¿Es mejor tomar estatinas antes de una cirugía relacionada con el corazón?

Mensajes clave

– Tomar estatinas podría apenas suponer una diferencia en la muerte a los 30 días de la cirugía, los ritmos cardíacos irregulares y el ictus (un trastorno grave y potencialmente mortal que ocurre cuando se interrumpe el riego sanguíneo a una parte del cerebro); y es probable que apenas suponga una diferencia en los ataques al corazón, la duración de la estancia en la unidad de cuidados intensivos y la estancia hospitalaria en general. Existen muchas dudas acerca de los efectos de las estatinas en la insuficiencia renal y los efectos perjudiciales del tratamiento con estatinas.

– Se necesitan más estudios que investiguen si el tratamiento con estatinas puede reducir la probabilidad de muerte y otros problemas relacionados con el corazón (cardiovasculares) en este contexto.

¿Cuáles son los peligros de la cirugía cardíaca y cómo podrían ayudar las estatinas?

Las cirugías cardíacas puede tratar de forma eficaz a personas con problemas circulatorios y del corazón. Sin embargo, someterse a una cirugía cardíaca también aumenta el riesgo de muerte, ataque al corazón, ictus (un trastorno grave y potencialmente mortal que ocurre cuando se interrumpe el riego sanguíneo a una parte del cerebro), ritmos cardíacos irregulares e insuficiencia renal. En parte se debe a que más de la mitad de las personas a quienes se les realiza una cirugía cardíaca tienen más de 70 años. Para reducir estos riesgos, se debe tratar de mejorar los índices de recuperación evitando que se produzcan estos problemas antes, durante y después de la cirugía.

Las estatinas son medicamentos utilizados en todo el mundo para reducir los niveles en sangre de colesterol (una sustancia grasa de la sangre que puede obstruir los vasos sanguíneos) y reducir las probabilidades de que empeoren los problemas cardiovasculares. Los estudios han mostrado que menos personas con cantidades peligrosas de colesterol en los vasos sanguíneos (arterias) morían cuando tomaban estatinas. Sin embargo, no están claros los posibles beneficios de que las personas que se someten a una cirugía cardíaca tomen estatinas.

¿Qué se quiso averiguar?

Se quiso saber si tomar estatinas antes de una cirugía cardíaca podría ayudar a reducir el riesgo de:

- muerte poco después de la cirugía, o
- presentar otros problemas cardíacos o renales.

También se quiso saber si hubo alguna alteración en la calidad de la atención asociada a las cirugías cardíacas en personas que tomaron estatinas, como reducir la estancia hospitalaria o en la unidad de cuidados intensivos (UCI), o si el tratamiento con estatinas produjo algún efecto perjudicial.

¿Qué se hizo?

Se buscaron estudios publicados hasta septiembre de 2023 que compararan el tratamiento con estatinas con un tratamiento con placebo (un falso medicamento que parece y sabe igual que el medicamento analizado) o con atención habitual en personas a quienes se les realiza una cirugía cardíaca. A diferencia de las versiones anteriores de esta revisión, en esta actualización solo se incluyen ensayos con autorización del comité de ética confirmada.

¿Qué se encontró?

Se encontraron ocho estudios con 5592 personas con una media de edad de 63 años y el 79% eran hombres. De estas, 2798 personas recibieron estatinas y 2794 no recibieron estatinas antes de la cirugía cardíaca. En el estudio más pequeño participaron 57 personas y en el más grande, 2406. La mayoría de los estudios se realizaron en hospitales afiliados a universidades en Asia, Europa y Norteamérica. Cada estudio utilizó distintos tipos de estatinas (atorvastatina, fluvastatina, simvastatina, pravastatina o rosuvastatina) y dosis (entre 20 mg y 80 mg).

Resultados principales

En personas sometidas a cirugía cardíaca, comparado con no administrar estatinas, el tratamiento con estatinas:

– probablemente apenas produzca una diferencia en los ataques al corazón (cinco estudios, 4645 personas), la duración de la estancia en la UCI (tres estudios, 4528 personas) y en la estancia hospitalaria global (cinco estudios, 4788 personas);

– podría apenas suponer una diferencia en la muerte a los 30 días de la cirugía (seis estudios, 5260 personas), el ritmo cardíaco irregular (ocho estudios, 5592 personas) y el ictus (cuatro estudios, 5143 personas).

Existen muchas dudas acerca de los efectos de las estatinas en los eventos perjudiciales cardíacos graves (un estudio, 2406 personas) y la insuficiencia renal (cuatro estudios, 4728 personas).

¿Cuáles son las limitaciones de la evidencia?

Existe una confianza moderada en los hallazgos de que probablemente apenas hubo diferencias en el riesgo de ataque al corazón y en la duración de la estancia hospitalaria y en UCI. Sin embargo, se tiene poca o ninguna confianza en el resto de los resultados, en concreto en el resultado considerado más importante en esta revisión, que fue la reducción de la mortalidad. Esto se debe a que la mayoría de los estudios presentaban muchas diferencias entre sí, hubo menos casos comparativos de los esperados y los estudios no siempre proporcionaron información sobre la intervención con estatinas ni los desenlaces de interés en esta revisión. Además, todos los estudios utilizaron una estrategia distinta en el tratamiento con estatinas, lo cual complicó su comparación. En general, esto redujo la confianza en la evidencia.

Se necesitan más estudios que investiguen si el tratamiento con estatinas puede reducir la probabilidad de muerte y otros problemas relacionados con el corazón (cardiovasculares) en este contexto.

¿Cuál es el grado de actualización de esta evidencia?

Esta es una actualización de una revisión Cochrane. La evidencia está actualizada hasta septiembre de 2023.

Conclusiones de los autores: 

En esta revisión Cochrane actualizada, no se encontró evidencia de que el uso de estatinas en el período perioperatorio de la cirugía cardíaca programada se asociara con algún beneficio o empeoramiento clínico, en comparación con el placebo o la atención estándar. En comparación con el placebo o la atención estándar, el uso de estatinas probablemente suponga una diferencia mínima o nula en el infarto de miocardio, la duración de la estancia en la UCI y la estancia hospitalaria general, y podría apenas suponer una diferencia en la mortalidad, la fibrilación auricular y el accidente cerebrovascular. Existen muchas dudas acerca de los efectos de las estatinas en los eventos perjudiciales cardíacos graves y en la insuficiencia renal. Sin embargo, la certeza de la evidencia que valida estos hallazgos fue de muy baja a moderada, en función del desenlace. Los futuros ensayos deberían centrarse en evaluar el efecto del tratamiento con estatinas en la mortalidad y los eventos cardiovasculares adversos graves.

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Antecedentes: 

A pesar de los importantes avances en técnicas quirúrgicas y atención perioperatoria, las personas sometidas a cirugía cardíaca por enfermedades cardiovasculares son más propensas a presentar eventos adversos posoperatorios. Las estatinas (inhibidores de la 5-hidroxi-3-metilglutaril-coenzima A [HMG-CoA] reductasa) son conocidas por sus efectos antinflamatorios y antioxidantes y están indicadas en la prevención primaria y secundaria de la arteriopatía coronaria. Además, se cree que las estatinas tienen beneficios clínicos en los desenlaces perioperatorios en las personas sometidas a cirugía cardíaca. Esta es una actualización de una revisión publicada por primera vez en 2012 y actualizada en 2015.

Objetivos: 

Evaluar los efectos beneficiosos y perjudiciales del tratamiento preoperatorio con estatinas en adultos sometidos a cirugía cardíaca en comparación con la atención estándar o un placebo.

Métodos de búsqueda: 

Se hicieron búsquedas en el Registro Cochrane central de ensayos controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials; CENTRAL) (número 9, 2023), Ovid MEDLINE (1980 hasta el 14 de septiembre de 2023) y Ovid Embase (1980 hasta 2023, semana 36). No se aplicaron restricciones de idioma.

Criterios de selección: 

Se incluyeron todos los ensayos controlados aleatorizados (ECA) que compararan cualquier tratamiento con estatinas antes de la cirugía cardíaca, de cualquier duración y dosis, versus ningún tratamiento preoperatorio con estatinas (atención habitual) o placebo. Se excluyeron los ensayos sin un protocolo de ensayo registrado y los ensayos sin una autorización de un comité de ética.

Obtención y análisis de los datos: 

Se utilizó la metodología Cochrane estándar. Los desenlaces principales fueron la mortalidad a corto plazo y los eventos cardiovasculares adversos graves. Los desenlaces secundarios fueron el infarto de miocardio, la fibrilación auricular, el accidente cerebrovascular, la insuficiencia renal, la duración de la estancia en la unidad de cuidados intensivos (UCI), la duración de la estancia hospitalaria y los efectos adversos relacionados con el tratamiento con estatinas. Se proporcionaron las medidas del efecto como razones de riesgos (RR) o diferencias de medias (DM) con los correspondientes intervalos de confianza (IC) del 95%. Se utilizó la herramienta RoB 1 para evaluar el riesgo de sesgo de los ensayos incluidos y el sistema GRADE para evaluar la certeza de la evidencia.

Resultados principales: 

Se identificaron ocho ECA (cinco nuevos en esta revisión) con 5592 participantes. El análisis agrupado mostró que el tratamiento con estatinas antes de la cirugía podría producir poca o ninguna diferencia en el riesgo de mortalidad posoperatoria a corto plazo (RR 1,36; IC del 95%: 0,72 a 2,59; I 2 = 0%; seis ECA, 5260 participantes; evidencia de certeza baja; nota: dos ECA declararon 0 eventos en ambos grupos, por lo que el RR se calculó a partir de cuatro ECA con 5143 participantes). Hay mucha incertidumbre acerca del efecto de las estatinas en los eventos cardiovasculares adversos graves (RR 0,93; IC del 95%: 0,77 a 1,13; un ECA, 2406 participantes; evidencia de certeza muy baja). Es probable que las estatinas den lugar a poca o ninguna diferencia en el infarto de miocardio (RR 0,88; IC del 95%: 0,73 a 1,06; I 2 = 0%; cinco ECA, 4645 participantes; evidencia de certeza moderada), podrían dar lugar a poca o ninguna diferencia en la fibrilación auricular (RR 0,87; IC del 95%: 0,72 a 1,05; I 2 = 60%; ocho ECA, 5592 participantes; evidencia de certeza baja), y podrían suponer poca o ninguna diferencia en el accidente cerebrovascular (RR 1,47; IC del 95%: 0,90 a 2,40; I 2 = 0%; cuatro ECA, 5143 participantes; evidencia de certeza baja). Hay mucha incertidumbre acerca del efecto de las estatinas en la insuficiencia renal (RR 1,04; IC del 95%: 0,80 a 1,34; I 2 = 57%; cuatro ECA, 4728 participantes; evidencia de certeza muy baja). Además, es probable que las estatinas apenas supongan una diferencia en la duración de la estancia en la UCI (DM 1,40 horas; IC del 95%: -1,62 a 4,41; I 2 = 43%; tres ECA, 4528 participantes; evidencia de certeza moderada) y en la estancia hospitalaria general (DM -0,31 días; IC del 95%: -0,64 a 0,03; I 2 = 84%; cinco ECA, 4788 participantes; evidencia de certeza moderada).

Ningún estudio tuvo ningún dominio de riesgo de sesgo en concreto clasificado como alto. Sin embargo, dos de los estudios tuvieron un riesgo de sesgo alto en general, debido a la clasificación de riesgo de sesgo incierto en tres dominios.

Notas de traducción: 

La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.

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