Las embarazadas que son obesas corren el riesgo de sufrir graves complicaciones para ellas mismas y sus hijos. La madre tiene más probabilidades de presentar diabetes o hipertensión arterial o preeclampsia durante el embarazo, y el embarazo puede terminar en un aborto espontáneo o mortinato. El recién nacido podría presentar graves anomalías al nacer, como espina bífida, anomalías cardiovasculares, labio leporino y paladar hendido, o anomalías con reducción de los miembros. Algunas pacientes obesas tienen partos prematuros. Durante el nacimiento, el trabajo de parto puede prolongarse y otras complicaciones pueden motivar un parto por cesárea. El neonato también puede ser más grande de lo normal en el momento del nacimiento y hay indicios de que los niños de madres obesas van a ser obesos. El consejo para las pacientes obesas con respecto al tratamiento del peso durante el embarazo es que deben evitar la pérdida de peso, y el aumento de peso debe estar entre 5,0 y 9,1 kg. No obstante, los estudios observacionales con un gran número de embarazadas indican que algunas pacientes obesas, especialmente las que tienen más sobrepeso, bajan de peso durante el embarazo. No hay resultados claros que indiquen que perder peso durante el embarazo sea seguro para la madre obesa, ni para el recién nacido. Esta revisión Cochrane procuró evaluar los ensayos diseñados para que las embarazadas obesas bajen de peso. No se encontraron ensayos controlados aleatorios. Se recomienda realizar investigaciones adicionales que evalúen la seguridad materno-infantil de las intervenciones de pérdida de peso para las embarazadas con obesidad.
No hay ensayos diseñados para reducir el peso en las embarazadas obesas. Hasta que no se establezca la seguridad de la pérdida de peso en embarazadas obesas, no pueden realizarse recomendaciones prácticas para estas mujeres para bajar de peso de forma intencional durante el embarazo. Se necesitan estudios adicionales que exploren los posibles efectos beneficiosos o perjudiciales de la pérdida de peso durante el embarazo con obesidad antes de que se diseñen intervenciones de pérdida de peso durante el embarazo. También se necesitan investigaciones cualitativas que investiguen los hábitos alimentarios de las embarazadas obesas, especialmente las que sufren obesidad mórbida.
Ser obesa y estar embarazada se asocia con riesgos apreciables para la madre y el niño. Las guías actuales para controlar el peso en embarazadas obesas son limitadas. Las últimas recomendaciones indican que las embarazadas obesas deben aumentar entre 5,0 y 9,1 kg durante el transcurso del embarazo, y se desalienta la pérdida de peso. Sin embargo, los estudios observacionales indican que ciertas embarazadas obesas, especialmente las que tienen más sobrepeso, bajan de peso durante el embarazo. Más aún, algunas embarazadas obesas podrían bajar de peso en forma intencional. La seguridad de la pérdida de peso durante el embarazo en mujeres obesas no está confirmada; algunos estudios observacionales indican que los riesgos asociados con la pérdida de peso como la preeclampsia mejoran, aunque otros estudios sugieren que aumenta la incidencia de un tamaño pequeño para la edad gestacional. Es importante evaluar las intervenciones diseñadas para reducir el peso en embarazadas obesas de manera que pueda establecerse la seguridad de la pérdida de peso durante este período.
Evaluar la efectividad de las intervenciones que reducen el peso en embarazadas obesas.
Se hicieron búsquedas en el registro de ensayos del Grupo Cochrane de Embarazo y Parto (Cochrane Pregnancy and Childbirth Group, 31 de julio de 2012) y se contactó con expertos en este tema.
Ensayos controlados aleatorios, estudios “cuasialeatorios” y ensayos asignados al azar por grupos que compararan una intervención de pérdida de peso con la atención habitual o más de una intervención de pérdida de peso. Los ensayos cruzados (cross-over) no eran elegibles para su inclusión.
No se identificaron estudios que cumplieran con los criterios de inclusión de esta revisión.
No hubo ensayos incluidos.
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