El trastorno delirante es una enfermedad mental en la que delirios (creencias extrañas) de larga duración son el único síntoma o el síntoma dominante. Se distinguen varios tipos de delirio. Algunos pueden hacer que el paciente afectado considere que lo persiguen, o le pueden provocar ansiedad porque se sienten enfermos o que tienen una enfermedad que no tienen. Los pacientes pueden presentar delirios de grandeza, por lo que sienten que ocupan una posición alta o son famosos. Los delirios también pueden incluir tener envidia de otros o tener creencias extrañas acerca de la imagen corporal, como que presentan un defecto físico particular.
El trastorno delirante se considera difícil de tratar. Los fármacos antipsicóticos, los antidepresivos y los fármacos que estabilizan el estado de ánimo se utilizan con frecuencia para tratar estas enfermedades mentales y hay un interés creciente en las terapias psicológicas como la psicoterapia y la terapia cognitivo conductual (TCC) como formas de tratamiento.
Esta revisión tuvo como objetivo evaluar la efectividad de todos los tratamientos actuales para los pacientes con trastorno delirante. Se realizó una búsqueda de ensayos controlados aleatorios en 2012. Los autores encontraron 141 citas en la búsqueda pero solamente se pudo incluir en la revisión un ensayo que asignó al azar a 17 pacientes. El estudio comparó la efectividad de la TCC con la psicoterapia de apoyo en pacientes con trastorno delirante. Los participantes ya estaban tomando medicación y esto continuó durante el ensayo. No fue posible incluir en la revisión cualquier estudio o ensayo que incluyera fármacos de cualquier tipo administrados para tratar el trastorno delirante.
Del estudio incluido se pudo utilizar información limitada. Fue difícil establecer conclusiones firmes y no hubo pruebas disponibles acerca de la mejoría en el comportamiento y la salud mental general de los pacientes. En el grupo de psicoterapia de apoyo más pacientes abandonaron temprano el estudio, pero el número de participantes fue pequeño y la diferencia general entre los grupos no fue suficiente para concluir que un tratamiento fue mejor que el otro. Se encontró un efecto positivo de la TCC sobre la autoestima social del paciente, aunque nuevamente este resultado estuvo limitado por la baja cantidad y calidad de los datos y no está relacionado con el funcionamiento social o cotidiano de los pacientes.
Actualmente hay una falta general de información de alta calidad basada en pruebas acerca del tratamiento de los trastornos delirantes y no hay pruebas suficientes para establecer recomendaciones acerca de cualquier tipo de tratamiento. Hasta que se obtengan dichas pruebas, el tratamiento de los trastornos delirantes probablemente se basará en los que se consideran eficaces para otros trastornos psicóticos y problemas de salud mental.
Se necesitan estudios de investigación adicionales de alta calidad y a gran escala en esta área. Los estudios de investigación podrían mejorarse al realizar ensayos específicamente dirigidos a los pacientes con trastorno delirante.
Ben Gray, Investigador Superior Externo, McPin Foundation: http://mcpin.org/.
A pesar del reconocimiento internacional de este trastorno en los sistemas de clasificación psiquiátrica como CIE-10 y DSM-5, hay una escasez de ensayos aleatorios de calidad alta sobre el trastorno delirante. Actualmente no hay pruebas suficientes para establecer recomendaciones basadas en pruebas de los tratamientos de cualquier tipo para los pacientes con trastorno delirante. Las pruebas limitadas que se encontraron no son generalizables a la población de pacientes con trastorno delirante. Hasta que se encuentren pruebas adicionales, parece razonable ofrecer tratamientos que tienen eficacia en otros trastornos psicóticos. Se necesita más investigación en esta área y se podría mejorar de dos maneras: en primer lugar, al realizar ensayos aleatorios específicamente en pacientes con trastorno delirante y, en segundo lugar, mediante el informe de alta calidad de los resultados de los pacientes con trastorno delirante que a menudo se reclutan en estudios más grandes que incluyen pacientes con psicosis diversas.
Habitualmente el trastorno delirante se considera difícil de tratar. Con frecuencia se administran fármacos antipsicóticos y hay un interés creciente en la posible función de las terapias psicológicas como la terapia cognitivo conductual (TCC) en el tratamiento del trastorno delirante.
Evaluar la efectividad de la medicación (antipsicóticos, antidepresivos, estabilizadores del estado de ánimo) y la psicoterapia, en comparación con placebo, en el trastorno delirante.
Se hicieron búsquedas en el registro de ensayos del Grupo Cochrane de Esquizofrenia (Cochrane Schizophrenia Group) (28 febrero 2012).
Ensayos controlados aleatorios relevantes (ECA) que investigan tratamientos del trastorno delirante.
Todos los autores de la revisión extrajeron los datos de forma independiente para el único ensayo elegible. Para los datos dicotómicos se calcularon los cocientes de riesgos (CR) y sus intervalos de confianza (IC) del 95% sobre la base de un análisis de intención de tratar y según un modelo de efectos fijos. Cuando fue posible, se calcularon los riesgos comparativos ilustrativos para los resultados primarios. Para los datos continuos se calcularon las diferencias de medias (DM) y, nuevamente, se utilizó un modelo de efectos fijos. Se evaluó el riesgo de sesgo del estudio incluido y se utilizó el enfoque GRADE para valorar la calidad de las pruebas.
Sólo un ensayo aleatorio cumplió los criterios de inclusión, a pesar de la búsqueda inicial que obtuvo 141 citas. Este fue un estudio pequeño con 17 pacientes que completaron un ensayo que comparó TCC con atención placebo (psicoterapia de apoyo) en pacientes con trastorno delirante. La mayoría de los participantes ya estaba tomando medicación y esto continuó durante el ensayo . No fue posible incluir ensayos aleatorios sobre fármacos de cualquier tipo debido al informe deficiente de los datos, por lo que no hubo datos utilizables de estos ensayos. En el estudio incluido los datos utilizables fueron limitados, el riesgo de sesgo varió y los números de participantes fueron pequeños, lo que hizo difícil la interpretación de los datos. En particular no hubo datos sobre resultados como el estado general y el comportamiento, ni información sobre los posibles efectos adversos.
Se encontró un efecto positivo de la TCC sobre la autoestima social mediante el Social Self-Esteem Inventory (un ECA, n = 17, DM 30,5; IC: 7,51 a 53,49; pruebas de calidad muy baja); sin embargo, esta es solo una medida de autovaloración para situaciones sociales y, por lo tanto, puede no estar bien relacionada con la función social. En el grupo de psicoterapia de apoyo más pacientes abandonaron el estudio temprano, con 6/12 que abandonaron temprano en comparación con 1/6 del grupo de TCC, pero la diferencia no fue significativa (un ECA, n = 17, CR 0,17; IC: 0,02 a 1,18; pruebas de calidad moderada). Los resultados del estado mental estuvieron sesgados, lo que dificultó la interpretación debido especialmente a la muestra pequeña.
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