Pregunta de la revisión
Se pretendió averiguar los efectos que los nutrientes intravenosos (aminoácidos o azúcares administrados en el torrente sanguíneo a través de un tubo o un catéter en una vena) tienen en pacientes adultos sometidos a una intervención quirúrgica. La administración de nutrientes intravenosos aumenta el metabolismo, y esto puede llevar a un aumento en el calor producido por el organismo. Se quiso saber si la administración de nutrientes intravenosos durante un procedimiento quirúrgico podía mantener la temperatura corporal de los pacientes, y si los nutrientes intravenosos pueden impedir los problemas causados por el descenso de la temperatura.
Antecedentes
La temperatura corporal de los pacientes puede descender durante una intervención quirúrgica, sobre todo debido a los fármacos que se usan para impedir que sientan dolor y para mantenerlos inconscientes (anestésicos). Estos fármacos cambian la forma en que la sangre circula por el cuerpo, lo que puede llevar a problemas cardiacos y hacer que las heridas necesiten más tiempo para cicatrizar. También pueden hacer que la sangre coagule más lentamente, y que algunos fármacos causen efectos inciertos. Los pacientes pueden temblar cuando despiertan de la anestesia y a menudo señalan que se trata de una sensación muy incómoda. El temblor se puede impedir si se mantiene la temperatura corporal de los pacientes. Existen muchas formas de mantener la temperatura corporal de los pacientes durante una intervención quirúrgica, incluida la administración de nutrientes intravenosos.
Características de los estudios
Se buscaron pruebas hasta noviembre de 2015. Se incluyeron 14 estudios aleatorios con 565 participantes. Trece estudios compararon a los pacientes que recibieron la atención habitual con aminoácidos intravenosos adicionales con los pacientes que recibieron la atención habitual pero sin aminoácidos (el grupo de control). Un estudio comparó a los pacientes que recibieron fructosa con un grupo de control. Los estudios incorporaron pacientes adultos que se sometían a una intervención quirúrgica planificada o de urgencia. No se incluyeron estudios en que la temperatura corporal de los participantes se mantuvo baja de manera deliberada durante la intervención quirúrgica, a los que se les realizaba un injerto de piel o estaban bajo anestesia local.
Resultados clave
Se puede asegurar que, al final de la intervención quirúrgica, la temperatura corporal de los pacientes que reciben nutrientes intravenosos se encuentra hasta medio grado más alta que los controles (sobre la base de pruebas de seis estudios con 249 participantes). Sin embargo, hubo más incertidumbre acerca de los efectos de los nutrientes intravenosos en otros momentos; algunos estudios indican que con los nutrientes intravenosos la temperatura corporal de los participantes se mantiene más alta, y otros informan que fue más baja que en los que recibían el control. No se puede asegurar si mantener la temperatura corporal medio grado más alta es importante para quienes están al cuidado de los pacientes sometidos a una intervención quirúrgica. No puede asegurarse si la administración de nutrientes intravenosos reduce el riesgo de temblor en los pacientes (sobre la base de pruebas de tres estudios con 155 participantes).
Calidad de las pruebas
La mayor parte de las pruebas eran de moderada a baja calidad. Los métodos usados para asignar a los participantes a los grupos de tratamiento fueron con frecuencia inadecuados o poco claros, y no se puede asegurar si las personas que evaluaban los resultados sabían a qué grupo de tratamiento pertenecían los participantes. Este hecho puede haber sesgado los resultados, aunque no se está seguro del efecto general que puede haber tenido sobre los resultados.
Los aminoácidos intravenosos pueden mantener la temperatura corporal de los participantes hasta medio grado más alto que el control. Esta diferencia fue estadísticamente significativa al final de la intervención quirúrgica, pero no en otros momentos. Sin embargo, sigue siendo incierta la importancia clínica de este resultado. Tampoco está poco claro si los aminoácidos tienen algún efecto sobre el riesgo de temblor ni si los nutrientes intravenosos brindan otros efectos beneficiosos o perjudiciales, ya que faltan datos de alta calidad acerca de estos resultados.
La hipotermia perioperatoria no intencional (una disminución en la temperatura central por debajo de los 36°C) se produce por la interrupción de la regulación normal de la temperatura durante la intervención quirúrgica, sobre todo debido a los efectos de los anestésicos y la exposición de la piel por períodos prolongados. Se han propuesto muchas maneras distintas de mantener la temperatura corporal, una de los cuales incluye la administración de nutrientes intravenosos durante el período perioperatorio, que puede reducir la pérdida de calor por un aumento del metabolismo y la subsiguiente mayor producción de calor.
Evaluar la efectividad de los nutrientes intravenosos preoperatorios o intraoperatorios en la prevención de la hipotermia perioperatoria y las complicaciones durante la intervención quirúrgica en adultos.
Se hicieron búsquedas en el Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials) (CENTRAL; noviembre 2015) en the Cochrane Library; MEDLINE, Ovid SP (1956 hasta noviembre 2015); Embase, Ovid SP (1982 hasta noviembre 2015); the Institute for Scientific Information (ISI) Web of Science (1950 hasta noviembre 2015); y en Cumulative Index to Nursing and Allied Health Literature (CINAHL, EBSCO host; 1980 hasta noviembre 2015), así como en listas de referencias de artículos identificados. También se hicieron búsquedas en el sitio web de Current Controlled Trials y ClinicalTrials.gov.
Ensayos controlados aleatorios (ECA) de nutrientes intravenosos comparados con un control u otras intervenciones para mantener la normotermia en adultos sometidos a una intervención quirúrgica.
Dos autores de la revisión extrajeron los datos y evaluaron el riesgo de sesgo para cada ensayo incluido, y un tercer autor de la revisión verificó los detalles, si fue necesario. Se estableció contacto con algunos autores de los estudios para solicitar información adicional.
Se incluyeron 14 ensayos (n = 565), 13 (n = 525) de los cuales compararon la administración intravenosa de aminoácidos con un control (por lo general, solución salina o Ringer lactato). El ensayo restante (n = 40) comparó la administración intravenosa con fructosa versus un control. Se observó mucha variación en estos ensayos, que utilizaron distintos tipos de intervención quirúrgica, una duración variable de la intervención quirúrgica y distintos tipos de participantes. El riesgo de sesgo fue alto o poco claro en la mayoría de los ensayos debido a los métodos de asignación al azar inapropiados o poco claros, y a un cegamiento incierto de los participantes y los evaluadores. Lo anterior puede haber influido en los resultados, aunque no está claro en qué forma.
Ningún ensayo informó ninguno de los resultados primarios preespecificados, que eran el riesgo de hipotermia y los eventos cardiovasculares graves. Por lo tanto, se decidió analizar los datos relacionados con la temperatura corporal central como un resultado primario. No fue posible realizar el metanálisis de los datos relacionados con la infusión de aminoácidos a los 60 y 120 minutos, ya que se encontró una heterogeneidad estadística significativa en los resultados. Algunos ensayos indicaron que la temperatura fue más alta con los aminoácidos, pero no todos los ensayos presentaron resultados estadísticamente significativos, y algunos presentaron el resultado opuesto, en que el grupo de aminoácidos presentó una temperatura central inferior que el grupo de control. Pudo realizarse el metanálisis para seis estudios (n = 249), lo que proporcionó datos en relación con el final de la intervención quirúrgica. Los aminoácidos llevaron a un aumento estadísticamente significativo de la temperatura central en comparación con los controles (DM = 0,46°C; IC del 95%: 0,33 a 0,59; I2 0%; efectos aleatorios; pruebas de calidad moderada).
Tres ensayos (n= 155) informaron el temblor como un resultado. El metanálisis no mostró un efecto claro, por lo que no puede asegurarse si los aminoácidos reducen el riesgo de temblor (CR 0,36; IC del 95%: 0,13 a 1,00; I2 = 93%; modelo de efectos aleatorios; pruebas de muy baja calidad).