Las enfermedades cardiovasculares (EC) son una carga global y varían entre las regiones. Esta variación regional ha estado vinculada en parte a los factores nutricionales, y la ingesta baja de fruta y vegetales se ha asociado con tasas mayores de EC. Esta revisión evaluó la efectividad del aumento del consumo de fruta y vegetales como una única intervención sin la influencia de otros hábitos alimentarios u otras modificaciones en el estilo de vida en adultos sanos y en los que presentan un alto riesgo de EC para la prevención de las EC. Se encontraron diez ensayos que incluían a 1730 participantes de los cuales seis examinaban la provisión de fruta y vegetales para aumentar la ingesta y cuatro ensayos examinaban el asesoramiento nutricional para aumentar la ingesta de fruta y vegetales. Hubo variaciones en el tipo de fruta y vegetales proporcionados, aunque todas las intervenciones que investigaron la provisión incluyeron sólo una fruta o un vegetal. También hubo variaciones en el número de frutas y verduras que a los participantes se les aconsejó comer. Algunos estudios recomendaron a los participantes que comieran al menos cinco porciones de fruta y vegetales por día, mientras que otros aconsejaron al menos ocho o nueve porciones por día. La duración de las intervenciones varió desde tres meses a un año. Se informaron efectos adversos en tres de los ensayos incluidos, entre los cuales se observó un aumento de las evacuaciones intestinales, halitosis y olor corporal. Ninguno de los ensayos incluidos tuvo una duración suficiente para examinar el efecto del mayor consumo de fruta y vegetales sobre los eventos cardiovasculares como los ataques cardíacos. No hubo pruebas sólidas de que la provisión de un tipo de fruta o vegetal tuviera efectos beneficiosos sobre la presión arterial y los niveles de lípidos, aunque la mayoría de los ensayos se realizaron a corto plazo. Hubo algunas pruebas para sugerir efectos beneficiosos del asesoramiento nutricional para aumentar el consumo de fruta y vegetales, aunque estos datos se basan en los hallazgos de dos ensayos. Se necesitan más ensayos para confirmar estos hallazgos.
Hay muy pocos estudios hasta la fecha que examinen la provisión de fruta y vegetales o el asesoramiento para aumentar el consumo de los mismos a falta de intervenciones nutricionales adicionales u otras intervenciones del estilo de vida para la prevención primaria de las EC. Las pruebas limitadas indican que el asesoramiento para aumentar el consumo de fruta y vegetales como una única intervención presenta efectos favorables sobre los factores de riesgo de EC, aunque se necesitan más ensayos para confirmar esta información.
Hay cada vez más pruebas de que el mayor consumo de fruta y vegetales es beneficioso para la prevención de enfermedades cardiovasculares (EC).
El objetivo primario es determinar la efectividad de i) el asesoramiento para aumentar el consumo de fruta y vegetales ii) la provisión de fruta y vegetales para aumentar el consumo, para la prevención primaria de las EC.
Se hicieron búsquedas en las siguientes bases de datos electrónicas: The Cochrane Library (2012, número 9-CENTRAL, HTA, DARE, NEED), MEDLINE (1946 hasta semana 3, septiembre 2012); EMBASE (1980 hasta 2012, semana 39) y en el Conference Proceedings Citation Index - Science on ISI Web of Science (5 octubre 2012). Se realizaron búsquedas en los registros de ensayos, se seleccionaron las listas de referencias y se estableció contacto con los autores para obtener información adicional de ser necesario. No se aplicaron restricciones en cuanto al idioma.
Ensayos controlados aleatorios con al menos tres meses de seguimiento (el seguimiento se consideró el tiempo que transcurrió desde el comienzo de la intervención) que incluían adultos sanos o que presentaban un alto riesgo de EC. Los ensayos investigaron el asesoramiento para aumentar la ingesta de fruta y vegetales (a través de cualquier fuente o modalidad) o la provisión de fruta y vegetales para aumentar la ingesta. El grupo de comparación fue ninguna intervención o intervención mínima. Los resultados de interés fueron los eventos clínicos de EC (mortalidad [por EC y por todas las causas], infarto de miocardio [IM], injerto de bypass de la arteria coronaria [IBAC] o angioplastia coronaria transluminal percutánea [ACTP], angina de pecho definida por angiografía, accidente cerebrovascular, endarterectomía carótida, arteriopatías periféricas [AP]) y los principales factores de riesgo de EC (presión arterial, lípidos en sangre, diabetes tipo 2). Los ensayos que incluían intervenciones multifactoriales del estilo de vida (diferentes hábitos alimentarios, ejercicio) o en los que el foco era la pérdida de peso fueron excluidos para evitar factores de confusión.
Dos autores de la revisión, de forma independiente, seleccionaron los ensayos para su inclusión, extrajeron los datos y evaluaron el riesgo de sesgo. Los ensayos de la provisión de fruta y vegetales se analizaron por separado de los ensayos del asesoramiento nutricional.
Se identificaron 10 ensayos con un total de 1730 participantes asignados al azar y un ensayo en curso. Seis ensayos investigaron la provisión de fruta y vegetales, y cuatro ensayos examinaron el asesoramiento para aumentar el consumo de fruta y vegetales. El ensayo en curso está examinando la provisión de una dieta con alto contenido de aguacate. El número y tipo de componentes de la intervención para la provisión y el asesoramiento nutricional proporcionado difirieron entre los ensayos.
Ninguno de los ensayos informó los eventos clínicos debido a que todos fueron realizados relativamente a corto plazo. No hubo pruebas sólidas sobre los efectos de los ensayos individuales de la provisión de fruta y vegetales sobre los factores de riesgo cardiovasculares, aunque los ensayos fueron heterogéneos y a corto plazo. Además, cinco de los seis ensayos sólo proporcionaron una fruta o un vegetal. El asesoramiento nutricional mostró algunos efectos favorables sobre la presión arterial (presión arterial sistólica [PAS]: diferencia de medias [DM] -3,0 mmHg [intervalo de confianza (IC) del 95%: -4,92 a -1,09], presión arterial diastólica [PAD]: DM -0,90 mmHg [IC del 95%: -2,03 a 0,24]) y el colesterol de lipoproteínas de baja densidad (LDL, por sus siglas en inglés), aunque los análisis se basaron sólo en dos ensayos. Tres de los diez ensayos incluidos examinaron los efectos adversos, que incluyeron un aumento de las evacuaciones intestinales, halitosis y olor corporal.
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