El opio se obtiene de las cápsulas de la semilla sin madurar de la planta de amapola. El opio generalmente se fuma o se ingiere para crear una sensación de euforia, para obtener placer o para utilizarse como analgésico o hipnótico. Las actitudes culturales afectan los modelos del uso de opioides entre diferentes países. En el Medio Oriente y Asia Sudoriental, el opio se consume en muchos casos en ámbitos sociales y los consumidores no sufren una disfunción social significativa. Se consume de forma ocasional y principalmente en reuniones masculinas pero su consumo regular puede causar dependencia. Los consumidores de opio tienen un modo de vida más estable que los consumidores de heroína y, de los que recurren al tratamiento, una proporción mayor están casados y viven con su familia.
El dejar de consumir opio da lugar a un síndrome de abstinencia opiáceo de intensidad leve. Los signos físicos de síndrome de abstinencia no suelen durar más de 14 días; pero un síndrome prolongado que incluye menor bienestar, malestar general y deseos fuertes periódicos de consumir puede continuar durante meses. Superar la abstinencia y mantenerse abstinente es difícil y los dependientes al opio a menudo reinciden si no se continúa el tratamiento después de concluida la abstinencia.
Cuando el tipo de opioide utilizado es menos nocivo que la heroína, como es el caso del opio, existe el interrogante sobre qué tipo de tratamiento o mantenimiento es más eficaz; la desintoxicación del opio es de corta duración y es mejor tolerada que la desintoxicación de la metadona.
En esta revisión se incluyeron tres ensayos controlados aleatorios que incorporaron 870 personas dependientes al opio. En dos de los ensayos se compararon diferentes dosis del opioide semisintético llamado buprenorfina. Las dosis mayores de buprenorfina (4 mg/día y 8 mg/día, respectivamente) aumentaron la probabilidad de retención en el tratamiento. Los estudios tenían un riesgo de sesgo alto. En el tercer ensayo el baclofeno (un agonista de receptores B-GABA) se comparó con placebo para el tratamiento de mantenimiento después de un proceso de desintoxicación. Sólo 27 de los 40 participantes fueron dependientes al opio y hubo una tendencia a una mayor retención en el tratamiento. No se evaluaron resultados importantes como el consumo de fármacos o los efectos secundarios del consumo de fármacos.
En términos generales, los resultados de tres ensayos no son suficientes como para establecer un criterio sobre la efectividad de cualquier intervención farmacológica para la dependencia al opio. La buprenorfina tiene una actividad agonista parcial y parece ser bien tolerada, con efectos secundarios menores. Sin embargo, el abuso de la buprenorfina ha ido en aumento y se ha reconocido como un problema en muchos países asiáticos en las últimas dos décadas. Su uso mediante inyecciones también es muy frecuente.
No es posible llegar a una conclusión sobre el uso de cualquier clase de tratamiento farmacológico para el tratamiento de mantenimiento de la dependencia al opio.
Los tratamientos farmacológicos para el tratamiento de mantenimiento de la dependencia a la heroína han sido utilizados y estudiados ampliamente. Las revisiones sistemáticas han demostrado la eficacia de estos tratamientos. La dependencia al opio se asocia con menos problemas y deficiencias, y es menos probable que se consuma mediante inyecciones, con la reducción consiguiente del riesgo de sobredosis y de enfermedades de transmisión sanguínea. Aunque en muchos países es un caso de abuso de sustancias frecuentes, no se dispone de una revisión sistemática sobre el tratamiento de mantenimiento de la dependencia al opio.
Evaluar la efectividad y la seguridad de diversos tratamientos farmacológicos para el mantenimiento de la dependencia al opio (solos o en combinación con intervenciones psicosociales) en comparación con ninguna intervención, desintoxicación, diferentes dosis de la misma intervención, otras intervenciones farmacológicas y cualquier intervención psicosocial.
Se hicieron búsquedas en las siguientes fuentes hasta febrero de 2012: el Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials, CENTRAL), MEDLINE, EMBASE, CINAHL, PsycINFO, bases de datos regionales (IMEMR y ASCI), bases de datos nacionales (Iranmedex y Iranpsych), las principales fuentes electrónicas de ensayos en curso y listas de referencias de todos los artículos relevantes. Además se estableció contacto con los investigadores conocidos de algunos países asiáticos para obtener detalles acerca de ensayos no publicados.
Ensayos clínicos controlados aleatorios (ECA) que compararan cualquier intervención farmacológica de mantenimiento versus ninguna intervención, otra intervención farmacológica o no farmacológica para la dependencia al opio.
Dos revisores evaluaron de forma independiente el riesgo de sesgo y extrajeron los datos.
Se incluyeron tres ECA que incluyeron a 870 dependientes al opio. Los estudios hicieron comparaciones diferentes por lo que no fue posible agrupar los datos. Los estudios solo evaluaron la tasa de retención. Dos estudios compararon diferentes dosis de buprenorfina: en un estudio, se comparó una dosis de 4 mg/día de buprenorfina con dosis de 2 mg/día y 1 mg/día y en el otro estudio, se comparó una dosis de 8 mg/día de buprenorfina con dosis de 3 mg/día y 1 mg/día. Las comparaciones mostraron una diferencia estadísticamente significativa entre los grupos; las dosis mayores de buprenorfina aumentaron la probabilidad de retención en el tratamiento. Los estudios tenían un riesgo de sesgo alto. En el tercer estudio, después de un proceso de desintoxicación, el baclofeno (60 mg/día) se comparó con placebo para el tratamiento de mantenimiento. La diferencia en la tasa de retención entre los grupos fue alta, aunque no fue estadísticamente significativa.