Los trastornos del movimiento ocular pueden afectar a más del 70% de los pacientes con accidente cerebrovascular y dar lugar a dificultades para mantener ambos ojos en su posición normal al mirar en línea recta o a dificultades para mover los ojos de forma correcta para mirar en una dirección diferente. Este hecho puede afectar la percepción del paciente de la profundidad, hace que le sea difícil captar el entorno completo y puede afectar gravemente la capacidad de leer. Se encontraron sólo dos ensayos controlados con asignación aleatoria que investigaron los tratamientos para los trastornos del movimiento ocular. Ambos estudios investigaron el efecto de los tratamientos farmacológicos. Se incluyó un total de 28 participantes aunque sólo cinco de los mismos eran pacientes con accidente cerebrovascular. Un estudio halló que los pacientes con accidente cerebrovascular respondieron de forma diferente al tratamiento farmacológico que los pacientes que tenían trastornos del movimiento ocular debido a otras enfermedades. Estos estudios aportan muy pocas pruebas para establecer conclusiones acerca de la efectividad de las intervenciones para los pacientes con trastornos del movimiento ocular después del accidente cerebrovascular. Se requiere urgentemente más investigación.
No hay pruebas suficientes para establecer conclusiones acerca de la efectividad de las intervenciones para los pacientes con trastornos del movimiento ocular después del accidente cerebrovascular. Se necesita con urgencia realizar investigaciones de alta calidad en forma de ensayos aleatorios bien diseñados.
Los trastornos del movimiento ocular pueden afectar a más del 70% de los pacientes con accidente cerebrovascular. Estos trastornos del movimiento ocular pueden dar lugar a dificultades para mantener la posición ocular normal y a dificultades para mover los ojos apropiadamente. Las discapacidades funcionales resultantes incluyen pérdida de la percepción de profundidad, reducción de la coordinación mano-ojo, dificultades marcadas con las tareas cercanas y la lectura y reducción en la capacidad de explorar el ambiente visual. También pueden impactar en la efectividad del tratamiento de rehabilitación. Hay una variedad amplia de diferentes intervenciones de tratamiento propuestas para los trastornos del movimiento ocular después del accidente cerebrovascular. Sin embargo, en el pasado, ha habido una falta de pruebas específicas del impacto de las intervenciones en el resultado funcional de los pacientes con accidente cerebrovascular.
Determinar los efectos de las intervenciones para los trastornos del movimiento ocular sobre la capacidad funcional después del accidente cerebrovascular.
Se realizaron búsquedas en el Registro Especializdo de Ensayos Controlados del Grupo Cochrane de Accidentes Cerebrovasculares (Cochrane Stroke Group) (febrero 2011), Grupo Cochrane de Trastornos de los Ojos y la Visión (Cochrane Eyes and Vision Group) (diciembre 2009) y en nueve bases de datos bibliográficas electrónicas, incluyendo CENTRAL (Cochrane Library 2009, número 4), MEDLINE (1950 hasta diciembre 2009), EMBASE (1980 hasta diciembre 2009), CINAHL (1982 hasta diciembre 2009), AMED (1985 hasta diciembre 2009) y en PsycINFO (1967 hasta diciembre 2009). También se realizaron búsquedas en las listas de referencias y los registros de ensayos, búsquedas manuales en las revistas y los resúmenes de congresos, y se estableció contacto con los especialistas.
Ensayos con asignación aleatoria en adultos después del accidente cerebrovascular donde la intervención se centró específicamente en la mejoría del trastorno del movimiento ocular o en la mejoría de la capacidad del participante de enfrentar el trastorno del movimiento ocular. La medida de resultado primaria fue la capacidad funcional en las actividades cotidianas. Las medidas de resultado secundarias incluyeron la capacidad funcional en las actividades cotidianas ampliadas, las medidas del movimiento ocular, el equilibrio, las caídas, la depresión o la ansiedad, el destino o la residencia al momento del alta después del accidente cerebrovascular, la calidad de vida y el aislamiento social, los eventos adversos y la muerte.
Dos autores, de forma independiente, revisaron los resúmenes extrajeron los datos y evaluaron los ensayos. Se realizó la evaluación de la calidad metodológica para la ocultación de la asignación, el cegamiento del evaluador de resultados, el método de tratamiento de los datos faltantes y otras fuentes posibles de sesgo.
Dos estudios (28 participantes aunque sólo cinco eran pacientes con accidente cerebrovascular) cumplieron con los criterios de inclusión y se incluyeron en esta revisión. Ambos estudios investigaron las intervenciones farmacológicas para los trastornos del movimiento ocular en pacientes con accidente cerebrovascular. No resultó apropiado agrupar los datos y no fue posible establecer conclusiones a partir de estos estudios. No se encontró ningún otro estudio aleatorio que investigara las intervenciones para los trastornos del movimiento ocular en pacientes con accidente cerebrovascular.
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