Los antioxidantes son sustancias que protegen a las células del daño causado por moléculas inestables conocidas como radicales libres (que causan estrés oxidativo). Es bien conocido que el agregado de frutas y vegetales ricos en antioxidantes a la dieta diaria fortalece la capacidad de combatir la infección y las enfermedades. Hay pruebas recientes de que hay cambios cerebrales progresivos que tienen lugar a medida que se desarrolla la esquizofrenia. Entre muchas explicaciones posibles, el estrés oxidativo puede ser uno de los factores que contribuyen al deterioro del cerebro y la materia gris, lo que provoca dificultades en el pensamiento y el funcionamiento diario del paciente. El objetivo de esta revisión es evaluar el efecto de los antioxidantes como tratamiento adicional a la medicación antipsicótica estándar. Especialmente, mediante la reducción (o disminución) de los episodios psicóticos y los síntomas centrales, así como la prevención de las recurrencias
Las búsquedas de ensayos aleatorios se realizaron en 2010 y 2012; los revisores encontraron 22 ensayos relevantes que asignaron al azar a 2041 pacientes con esquizofrenia. Los ensayos compararon los efectos de la administración de diversos antioxidantes (alopurinol, Ginkgo biloba, N-acetil cisteína [NAC], selegilina, vitaminas C y E) en comparación con placebo. En su mayoría los resultados no mostraron diferencias reales entre los antioxidantes y placebo, aunque hubo pruebas de que Ginkgo biloba tuvo un efecto positivo sobre los síntomas psicóticos a corto plazo. La calidad general de las pruebas fue moderada.
Sin embargo, en general los ensayos carecieron de resultados del mundo real como la respuesta clínica, las tasas de recurrencia, la calidad de vida, el funcionamiento, la seguridad y la satisfacción o la aceptabilidad del tratamiento. Los efectos adversos también fueron mal informados y algunos estudios no proporcionaron ningún dato sobre los efectos adversos.
A partir de los ensayos, Ginkgo biloba y NAC parecieron los más prometedores, por lo que deben tener prioridad en el diseño de ensayos futuros que sean más grandes, de mayor duración y con mejor informe que los 22 estudios disponibles en este momento.
Ben Gray, Investigador Superior Externo, McPin Foundation: http://mcpin.org/
Aunque fue posible incluir 22 ensayos en esta revisión, las pruebas proporcionadas son limitadas y en su mayoría no relevantes para los médicos o los pacientes. En general, aunque hubo bajo riesgo de sesgo de deserción y de informe selectivo de los datos, los ensayos no tuvieron un poder estadístico suficiente y necesitan períodos de seguimiento más significativos. Se necesitan ensayos más grandes con períodos de seguimiento más prolongados. Los resultados deben ser significativos para los pacientes con esquizofrenia e incluir medidas de mejoría y recurrencia (no solamente las puntuaciones de la escala de calificación), funcionamiento, calidad de vida y aceptabilidad y, lo que es más importante, datos de seguridad.
Existen cada vez más pruebas de que hay cambios progresivos en la estructura y la función cerebral que tienen lugar a medida que se desarrolla la esquizofrenia. Entre muchos candidatos posibles, el estrés oxidativo puede ser uno de los mediadores de la neuroprogresión, la pérdida de materia gris y el deterioro cognitivo y funcional posterior. Los antioxidantes son moléculas exógenas o endógenas que mitigan cualquier forma de estrés oxidativo o sus consecuencias. Pueden actuar desde el rescate directo de los radicales libres hasta el aumento de las defensas antioxidantes. Hay pruebas de que los tratamientos actuales repercuten en las vías oxidativas y pueden revertir hasta cierto punto los estados prooxidativos en la esquizofrenia. Sin embargo, la bibliografía existente indica que estos tratamientos no restauran completamente los déficits en los niveles antioxidantes ni restauran los niveles de los oxidantes en la esquizofrenia. Como tal, ha habido interés en el desarrollo de intervenciones dirigidas a restaurar este equilibrio oxidativo más allá de los efectos beneficiosos de los antipsicóticos en esta dirección. Si los antioxidantes tendrán un lugar en el tratamiento de este grave trastorno, debe haber información relevante y actualizada disponible para los médicos y los investigadores.
Evaluar el efecto de los antioxidantes como tratamientos adicionales a la medicación antipsicótica estándar para mejorar los episodios psicóticos agudos y los síntomas centrales y para prevenir las recurrencias en los pacientes con esquizofrenia.
Se realizaron búsquedas en el Registro de Ensayos Basado en Estudios del Grupo Cochrane de Esquizofrenia (Cochrane Schizophrenia Group’s Study-Based Register of Trials) que se basa en búsquedas regulares en CINAHL, BIOSIS, AMED, Embase, PubMed, MEDLINE, PsycINFO, y en registros de ensayos clínicos. No hay limitaciones de idioma, tiempo, tipo de documento o estado de publicación para la inclusión de los archivos en el registro. Se realizó esta búsqueda en noviembre 2010, y de nuevo el 8 de enero de 2015. Además, se examinaron las referencias de todos los estudios identificados para obtener ensayos adicionales y se contactó con autores de ensayos para obtener información adicional.
Se incluyeron los informes de ensayos controlados aleatorios (ECA) que reclutaron a pacientes con esquizofrenia que se asignaron a una sustancia con potencial antioxidante o a placebo como un complemento del tratamiento antipsicótico estándar.
Los revisores extrajeron los datos de estos ensayos de forma independiente y se calcularon los cocientes de riesgos (CR) o las diferencias de medias (DM), con intervalos de confianza (IC) del 95%. Se evaluó el riesgo de sesgo de los estudios incluidos y se creó una tabla "Resumen de los hallazgos" con el enfoque GRADE.
La revisión incluye 22 ECA de calidad y tamaño de la muestra variables que estudiaron Ginkgo biloba, N-acetil cisteína (NAC), alopurinol, dehidroepiandrosterona (DHEA), vitamina C, vitamina E o selegilina. El seguimiento mediano fue de ocho semanas. Solamente tres estudios que incluyeron a una minoría de participantes informaron el resultado primario seleccionado a priori de la respuesta clínicamente importante. Los datos a corto plazo para este resultado (medidos como una mejoría de al menos el 20% en las puntuaciones de la Positive and Negative Syndrome Scale [PANSS]) fueron similares (tres ECA, n = 229; CR 0,77; IC del 95%: 0,53 a 1,12; pruebas de baja calidad). Generalmente los estudios informaron solamente las puntuaciones finales de la escala de calificación de la psicopatología. Los síntomas psicóticos fueron inferiores en los que utilizaron un antioxidante coadyuvante según la PANSS (siete ECA, n = 584; DM -6,00; IC del 95%: -10,35 a -1,65; pruebas de muy baja calidad) y la Brief Psychiatric Rating Scale (BPRS) (ocho ECA, n = 843; DM -3,20; IC del 95%: -5,63 a -0,78; pruebas de baja calidad). No hubo diferencias en general a corto plazo en cuanto al abandono temprano del estudio (16 ECA, n = 1584; CR 0,73; IC del 95%: 0,48 a 1,11; pruebas de calidad moderada), o en el funcionamiento general (dos ECA, n = 52; DM -1,11; IC del 95%: -8,07 a 5,86; pruebas de baja calidad). En general, los eventos adversos se informaron de manera deficiente. Tres estudios informaron datos utilizables para "cualquier efecto adverso grave", los resultados fueron ambiguos (tres ECA, n = 234; CR 0,65; IC del 95%: 0,19 a 2,27; pruebas de baja calidad). No hubo pruebas disponibles sobre la recurrencia, la calidad de vida o el uso de los servicios.
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