Pregunta de la revisión
Los autores de esta revisión trataron de evaluar la efectividad y la seguridad de la zonisamida en pacientes (a partir de los 16 años) con temblor esencial.
Antecedentes
El temblor esencial es el trastorno del movimiento más frecuente. Aunque es benigno en términos del efecto sobre la esperanza de vida, habitualmente es progresivo y potencialmente invalidante. El tratamiento se basa principalmente en agentes farmacológicos (propranolol y primidona como tratamiento de primera línea) aunque no son efectivos en un 25% a un 55% de los pacientes. La zonisamida se ha sugerido como un agente potencialmente útil para el tratamiento del temblor esencial.
Características de los estudios
Se encontró un estudio que comparaba zonisamida versus placebo, con un total de 20 participantes con temblor esencial asignados al azar.
Resultados clave
Es incierta la repercusión de la zonisamida en la funcionalidad, el riesgo de interrupción del tratamiento y los eventos adversos porque la calidad de la evidencia es muy baja. Los eventos adversos sólo se informaron para los participantes del grupo de zonisamida, lo que hizo posible que supieran el grupo de tratamiento al que habían sido asignados. La calidad de vida no se evaluó en el estudio incluido.
Calidad de la evidencia
El único estudio hallado fue pequeño, y la posibilidad de que los participantes del estudio supieran del grupo de tratamiento significa que no puede tenerse certeza acerca del perfil de riesgos y beneficios de este tratamiento.
A partir de los datos disponibles en la actualidad, la evidencia es insuficiente para evaluar la eficacia y la seguridad del tratamiento con zonisamida para el TE.
El temblor esencial (TE) es uno de los trastornos del movimiento más frecuentes. El tratamiento se basa principalmente en los agentes farmacológicos. Aunque la primidona y el propranolol son tratamientos bien establecidos en la práctica clínica, pueden no ser efectivos en un 25% a un 55% de los pacientes y causar eventos adversos graves en un porcentaje significativo. Por estas razones, puede que sea útil evaluar las opciones terapéuticas para el TE. La zonisamida ha sido sugerida como un agente potencialmente útil para el tratamiento del TE aunque hay incertidumbre acerca de la eficacia y la seguridad.
Evaluar el efecto sobre las habilidades funcionales y el perfil de seguridad de la zonisamida en adultos con temblor esencial (TE).
Se realizó una búsqueda sistemática y sin restricciones de idioma para identificar todos los ensayos relevantes. Se hicieron búsquedas en CENTRAL, MEDLINE, Embase, NICE, ClinicalTrials.gov y en la WHO International Clinical Trials Registry Platform (ICTRP) hasta enero 2017. Se hicieron búsquedas de actas de congresos en BIOSIS Citation Index (2000 hasta enero 2017). Se realizaron búsquedas manuales de literatura gris y se examinaron las listas de referencias de los estudios y las revisiones identificados.
Se incluyeron todos los ensayos controlados aleatorios (ECA) de zonisamida versus placebo u otro tratamiento. Se incluyeron los estudios en que el TE se diagnosticó según criterios de diagnóstico aceptados y validados. Se excluyeron los estudios realizados en pacientes con formas secundarias de temblor o que informaban sólo los parámetros neurofisiológicos para evaluar los resultados.
De forma independiente, dos autores de la revisión recopilaron y extrajeron los datos utilizando un formulario de recogida de datos. Se evaluó el riesgo de sesgo y la calidad de la evidencia. Se utilizaron los métodos de la varianza inversa para analizar los resultados continuos y las escalas de medición. Se compararon las diferencias entre los grupos de tratamiento como diferencias de medias. Se combinaron los datos para los resultados dicotómicos mediante los métodos de Mantel-Haenszel y las diferencias de riesgos obtenidas para comparar los grupos de tratamiento. Se utilizó el software Review Manager 5 para la gestión y el análisis de datos.
Sólo se consideró un estudio elegible para esta revisión (20 participantes). Según las evaluaciones en la mayoría de los dominios, el riesgo de sesgo era poco claro o bajo. Los eventos adversos sólo se informaron para los participantes del grupo de zonisamida, lo que hizo posible que supieran de la asignación al grupo de tratamiento. No se tiene seguridad en cuanto a los efectos de la zonisamida sobre las tareas motoras (diferencia de medias [DM] -0,00; intervalo de confianza [IC] del 95%: -1,51 a 1,51; evidencia de muy baja calidad) y la discapacidad funcional (DM -0,30; IC del 95%: -1,23 a 0,63; evidencia de muy baja calidad) en comparación con el placebo. Tres participantes del grupo de zonisamida (30%) y dos del grupo de placebo (20%) interrumpieron el tratamiento y se retiraron del estudio por algún motivo (evidencia de muy baja calidad); sin embargo, el mayor riesgo de retiro del grupo de zonisamida fue estadísticamente no significativo (diferencia de riesgos [DR] 0,1; IC del 95%: -0,28 a 0,48). Seis participantes del grupo de zonisamida (60%) y ninguno de los participantes del grupo de placebo (0%) presentaron eventos adversos, con una DR de 0,60 (IC del 95%: 0,28 a 0,92; evidencia de calidad muy baja). Los efectos indeseables más frecuentes del tratamiento con zonisamida fueron: cefalea, náuseas, fatiga, somnolencia y diarrea. La calidad de vida no se evaluó en el estudio incluido.
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