Mensajes clave
• Se desconoce cuál es la mejor manera de reparar una fractura compleja del extremo superior de la tibia (meseta tibial).
• Existe evidencia que apunta a una diferencia escasa o nula entre los distintos métodos quirúrgicos para fijar los fragmentos de hueso de la meseta tibial y entre los distintos métodos para rellenar los agujeros del hueso causados por las fracturas. No se tiene confianza en la evidencia.
• Es necesario seguir investigando en este campo.
¿Qué es una fractura de la meseta tibial?
Las fracturas de la meseta tibial son lesiones que afectan el extremo superior de la tibia, que forma la superficie ósea inferior de la articulación de la rodilla. Estas fracturas a menudo se asocian con un daño importante en la piel y el músculo y pueden causar agujeros (defectos) en el hueso.
¿Cómo se trata una fractura de la meseta tibial?
A menudo, las fracturas complejas se fijan por cirugía abierta (reducción abierta y fijación interna; RAFI). Esta intervención implica exponer la fractura a la visión directa y fijar los fragmentos de hueso en su sitio con placas y tornillos metálicos. Otro método es la fijación externa, en la que se colocan alambres y clavos en el hueso alrededor de la fractura fijados a una estructura externa (como un armazón) para fijar los fragmentos en su lugar hasta que se consoliden. En la fijación externa el cirujano puede utilizar pequeñas placas o tornillos para mantener algunos de los fragmentos de la fractura en su sitio; lo que se conoce como fijación híbrida.
Para corregir los posibles defectos óseos, el cirujano puede utilizar relleno de defectos óseos: injertos óseos del propio paciente o sustitutos óseos como hueso artificial.
¿Qué se quiso averiguar?
Se quiso encontrar los mejores métodos quirúrgicos y los mejores rellenos de defectos óseos para mejorar la calidad de vida y la actividad de la pierna y reducir las complicaciones relacionadas con la cirugía en personas con fracturas de la meseta tibial. Se consideró que las medidas más importantes para estos resultados fueron las puntuaciones generales de calidad de vida en una encuesta de salud de 36 ítems (SF-36), una puntuación de la actividad de la pierna denominada Hospital for Special Surgery (HSS) y la necesidad de reintervención.
¿Qué se hizo?
Se buscó en bases de datos científicas estudios que compararan distintos métodos quirúrgicos para tratar las fracturas de la meseta tibial y distintos tipos de relleno de defectos óseos. Se compararon y resumieron los resultados, y se evaluó la confianza en la evidencia.
¿Qué se encontró?
Se encontraron 15 estudios pequeños que incluyeron 948 adultos. El estudio más grande incluyó 135 personas y el más pequeño, 14. Los estudios se realizaron en países de todo el mundo (cinco en China). Los estudios hicieron un seguimiento de las personas durante entre 12 y 24 meses después de la fractura. La industria farmacéutica financió cuatro estudios (parcial o totalmente).
Un estudio (con 82 personas) comparó la fijación híbrida con la RAFI. Indicó una diferencia escasa o nula entre los métodos en la puntuación SF-36, la HSS y en la necesidad de una reintervención no planificada, pero los resultados son muy poco claros. Tres estudios (con 242 personas) evaluaron la RAFI con dos placas comparada con la RAFI con tres placas. Es posible que apenas haya diferencias entre los métodos en cuanto a la puntuación HSS, pero la evidencia es muy poco clara. Estos estudios no proporcionaron información sobre la puntuación SF-36 ni sobre la reintervención no planificada. Seis estudios (con 368 personas) compararon los sustitutos de hueso con injertos óseos para tratar los defectos óseos. Sin embargo, no proporcionaron información a largo plazo sobre la puntuación SF-36, la HSS ni sobre la reintervención no planificada.
¿Cuáles son las limitaciones de esta evidencia?
No se tiene confianza en los resultados porque todos los estudios eran pequeños y porque las personas sabían qué tratamiento estaban recibiendo y podían haber preferido un tratamiento al otro. En seis estudios, muchas personas no participaron en todas las evaluaciones, y no se sabe si sus resultados podrían haber afectado a las conclusiones finales.
¿Cuál es el grado de actualización de esta evidencia?
Esta es una actualización de una revisión publicada por primera vez en 2015. La evidencia está actualizada hasta marzo de 2023.
No hay evidencia suficiente para evaluar el mejor método de fijación o el mejor método de tratamiento de los defectos óseos durante la cirugía en personas con fracturas de la meseta tibial. Se justifica la realización de más ECA bien diseñados, con mayores tamaños muestrales.
Las fracturas de la meseta tibial, que son lesiones intrarticulares de la articulación de la rodilla, suelen ser difíciles de tratar y presentan una tasa alta de complicaciones, que incluyen artrosis de aparición temprana. La fijación quirúrgica es el tratamiento más frecuente de las fracturas complejas de la meseta tibial. Además, los cirujanos ortopédicos suelen utilizar rellenos de los defectos óseos para tratar los defectos óseos causados por la lesión. Actualmente no existe un consenso sobre cuál es el mejor método de fijación ni sobre si el relleno de los defectos óseos es necesario.
Evaluar los efectos beneficiosos y perjudiciales de diferentes intervenciones quirúrgicas y rellenos de los defectos óseos, para tratar las fracturas de la meseta tibial.
Se hicieron búsquedas en CENTRAL , MEDLINE, Embase y registros de ensayos hasta marzo de 2023. También se buscó en resúmenes de congresos y en la literatura gris.
Se incluyeron los ensayos controlados aleatorizados (ECA) y cuasialeatorizados que compararan intervenciones quirúrgicas para el tratamiento de las fracturas de la meseta tibial y de los diferentes tipos de material para los defectos óseos.
Dos autores de la revisión de forma independiente examinaron los resultados de las búsquedas, seleccionaron los estudios, extrajeron los datos y evaluaron el riesgo de sesgo. Se calcularon los odds ratios (OR) para los desenlaces dicotómicos y las diferencias de medias (DM) o las diferencias de medias estandarizadas (DME) para los desenlaces continuos, con los intervalos de confianza (IC) del 95%. Los desenlaces principales (y las medidas específicas consideradas más relevantes) fueron la calidad de vida general (puntuación de salud general en la encuesta Short-Form Health Survey de 36 ítems [SF-36]), la actividad de las extremidades inferiores comunicada por los pacientes (puntuación Hospital for Special Surgery [HSS]) y los eventos adversos (frecuencia de reintervenciones no planificadas). Para evaluar la certeza de la evidencia se utilizó el sistema GRADE.
Se incluyeron 15 ensayos en la revisión, con un total de 948 participantes adultos. Nueve ensayos compararon diferentes tipos de fijación y seis ensayos evaluaron tipos diferentes de sustitutos del injerto óseo. Los 15 ensayos fueron pequeños y con alto riesgo de sesgo. Se consideró que la evidencia más disponible era de certeza muy baja, lo que significa que hay muy poca confianza en los resultados. Solo se realizó un agrupamiento limitado.
Un ensayo comparó la fijación circular combinada con la inserción de tornillos percutáneos (fijación híbrida) versus reducción abierta y fijación interna (RAFI) estándar en 82 personas con fracturas de la meseta tibial abierta o cerrada tipos V o VI de Schatzker. A los 24 meses de seguimiento, la fijación híbrida comparada con la RAFI podría tener poco o ningún efecto sobre la puntuación de salud general SF-36 (DM 6 puntos más; IC del 95%: 7,7 puntos menos a 19,7 puntos más; 66 participantes), la actividad de la extremidad inferior informada por el paciente según la puntuación HSS (DM 7 puntos más; IC del 95%: 2,4 puntos menos a 16,4 puntos más; 66 participantes) o la frecuencia de reintervención no planificada (RR 0,78; IC del 95%: 0,45 a 1,32; 83 fracturas [82 participantes]). Sin embargo, la evidencia de los tres desenlaces es muy incierta.
Tres ensayos (con 242 participantes) compararon la RAFI de placa única versus la RAFI de placa doble. Podría haber poca o ninguna diferencia en la actividad de la extremidad inferior comunicada por el paciente (puntuación de HSS) a los 24 meses de seguimiento en las personas que reciben RAFI con una sola placa en comparación con las que reciben RAFI con dos placas (DM 0,2 puntos mayor; IC del 95%: 2,12 puntos menor a 2,52 puntos mayor; un estudio, 84 participantes), pero la evidencia es muy incierta. No hubo datos sobre calidad de vida ni sobre la reintervención no planificada a los 24 meses de seguimiento.
Seis ensayos (con 368 participantes) compararon sustituto óseo versus injerto óseo autólogo (autoinjerto) para el tratamiento de los defectos óseos. Ningún ensayo informó sobre la puntuación de salud general SF-36, la puntuación de HSS ni sobre la frecuencia de reintervención no planificada a los 24 meses de seguimiento.
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