La función ejecutiva es el término utilizado para describir los procesos cerebrales que la persona utiliza para organizarse y resolver problemas. La función ejecutiva con frecuencia es afectada cuando el cerebro es dañado por un traumatismo o por una causa interna como un accidente cerebrovascular. Se ha calculado que alrededor del 75% de los pacientes tendrán dificultades con la función ejecutiva después de un accidente cerebrovascular. Los pacientes con dificultades en la función ejecutiva (disfunción ejecutiva) a menudo tienen dificultades para aprender formas nuevas de realizar las actividades diarias, como vestirse. Para dichos pacientes puede ser muy difícil aprender formas de tratar otros problemas, como las dificultades del movimiento, que también ocurren como resultado de la lesión cerebral. La rehabilitación cognitiva es un tipo de tratamiento que intenta mejorar la atención, la memoria o la función ejecutiva del paciente. Si es posible mejorar la función ejecutiva, entonces más pacientes con lesión cerebral podrían volverse más independientes con las actividades cotidianas y podrían responder mejor a la rehabilitación. Se investigó cuán efectivas son las intervenciones de rehabilitación cognitiva para mejorar la función ejecutiva después de la lesión cerebral. Se encontraron 19 estudios relevantes que implicaban a 907 personas. Fue posible combinar los resultados de 13 de estos estudios que incluían a 660 participantes (395 con lesión cerebral traumática, 234 con accidente cerebrovascular, 31 con otra lesión cerebral adquirida). Sólo dos de los estudios (82 pacientes) informaron el resultado en el cual se centró el mayor interés (una medida general de la función ejecutiva). No se hallaron pruebas de que las intervenciones de rehabilitación cognitiva fueran útiles para los pacientes con disfunción ejecutiva en cuanto a otros resultados. Se recomienda la realización de más investigación para determinar si la rehabilitación cognitiva puede mejorar la función ejecutiva después del accidente cerebrovascular y la lesión cerebral.
No se identificaron pruebas de alta calidad suficientes para establecer conclusiones generalizadas acerca del efecto de la rehabilitación cognitiva sobre la función ejecutiva, u otras medidas de resultado secundarias. Se recomienda la realización de investigación adicional de alta calidad que compare la rehabilitación cognitiva con ninguna intervención, placebo o intervenciones sensitivomotoras.
Las funciones ejecutivas son mecanismos de control del cerebro e incluyen los procesos de planificación, iniciación, organización, inhibición, solución de problemas, automonitorización y corrección de errores. Son esenciales para el comportamiento con objetivos específicos y para responder a las situaciones nuevas. Un número elevado de pacientes con lesión cerebral adquirida, incluido alrededor del 75% de los supervivientes del accidente cerebrovascular, presentará disfunción ejecutiva. La disfunción ejecutiva reduce la capacidad de recuperar la independencia en las actividades cotidianas (AC), en particular cuando se necesitan estrategias alternativas de movimiento para compensar la debilidad de los miembros. La mejoría de la función ejecutiva puede dar lugar a una mayor independencia con las AC. Existen diversas estrategias de rehabilitación cognitiva para entrenar la función ejecutiva utilizadas en la práctica clínica, y es necesario determinar la efectividad de dichas intervenciones.
Determinar los efectos de la rehabilitación cognitiva sobre la disfunción ejecutiva en adultos con accidente cerebrovascular u otras lesiones cerebrales adquiridas no progresivas.
Se realizaron búsquedas en el registro de ensayos del Grupo Cochrane de Accidentes Cerebrales Vasculares (Cochrane Stroke Group) (agosto de 2012), en el Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials) (The Cochrane Library, agosto de 2012), MEDLINE (1950 hasta agosto de 2012), EMBASE (1980 hasta agosto de 2012), CINAHL (1982 hasta agosto de 2012), PsycINFO (1806 hasta agosto de2012), AMED (1985 hasta agosto de2012) y en otras 11 bases de datos. También se realizaron búsquedas en las listas de referencias y los registros de ensayos, búsquedas manuales en revistas y resúmenes de congresos, y se estableció contacto con los especialistas.
Se incluyeron ensayos aleatorios en adultos después de la lesión cerebral adquirida no progresiva, cuando la intervención se dirigía específicamente a la mejoría de la cognición y se incluían datos por separado de la función ejecutiva (intervenciones restaurativas), cuando la intervención se dirigía al entrenamiento de los participantes en métodos para compensar para la función ejecutiva perdida (intervenciones compensatorias) o cuando la intervención incluyó el entrenamiento en el uso de una técnica adaptativa para mejorar la independencia con las AC (intervenciones adaptativas). El resultado primario fue la función ejecutiva global y los resultados secundarios fueron los componentes específicos de la función ejecutiva, la memoria de trabajo, las AC, las AC extendidas, la calidad de vida y la participación en actividades vocacionales. Se incluyeron estudios en los cuales la intervención de comparación fue ningún tratamiento, una intervención de placebo (es decir una intervención de rehabilitación que no debería repercutir en la función ejecutiva), atención estándar u otra intervención de rehabilitación cognitiva.
Dos revisores examinaron los resúmenes, extrajeron los datos y evaluaron los ensayos de forma independiente. Se realizó la evaluación de la calidad metodológica para la ocultación de la asignación, el cegamiento del evaluador de resultados, el método de tratamiento de los datos faltantes y otras posibles fuentes de sesgo.
Diecinueve estudios (907 participantes) cumplieron los criterios de inclusión para esta revisión. Se incluyeron 13 estudios (770 participantes) en los metanálisis (417 con lesión cerebral traumática, 304 con accidente cerebrovascular, 49 con otra lesión cerebral adquirida) que se redujeron a 660 participantes una vez que se eliminaron los grupos de intervención no incluidos de estudios de tres y cuatro grupos. No se pudieron obtener datos de los seis estudios restantes.Tres estudios (134 participantes) compararon la rehabilitación cognitiva con el tratamiento sensitivomotor. Ninguno informó el resultado primario; hubo datos disponibles de un estudio en relación con los resultados secundarios incluida la formación conceptual y las AC. Seis estudios (333 participantes) compararon la rehabilitación cognitiva con ningún tratamiento o placebo. Ninguno informó el resultado primario; los datos de cuatro estudios no demostraron ningún efecto estadísticamente significativo de la rehabilitación cognitiva sobre los resultados secundarios. Diez estudios (448 participantes) compararon dos enfoques de rehabilitación cognitiva diferentes. Dos estudios (82 participantes) informaron el resultado primario; no se encontraron efectos estadísticamente significativos. Los datos de ocho estudios no demostraron ningún efecto estadísticamente significativo sobre los resultados secundarios. Se exploró el efecto de las intervenciones restaurativas (10 estudios, 468 participantes) y de las intervenciones compensatorias (cuatro estudios, 128 participantes) y no se encontró ningún efecto estadísticamente significativo en comparación con otras intervenciones.
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