Los eventos traumáticos pueden tener un impacto significativo en la capacidad de las personas, las familias y las comunidades para afrontar la situación. En el pasado, las intervenciones con sesiones únicas, como el informe psicológico, se utilizaban ampliamente para prevenir dificultades psicológicas continuas. Sin embargo, se ha encontrado en revisiones anteriores que las intervenciones individuales en una sola sesión y las intervenciones proporcionadas a todos los pacientes no han sido efectivas para prevenir el trastorno de estrés postraumático (TEPT). Se han desarrollado distintas formas de intervenciones para tratar de reducir el trastorno psicológico de los pacientes expuestos a un trauma. Esta revisión evaluó los resultados de 15 estudios que probaron diversas intervenciones psicológicas dirigidas a tratar los problemas de estrés traumático agudo. Hubo pruebas para apoyar el uso de la terapia cognitivoconductual centrada en el trauma en tales pacientes, aunque hubo algunos sesgos potenciales en los estudios identificados que significa que los resultados deben ser tratados con precaución. Se requieren investigaciones adicionales para evaluar los efectos a más largo plazo de la TCC-CT, para explorar los beneficios potenciales de otras formas de intervención e identificar las formas más efectivas de proporcionar ayuda psicológica en las primeras etapas después de un evento traumático.
Hubo pruebas de que la TCC-CT individual fue efectiva en los pacientes con síntomas de estrés traumático agudo comparada tanto con pacientes de la lista de espera como con intervenciones de orientación de apoyo. La calidad de los ensayos incluidos fue variable y frecuentemente el tamaño de las muestras fue pequeño. Había considerable heterogeneidad clínica en los estudios incluidos y se observó heterogeneidad estadística no explicada en algunas comparaciones. Este resultado indica la necesidad de interpretar cuidadosamente los resultados de esta revisión. Es necesario realizar ensayos adicionales de alta calidad, con períodos de seguimiento más largos, de pruebas adicionales de la TCC-CT y otras formas de intervención psicológica.
La mejoría de los trastornos psicológicos después de los eventos traumáticos es una gran preocupación. Las revisiones sistemáticas indican que las intervenciones dirigidas a todos los expuestos a tales eventos no son efectivas para prevenir el trastorno de estrés postraumático (TEPT). Recientemente, se han desarrollado otras formas de intervención con el fin de tratar los problemas de estrés traumático agudo.
Realizar una revisión sistemática de los ensayos controlados aleatorios de todos los tratamientos e intervenciones psicológicas comenzadas en los tres meses siguientes a un evento traumático, encaminadas a tratar las reacciones de estrés traumático agudo. La revisión siguió las guías de la Colaboración Cochrane (Cochrane Collaboration).
Se realizaron búsquedas sistemáticas en los CCDAN Registers (Registros de CCDAN) hasta agosto de 2008. Se realizó búsqueda manual en las ediciones de las revistas fundamentales durante dos años; se estableció comunicación personal con expertos en el tema; se buscaron los foros de discusión online.
Ensayos controlados aleatorios de cualquier intervención o tratamiento psicológico diseñado para reducir los síntomas de estrés traumático agudo, con la excepción de intervenciones basadas en una sola sesión.
Se introdujeron y analizaron los datos de los efectos de resumen con el programa informático Review Manager 5.0. Para los datos de los resultados de las variables continuas, se calcularon las diferencias de medias estandarizadas. Para los datos de los resultados dicotómicos, se calcularon los riesgos relativos. Cuando había heterogeneidad estadística, se utilizó un modelo de efectos aleatorios.
Se identificaron 15 estudios (dos con estudios de seguimiento a largo plazo) que examinaron diversas intervenciones.
En cuanto a los resultados principales, 12 estudios evaluaron las intervenciones breves de terapia cognitivo-conductual centradas en el trauma (TCC-CT). La TCC-CT fue más efectiva que una intervención en la lista de espera (seis estudios, 471 pacientes; DME -0,64, IC del 95%: -1,06 a -0,23) y que la orientación de apoyo (cuatro estudios, 198 pacientes; DME -0,67, IC del 95%: -1,12 a -0,23). Aún se evidenciaban efectos contra la orientación de apoyo a los seis meses de seguimiento (cuatro estudios, 170 pacientes; DME -0,64, IC del 95%: -1,02 a -0,25). No hubo pruebas de la efectividad de una intervención escrita estructurada cuando se comparó con la intervención mínima (dos estudios, 149 pacientes; DME -0,15, IC del 95%: -0,48 a 0,17).
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