El tratamiento de conducto puede realizarse como una opción a la extracción dental en un diente en el cual el nervio está dañado o perdió vitalidad. El tratamiento de conducto se realiza porque el conducto afectado está infectado o la pulpa presenta inflamación significativa. El objetivo del tratamiento de conducto es eliminar las bacterias y prevenir la entrada adicional al sistema del conducto radicular. La técnica incluye la limpieza y extracción de bacterias y contenidos del conducto nervioso restantes. La eliminación de cualquier infección restante mejora las perspectivas de éxito y, para lograrlo, puede ser útil la irrigación del conducto con ciertos tipos de soluciones durante el procedimiento. Se dispone de varias soluciones irrigadoras antisépticas y antibacterianas. El hipoclorito de sodio (NaOCl) ha sido utilizado en distintas concentraciones por los dentistas durante muchos años, pero se han planteado inquietudes acerca de la toxicidad y el informe ocasional de dolor cuando se usan concentraciones mayores. La clorhexidina, un antimicrobiano, también se ha usado en distintas concentraciones en forma de solución o gel. Recientemente, se han desarrollado combinaciones de antibiótico y un detergente (MTAD), de uso cada vez mayor.
Esta revisión evaluó 11 estudios con 851 participantes y 879 dientes frontales y posteriores que habían recibido tratamiento de conducto. El hipoclorito de sodio en varias concentraciones fue la solución de irrigación usada con más frecuencia, seguida de la clorhexidina en solución o gel. El grado de dolor inmediatamente después del tratamiento y entre las citas no pareció diferir entre ninguna de los soluciones irrigadoras o entre las diferentes concentraciones de soluciones irrigadoras individuales. Los datos limitados indicaron que las concentraciones mayores de la solución de hipoclorito de sodio y un enjuague final con clorhexidina pueden ser más eficaces que otras soluciones irrigadoras para destruir las bacterias.
Aunque las soluciones irrigadoras del conducto radicular como el hipoclorito de sodio y la clorhexidina parecen ser eficaces en la reducción de los cultivos de bacterias comparadas con la solución salina, la mayoría de los estudios incluidos en esta revisión no lograron informar de manera adecuada sobre estos resultados de importancia clínica y potencialmente relevantes para el paciente. En la actualidad, no hay pruebas suficientes que demuestren la superioridad de cualquier solución irrigadora individual. La solidez y la confiabilidad de las pruebas de apoyo fueron variables y los médicos deben saber que los cambios en los recuentos bacterianos o el dolor a principios del período posoperatorio pueden no ser indicadores precisos del éxito a largo plazo. Los ensayos futuros deben informar resultados significativos desde el punto de vista clínico y con respecto a la preferencia de los pacientes en momentos definidos claramente y a largo plazo.
El tratamiento de conducto se realiza en piezas dentarias en que la pulpitis irreversible ha llevado a la necrosis de la pulpa dental. Como opción de tratamiento, es una alternativa a la extracción dental. La preparación mecánica y la irrigación con soluciones antisépticas o antibacterianas destruyen las bacterias y limpian el conducto radicular infectado. Los soluciones irrigadoras deben ser eficaces para desactivar las bacterias en toda la superficie del conducto radicular sin causar ninguna reacción tisular adversa. El hipoclorito de sodio (NaOCl) y la clorhexidina se usan comúnmente pero hay incertidumbre en cuanto a qué solución, concentración o combinación es más eficaz.
Evaluar los efectos de soluciones irrigadoras utilizadas en el tratamiento de conducto no quirúrgico de dientes permanentes maduros.
Se realizaron búsquedas en el registro de ensayos del Grupo Cochrane de Salud Oral (Cochrane Oral Health Group, hasta 5 de julio de 2012), el Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials, CENTRAL) (The Cochrane Library 2012, número 4), MEDLINE via Ovid (1950 hasta 5 de julio de 2012), EMBASE via Ovid (1980 hasta 5 julio 2012), LILACS via BIREME (1980 hasta 5 de julio de 2012). No hubo restricciones en cuanto al idioma o fecha de publicación.
Ensayos controlados aleatorios de dientes permanentes uni o multirradiculares con patología pulpar o periapical o ambas, que requieren tratamiento de conducto. Soluciones irrigadoras entre sí o con una solución irrigadora inactiva o placebo. Se permitieron las combinaciones de soluciones irrigadoras y si se usaban conjuntamente con EDTA (ácido etilenediaminotetraacético) o agentes quelantes similares.
Dos revisores evaluaron de forma independiente el riesgo de sesgo de los estudios incluidos y extrajeron los datos.
Se incluyeron 11 ensayos con 851 participantes y 879 dientes que habían recibido tratamiento de conducto y que habían usado soluciones irrigadoras. Se calificaron dos ensayos como de bajo riesgo de sesgo, seis de riesgo poco claro y tres de riesgo elevado.Cuatro ensayos compararon el hipoclorito de sodio versus clorhexidina, sin embargo, no se informó ningún resultado primario y sólo un resultado secundario, cultivos de crecimiento bacteriano, se informó para dos de estos ensayos (20% y 50% de dientes en el grupo de control presentó cultivo de bacterias positivo).El metanálisis no indicó ninguna prueba sólida de una diferencia en la existencia de crecimiento bacteriano entre las intervenciones (cociente de riesgos 0,73; intervalo de confianza del 95%: 0,34 a 1,56; P = 0,41).
Los siete ensayos restantes compararon diferentes intervenciones y sólo dos tenían datos utilizables sobre los resultados primarios de tumefacción y dolor. Un ensayo comparó hipoclorito de sodio al 5,25% solo versus hipoclorito de sodio al 5,25% combinado con peróxido de hidrógeno al 3%, y versus solución salina normal, e informó el dolor a 3 a 14 días después del procedimiento. No hubo pruebas de una diferencia en el dolor entre los dos grupos. El otro ensayo comparó hipoclorito de sodio al 5% versus hipoclorito de sodio con “enzima proteolítica”, y no hubo pruebas de una diferencia en la tumefacción entre los grupos. Dos ensayos adicionales informaron el crecimiento bacteriano, y tres ensayos no lograron informar datos que pudieran usarse en la revisión. Ninguno de los ensayos incluidos informó datos sobre los efectos adversos ni los cambios radiológicos en la radiotransparencia periapical.
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