Antecedentes
La fibrosis quística afecta los pulmones al producir mucosidad espesa que recubre las vías respiratorias. Lo anterior puede dar lugar a infección e inflamación y causar daño pulmonar. La fisioterapia puede ayudar a mantener las vías respiratorias libres de mucosidad y para ello se utilizan muchos métodos, como técnicas de respiración, técnicas manuales y dispositivos mecánicos. El drenaje autógeno es una técnica de respiración muy controlada que utiliza diferentes profundidades y velocidades de aire exhalado para desplazar la mucosidad hacia las vías respiratorias, lo que da lugar a tos espontánea o voluntaria. Se puede utilizar sin ayuda, aunque requiere entrenamiento, concentración y esfuerzo. Se analizó el efecto del uso del drenaje autógeno en las mediciones de la función pulmonar y la calidad de vida en personas con fibrosis quística, para determinar si su uso fue mejor o peor que otras técnicas existentes de fisioterapia para depurar los pulmones.
Fecha de la búsqueda
La evidencia está actualizada hasta el: 06 de julio de 2021.
Características de los estudios
Se realizaron búsquedas en la bibliografía para obtener estudios que compararan al menos dos sesiones de drenaje autógeno con otras técnicas respiratorias y dispositivos que ayudan a depurar la mucosidad de los pulmones. En la revisión se incluyeron siete estudios con 212 personas con fibrosis quística, de entre siete y 63 años de edad. Las personas se seleccionaron al azar para un tratamiento con fisioterapia u otro. El número de personas incluidas en los estudios varió de cuatro a 75, con una gravedad de la enfermedad muy variada. Los estudios duraron desde cuatro días hasta dos años en total.
Resultados clave
No se encontró evidencia clara de que el drenaje autógeno fuese mejor que las otras técnicas para la función pulmonar o la calidad de vida en los estudios a corto plazo o a largo plazo. Lo mismo sucedió con las otras medidas de desenlace como los ingresos hospitalarios, el tratamiento adicional con antibióticos, la tolerancia al ejercicio y la saturación de oxígeno, aunque en un estudio el drenaje autógeno fue la técnica preferida en comparación con el drenaje postural y la percusión. Los autores de esta revisión quisieron comparar el ejercicio con el drenaje autógeno para la depuración de las vías respiratorias, pero no encontraron estudios con esta comparación, a pesar de que el ejercicio se utiliza a menudo como una alternativa por las personas con fibrosis quística.
Certeza de la evidencia
En términos generales, la calidad de la evidencia de los estudios se consideró principalmente baja o muy baja. Los principales problemas fueron el escaso número de participantes en cada estudio, la falta de claridad en el informe de los resultados en los estudios y el diseño de estudio utilizado. En un estudio, que se consideró con riesgo alto de sesgo debido a los resultados incompletos, los participantes tuvieron que cambiar la técnica de fisioterapia en medio del estudio y hubo muchos que abandonaron y no cumplieron con el grupo de tratamiento de drenaje postural y percusión. Cinco de los ocho estudios usaron al personal de investigación, que no sabía qué técnica utilizaba cada persona, para evaluar los resultados, lo que mejoró la calidad de la evidencia y redujo cualquier sesgo.
El drenaje autógeno es una técnica desafiante que requiere el compromiso del individuo. Como tal, esta intervención merece una revisión sistemática para garantizar su efectividad en las personas con fibrosis quística, especialmente en una época en la que las opciones de tratamiento están cambiando rápidamente. A partir de los estudios evaluados, no se encontró que el drenaje autógeno fuera superior a ninguna otra forma de técnica de depuración de las vías respiratorias. Se necesitan estudios más grandes para evaluar mejor el drenaje autógeno en comparación con otras técnicas de depuración de las vías respiratorias en vista del número relativamente pequeño de participantes en esta revisión y de los complejos diseños de los estudios. Los estudios incluyeron a una variedad de participantes y no tuvieron el poder estadístico para evaluar la no inferioridad. La variada duración y el diseño de los estudios dificultaron el análisis de los datos agrupados.
El drenaje autógeno es una técnica de depuración de las vías respiratorias que fue desarrollada por Jean Chevaillier en 1967. La técnica se caracteriza por el control de la respiración empleando el flujo aéreo espiratorio para movilizar las secreciones de las vías respiratorias más pequeñas a las más grandes. Las secreciones se depuran de forma independiente al ajustar la profundidad y la velocidad de la respiración en una secuencia de técnicas respiratorias controladas durante la exhalación. La técnica requiere entrenamiento, concentración y esfuerzo por parte del individuo, pero ha demostrado ser una opción de tratamiento eficaz para quienes buscan técnicas de apoyo y fomento de la independencia. Sin embargo, en un momento en el que la trayectoria y la demografía de la enfermedad están cambiando, es importante revisar de forma sistemática la evidencia que demuestre que el drenaje autógeno es una intervención eficaz para las personas con fibrosis quística.
Comparar la efectividad clínica del drenaje autógeno en personas con fibrosis quística con otras técnicas de fisioterapia para la depuración de las vías respiratorias.
Se realizaron búsquedas en el registro de ensayos del Grupo Cochrane de Fibrosis quística (Cochrane Cystic Fibrosis), compilado a partir de búsquedas en bases de datos electrónicas y búsquedas manuales en revistas y libros de resúmenes de congresos. También se hicieron búsquedas en las listas de referencias de artículos y revisiones relevantes, así como en dos registros de ensayos en curso (02 de febrero de 2021).
Fecha de la búsqueda más reciente en el Registro de ensayos del Grupo Cochrane de Fibrosis quística y enfermedades genéticas: 06 de julio de 2021.
Se identificaron los estudios controlados aleatorizados y cuasialeatorizados que compararon el drenaje autógeno con otra técnica de depuración de las vías respiratorias o ningún tratamiento en personas con fibrosis quística durante al menos dos sesiones de tratamiento.
Tres autores de la revisión realizaron de forma independiente la extracción de los datos y las evaluaciones del riesgo de sesgo. Los autores de la revisión evaluaron la calidad de la evidencia mediante el método GRADE. Los autores de la revisión establecieron contacto con siete equipos de investigadores para obtener más información sobre sus estudios publicados.
Las búsquedas identificaron 64 referencias a 37 estudios individuales, de los cuales ocho (n = 212) fueron elegibles para inclusión. Uno de los estudios fue de diseño paralelo y los siete restantes fueron de diseño cruzado (cross-over); el número de participantes varió entre cuatro y 75. La duración total del estudio varió entre cuatro días y dos años. La edad de los participantes oscilaba entre los siete y los 63 años, con una gravedad de la enfermedad muy variada. Seis estudios incluyeron participantes que estaban clínicamente estables, mientras que los participantes de dos estudios recibieron el tratamiento mientras estaban hospitalizados con una exacerbación infecciosa. Todos los estudios compararon el drenaje autógeno con otra (o más) técnica reconocida de depuración de las vías respiratorias. Las personas con fibrosis quística suelen utilizar el ejercicio como terapia alternativa; sin embargo, no se identificaron estudios que compararan el ejercicio con el drenaje autógeno.
La certeza de la evidencia generalmente fue baja o muy baja. Las razones principales de la disminución del nivel de certeza de la evidencia fueron el uso frecuente de un diseño cruzado, el sesgo de notificación de los desenlaces y la imposibilidad de realizar el cegamiento de los participantes.
El desenlace principal de la revisión, el volumen espiratorio forzado en un segundo, fue el resultado medido con más frecuencia y se informó en los ocho estudios; sólo tres estudios informaron sobre la calidad de vida (también un desenlace principal de la revisión). Un estudio informó sobre los eventos adversos y describió una disminución en los niveles de saturación de oxígeno mientras se realizaba el ciclo activo de las técnicas respiratorias, pero no con el drenaje autógeno. Siete de los ocho estudios incluidos midieron la capacidad vital forzada y tres de los estudios utilizaron el flujo espiratorio máximo medio (por ciento predicho) como desenlace. Seis estudios informaron el peso del esputo. Los desenlaces menos utilizados fueron los niveles de saturación de oxígeno, la preferencia personal, los ingresos hospitalarios, los antibióticos intravenosos y la expresión genética de las pseudomonas. No se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre ninguna de las técnicas usadas en lo que se refiere a los desenlaces medidos, excepto cuando el drenaje autógeno se describió como la técnica preferida de los participantes en un estudio sobre el drenaje postural y la percusión.
La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.