitamina D fuera mejor que el placebo para cualquier condición dolorosa crónica, pero los estudios tenían deficiencias metodológicas (evidencia de baja calidad).

Se necesitan más estudios para determinar si la vitamina D es un tratamiento útil para el dolor en alguna afección dolorosa crónica en particular. Estos estudios deberían examinar si algún efecto se limita a las personas con deficiencia de vitamina D. También deberían examinar cuánta vitamina D es necesaria, y durante cuánto tiempo, antes de que se produzcan efectos beneficiosos.

Conclusiones de los autores: 

Las pruebas que abordan el uso de la vitamina D para el dolor crónico contienen ahora más del doble de estudios y participantes que los que se incluyeron en la versión original de esta revisión. Sobre la base de estas pruebas, es poco probable que la vitamina D tenga un gran efecto beneficioso en diferentes afecciones dolorosas crónicas. Es necesario investigar más a fondo si la vitamina D puede tener efectos beneficiosos en afecciones dolorosas crónicas concretas.

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Antecedentes: 

Esta revisión es una actualización de una revisión publicada anteriormente en la Base de Datos Cochrane de Revisiones Sistemáticas (The Cochrane Database of Systematic Reviews) (Número 1, 2010) sobre "Vitamina D para el tratamiento de afecciones dolorosas crónicas en adultos”.

La vitamina D se sintetiza en la piel después de la exposición a la luz solar y puede obtenerse a través de los alimentos. La deficiencia de vitamina D se ha vinculado con varias afecciones, incluido el dolor crónico. Pruebas observacionales y circunstanciales indican que la deficiencia de vitamina D puede estar relacionada con la etiología de las afecciones dolorosas crónicas.

Objetivos: 

Evaluar la eficacia y la seguridad de los suplementos de vitamina D en las afecciones dolorosas crónicas en contraposición con el placebo o comparadores activos.

Métodos de búsqueda: 

Para esta actualización, se hicieron búsquedas en el Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials, CENTRAL), MEDLINE y EMBASE hasta febrero de 2015. Se buscaron estudios adicionales en las listas de referencias de los artículos, las revisiones del área y los registros de ensayos obtenidos.

Criterios de selección: 

Se incluyeron los estudios que fueran ensayos a doble ciego aleatorios de suplementos de la vitamina D en comparación con un placebo u otros comparadores activos para el tratamiento de las afecciones dolorosas crónicas en adultos.

Obtención y análisis de los datos: 

Dos autores de la revisión seleccionaron de forma independiente los estudios para su inclusión, evaluaron la calidad metodológica y extrajeron los datos. No se realizó un análisis agrupado debido a la heterogeneidad de los datos. Los resultados primarios de interés fueron los resultados del dolor en pacientes que respondieron al tratamiento, y los resultados secundarios fueron los resultados del dolor promedio del grupo de tratamiento y los eventos adversos.

Resultados principales: 

Se incluyeron seis nuevos estudios (517 participantes) para esta actualización de revisión, con lo que el total de los estudios incluidos ascendió a 10 (811 participantes). Los estudios eran heterogéneos con respecto a la calidad del estudio, las afecciones dolorosas crónicas que se investigaron, la dosis de vitamina D administrada, las cointervenciones y las medidas de resultado informadas. Sólo dos estudios informaron sobre los resultados del dolor en pacientes que respondieron; los otros estudios informaron sobre los resultados promedio del grupo de tratamiento solamente. En general, no hubo una pauta consistente en que el tratamiento con vitamina D se asociara con una mayor eficacia que el placebo en ninguna afección dolorosa crónica (evidencia de baja calidad). Los eventos adversos y los retiros fueron comparativamente infrecuentes, sin una diferencia consistente entre la vitamina D y el placebo (evidencia de buena calidad).

Notas de traducción: 

La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.

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