Pregunta de la revisión
Se revisó la evidencia sobre los efectos del cambio del catéter de forma sistemática (cada tres o cuatro días) o del cambio del catéter solo cuando había signos o síntomas de un problema con el catéter que permanecía colocado en su lugar.
Antecedentes
La mayoría de los pacientes hospitalizados recibe líquidos o fármacos a través de un catéter intravenoso periférico en algún momento durante la estancia hospitalaria. Un catéter intravenoso (también llamado goteo IV, línea IV o cánula intravenosa) es un tubo corto y hueco que se coloca en la vena para permitir la administración de medicamentos, líquidos o nutrientes directamente en el torrente sanguíneo. Estos catéteres a menudo son reemplazados cada tres o cuatro días para tratar de prevenir la irritación de la vena o la infección sanguínea. Sin embargo, la sustitución del catéter puede causar molestias a los pacientes y es muy costosa. Esta es la tercera actualización de una revisión publicada por primera vez en 2010.
Características de los estudios
En abril 2018 se realizaron búsquedas de ensayos controlados aleatorizados (ECA) que compararan el cambio del catéter cada 72 a 96 horas (cambio sistemático) con el cambio del catéter solo cuando había complicaciones o el tratamiento se había completado. Se midió la infección sanguínea relacionada con el catéter, la flebitis y otros problemas asociados con los catéteres periféricos, como la infección local y la obstrucción del catéter. Se incluyeron dos estudios nuevos en esta actualización, por lo que el total de estudios asciende a nueve con 7412 participantes.
Resultados clave
No se encontraron diferencias claras en las tasas de infección sanguínea relacionada con el catéter, flebitis (inflamación de la vena), infección sanguínea por cualquier causa, infección local, mortalidad o dolor. No se conoce si la infección local se reduce o aumenta cuando se cambian los catéteres por indicación clínica. La infiltración (líquido que se filtra en el tejido alrededor del catéter) y la obstrucción del catéter (la incapacidad de infundir líquidos o medicamentos a través del catéter), probablemente se reducen cuando los catéteres se cambian de forma sistemática. El coste se reduce al reemplazar los catéteres cuando hubo una indicación clínica para hacerlo. Ningún estudio incluido en la revisión informó sobre los resultados predeterminados «número de sitios de reimplantación del catéter por paciente» y «satisfacción».
Calidad de la evidencia
La calidad general de la evidencia se consideró moderada para la mayoría de los resultados, lo que hace que exista incertidumbre en cuanto a los hallazgos. La incertidumbre se debe en gran medida a que los resultados como la flebitis, fueron evaluados por personas que conocían la asignación al grupo, lo que puede o no afectar su decisión sobre la presencia o la ausencia de un problema.
Hay evidencia de certeza moderada de que no hay una diferencia clara en las tasas de ISRC, tromboflebitis, infección sanguínea por todas las causas, mortalidad y dolor entre el reemplazo por indicación clínica o de forma sistemática de los CIVP. No se conoce si la infección local se reduce o aumenta cuando se cambian los catéteres por indicación clínica. Hay evidencia de certeza moderada de que la infiltración y la obstrucción de los catéteres probablemente son menores cuando los CIVP se cambian de forma sistemática; y evidencia de certeza moderada de que la extracción por indicación clínica probablemente reduce los costes relacionados con el dispositivo. El agregado de dos ensayos nuevos en esta actualización no encontró más evidencia que apoye el cambio de catéteres cada 72 a 96 horas. Las organizaciones sanitarias pueden considerar la posibilidad de cambiar a una política en la que los catéteres se cambien solo si hay una indicación clínica para hacerlo, por ejemplo, si hay signos de infección, bloqueo o infiltración. Lo anterior permitiría un ahorro importante de los costes, evitaría a los pacientes el dolor innecesario de las reimplantaciones sistemáticas en ausencia de indicaciones clínicas y reduciría el tiempo que los médicos ocupados dedican a esta intervención. Para reducir las complicaciones relacionadas con los CIVP, el personal debería inspeccionar el lugar de inserción en cada cambio de turno y retirar el catéter si hay signos de inflamación, infiltración, oclusión, infección u obstrucción, o si el catéter ya no se necesita para el tratamiento.
Las guías de los Centers for Disease Control de los Estados Unidos recomiendan el reemplazo de los catéteres intravenosos periféricos (CIVP) con una frecuencia no menor a 72 a 96 horas. Se cree que el reemplazo sistemático reduce el riesgo de flebitis e infección sanguínea. La inserción del catéter es una experiencia desagradable para los pacientes y el reemplazo puede ser innecesario si el catéter todavía es funcional y no hay signos de inflamación ni de infección. Los costes asociados con el reemplazo sistemático pueden ser importantes. Esta es la tercera actualización de una revisión publicada por primera vez en 2010.
Evaluar los efectos de retirar los catéteres periféricos intravenosos cuando hay indicación clínica en comparación con el reemplazo sistemático y la reinserción del catéter.
El Especialista en Información del Grupo Cochrane Vascular (Cochrane Vascular Information Specialist) realizó búsquedas en el Registro Especializado del Grupo Cochrane Vascular (Cochrane Vascular Specialised Register), CENTRAL, MEDLINE, Embase y CINAHL, y en la International Clinical Trials Registry Platform de la Organización Mundial de la Salud y en los registros de ensayos de ClinicalTrials.gov hasta el 18 de abril 2018. También se realizó una verificación de las referencias y se estableció contacto con los investigadores y fabricantes para identificar estudios adicionales.
Se incluyeron los ensayos controlados aleatorizados que comparaban la extracción sistemática de los CIVP con la extracción exclusivamente por indicación clínica, en pacientes hospitalizados o que viven en la comunidad y reciben infusiones continuas o intermitentes.
Tres autores de la revisión, de forma independiente, revisaron los ensayos para su inclusión, extrajeron los datos y evaluaron el riesgo de sesgo mediante los métodos Cochrane. Se utilizó GRADE para evaluar la certeza general de la evidencia.
Esta actualización contiene dos ensayos nuevos, por lo que el total de los estudios incluidos asciende a nueve, con 7412 participantes. Ocho ensayos se realizaron en hospitales para enfermedades agudas y uno en un ámbito comunitario. La certeza general de la evidencia se consideró moderada para la mayoría de los resultados, debido al riesgo de sesgo grave de evaluación no cegada de los resultados o a la imprecisión, o ambos. Debido a que la evaluación de los resultados no fue cegada en los ensayos, ninguno cumplió con los criterios de calidad metodológica alta.
Resultados primarios
Siete ensayos (7323 participantes), evaluaron la infección sanguínea relacionada con el catéter (ISRC). No hay una diferencia clara en la incidencia de ISRC entre los grupos de cambio por indicación clínica (1/3590) y de cambio sistemático (2/3733) (riesgo relativo [RR] 0,61; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,08 a 4,68), evidencia de certeza baja (disminuida dos veces por la imprecisión grave).
Todos los ensayos informaron sobre la incidencia de tromboflebitis y los resultados de siete de ellos se combinaron en el análisis (7323 participantes). Se excluyeron dos estudios del metanálisis debido a que contribuyeron a una alta heterogeneidad. No hay una diferencia clara en la incidencia de tromboflebitis cuando los catéteres se cambiaron por indicación clínica o de forma sistemática (RR 1,07; IC del 95%: 0,93 a 1,25; por indicación clínica 317/3590; cambio a los tres días 307/3733; evidencia de certeza moderada, disminuida una vez debido al riesgo grave de sesgo). Este resultado no se vio afectado por el hecho de si la infusión fue continua o intermitente. Seis ensayos proporcionaron las tasas de tromboflebitis por número de días con dispositivo (32 709 días con dispositivo). No hay una diferencia clara entre los grupos (RR 0,90; IC del 95%: 0,76 a 1,08; cambio por indicación clínica 248/17 251; cambio a los tres días 236/15 458; evidencia de certeza moderada, disminuida una vez por el riesgo grave de sesgo).
Un ensayo (3283 participantes) evaluó la infección sanguínea por todas las causas. No se encontraron diferencias claras en la tasa de infección sanguínea por todas las causas entre los dos grupos (RR 0,47; IC del 95%: 0,15 a 1,53; cambio por indicación clínica: 4/1593 [0,02%]; cambio sistemático 9/1690 [0,05%]; evidencia de certeza moderada, disminuida un nivel debido a la imprecisión grave).
Tres ensayos (4244 participantes), investigaron los costes; la extracción por indicación clínica probablemente reduce los costes relacionados con el dispositivo en aproximadamente 7,00 dólares australianos en comparación con la extracción sistemática (DM -6,96; IC del 95%: -9,05 a -4,86; evidencia de certeza moderada, disminuida una vez debido al riesgo grave de sesgo).
Resultados secundarios
Seis ensayos evaluaron la infiltración (7123 participantes). El reemplazo de forma sistemática probablemente reduce la infiltración de líquido en los tejidos circundantes en comparación con el cambio por indicación clínica (RR 1,16; IC del 95%: 1,06 a 1,26; reemplazo sistemático 747/3638 [20,5%]; reemplazo por indicación clínica 834/3485 [23,9%]; evidencia de certeza moderada, disminuida una vez debido al riesgo grave de sesgo).
El metanálisis de siete ensayos (7323 participantes), encontró que las tasas de fallo del catéter debido a la obstrucción fueron probablemente más bajas en el grupo de reemplazo sistemático en comparación con el grupo de reemplazo por indicación clínica (RR 1,14; IC del 95%: 1,01 a 1,29; reemplazo sistemático 519/3733 [13,9%]; reemplazo por indicación clínica 560/3590 [15,6%]; evidencia de certeza moderada, disminuida una vez debido al riesgo grave de sesgo).
Cuatro estudios (4606 participantes), informaron sobre las tasas de infección local. No se sabe si hay diferencias entre los grupos (RR 4,96; IC del 95%: 0,24 a 102,98; reemplazo por indicación clínica 2/2260 [0,09%]; reemplazo sistemático 0/2346 [0,0%]; evidencia de certeza muy baja, disminuida un nivel debido al riesgo grave de sesgo y dos niveles por la imprecisión muy grave).
Un ensayo (3283 participantes), no encontró diferencias claras en la incidencia de mortalidad cuando se comparó la extracción por indicación clínica con la extracción sistemática (RR 1,06; IC del 95%: 0,27 a 4,23; evidencia de certeza baja, disminuida dos niveles por la imprecisión muy grave).
Un ensayo pequeño (198 participantes) no informó de una diferencia clara en el dolor relacionado con el dispositivo entre los grupos de extracción por indicación clínica y sistemática (DM -0,60; IC del 95%: -1,44 a 0,24; evidencia de certeza baja, disminuida un nivel por el riesgo grave de sesgo y un nivel por la imprecisión grave).
Los resultados predeterminados «número de sitios de reimplantación del catéter por paciente» y «satisfacción» no se informaron en los estudios incluidos en esta revisión.
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